domingo, 17 de enero de 2010

EL TREN DEL PODER, DESCARRILA EN TELDE


Una vez más, Román Rodríguez ha apostado fuerte para ganar las próximas elecciones en Gran Canaria, tiene en su haber, la dirección del transporte insular y de carreteras en un pacto de gobierno con los socialistas, que le permite pleno poder sobre la Autoridad Única de Transporte. Román quiere construir un tren que pasará por terrenos donde ningún Ayuntamiento le pondría inconveniente alguno al ser de dominios de Nueva Canaria. Da lo mismo un tren que un hospital, lo que importa es la campaña electoral.


La bicefalia del Gobierno del Cabildo se han puesto de acuerdo: uno dirige y ejecuta el proyecto del tren, y el otro diseña las conexiones de acceso al tren desde cualquier punto por carretera. Juntos pretenden lograr el poder político de Gran Canaria, será un poder efímero, porque no lograrán su funcionamiento al 100%, y su mantenimiento supondrá un gran coste sobre los fondos públicos.


Puestos mano a la obra, Román inicia el proyecto del tren que irá desde la capital hasta las zonas turísticas del sur, será un trayecto que en su mayoría transcurrirá bajo tierra (excelente panorámica al turista). Ha colocado en la dirección de la Autoridad Única, a alguien que es de su máxima confianza, además un protector político con el suficiente valor para dominar a profesionales independientes, que son los verdaderos técnicos del transporte, y quienes podrían ser sus enemigos a la hora de sacar el proyecto adelante.


Su socio de gobierno es a la vez compañero ideológico de la empresa que domina el transporte público en Gran Canaria, cuya empresa aspira obtener todos los accesos a las estaciones del tren, especialmente a su paso por Telde, actualmente en manos de una simple y pequeña empresa teldense llamada Guaguas Melenara con 100 años de historia.


Además, el relevo en la dirección de la gran empresa de guaguas tiene que ser socialista, como no podía ser menos, ese alguien tiene que estar muy cercano a la presidencia de los socialistas grancanarios, así quedaría todo atado y bien atado, para que el proyecto del tren conduzcan a sus inductores obtener en las próximas elecciones, un mayor rédito de poder político en Gran Canaria.


El vial costero de Telde con una excelente carretera desde la Mareta hasta el puerto de Salinetas, es deseado por cualquiera de las empresas del transporte público, dentro y fuera de Gran Canaria. Dicho vial conectan a las mejores playas del municipio, con posibilidades de prolongarlas al norte hasta el centro comercial Las Terrazas y al Sur hasta el Aeropuerto.


Pero existe un inconveniente, que guaguas melenara con sus escasos recursos económicos de solvencia, no está a la altura de colaboración con ningún partido político. Precisamente es guaguas melenara la empresa que se beneficia de la estación del tren a su paso por Telde, también es la concesionaria de las líneas que cubren el trayecto desde Playa del Hombre hasta Las Huesas, con prolongación a El Goro.


Por todo ello, Román se ha conjurado en actuar políticamente por encima de cualquier contrariedad técnica, es su forma de gobernar. Primero se impone políticamente sobre lo que desea, sea o no correcto, es una persona tozuda hasta que lo consigue. Luego, la justicia del Supremo, aunque tarde, coloca a cada cual en su sitio. Pero el daño ya está hecho y es difícil para una pequeña empresa, volver a empezar de nuevo cuando el poder político, la ha llevado hasta el fondo de la ruina.

Lo grave de estos abusos, es que no afectan económicamente a quienes lo provocan, del que solo pagan los débiles e infelices. No existe una Ley que les obliguen a pagar por su política partidista y contraria al interés general, y que como siempre, es el pueblo quien paga las indemnizaciones millonarias.


Guaguas Melenara ha sido una empresa que ha prestado el servicio público a la ciudad de Telde durante casi cien años. Y como cualquier otra empresa, puede atravesar momentos duros, donde el cabildo como garante de empresas de transportes público de la isla, está de obligada a prestar todo el apoyo necesario, para que no desaparezca ni una sola empresa, con mucho más interés en defenderla, cuando es pequeña, antigua y local. Aquí es donde se descubre la verdadera cara ideológica de Román Rodríguez.


De Guaguas Melenara puedo decir que el Cabildo no la defendió como empresa, por el contrario, la Autoridad Única la presionó de tal manera, hasta dejarla caer al abismo de la insolvencia, mientras le retenían los pagos por los servicios públicos prestado a la sociedad, y decir que de cobrar lo adeudado por las administraciones públicas, la empresa hubiese saneado todas las deudas. Su retención económica por parte del cabildo fue el principal argumento que provocó la falta de liquidez para pagar las nóminas a los trabajadores.


Otro inconveniente fue los problemas internos en la dirección de Guaguas Melenara, la deslealtad de una cargo de confianza fue la espoleta que necesitaba el poder bicefálico del Cabildo, para retirarle la concesión a la empresa, y posteriormente cederla a un tercero muy interesado en poseer la concesión. Y lo más importante, que guaguas melenara es el titular del vial costero y de la estación del tren a su paso por Telde. Sin este añadido de líneas, el interés por guaguas melenara sería insignificante. Hay que decir que el problema interno en la dirección de la empresa fue dirigido desde el exterior, desde dentro o fuera del Cabildo. Lo cierto es que algo tiene que decir, o saber, la Autoridad Única de Transporte.


Román Rodríguez nunca pensó que Rosadelia, propietaria de Guaguas Melenara, cogiera las riendas dirección de la empresa y fuese capaz de superar todos los inconvenientes ante la falta de liquidez.


Dijo Román en su día a Rosadelia: "que si Guaguas Melenara se pone al día con los pagos y queda libre de embargos, no le retiraría la concesión y que desde ese momento, Guaguas Melenara cobraría el dinero retenido por el Cabildo por motivos administrativos." Mentira cochina, le retiró la concesión a pesar de demostrar estar libre de cargas ante cualquier administración pública.
En Abril de 2009, Rosadelia Oliva Negrín, sobrina-nieta del ex-presidente socialista del gobierno español, vendió a precio de saldo, parte de su patrimonio personal, con el único propósito en levantar todos los embargos provocados por la mala gestión interna del cargo de confianza.


Guaguas Melenara se puso al día con todos los créditos ante las administraciones públicas, tal como le exigía en su día Román Rodríguez. A pesar de ello, los problemas por pleitos laborales con algunos trabajadores, que insistían ante el juzgado exigiendo la resolución de los contratos, argumentando en reclamación única y exclusiva sobre la indemnización, nunca reclamaban los puestos de trabajos. Todos esos pleitos los ganó la empresa, que al no poder despedirlos por falta de disponibilidad económica, siguen trabajando en la empresa, auque continúan por que desaparezca la empresa guaguas Melenara. Habría que reseñar que el tema laboral no obliga la intervención del cabildo, es solo exclusivamente un problema laboral-judicial que nada tiene que ver con la renovación de la concesión, sin embargo Román ante la presión interesada de una trabajadora con dos expedientes abiertos, uno por despido laboral y otro por un posible delito penal.


Las resoluciones sobre la resolución de los contratos de los trabajadores han sido a favor de la empresa. A pesar de todo ello, el pasado día 2 de diciembre se reúne el Consejo de Administración de la Autoridad Única y deciden definitivamente retirarle la concesión a Guaguas Melenara. Demostrando una vez más, que el poder político se impone a los criterios equitativos de igualdad legislativa en los concursos públicos.


Román no esperaba que la empresa Guaguas Melenara recurriera al contencioso-administrativo y medidas cautelares, aunque por lo que parece, tampoco le importa mucho. Está acostumbrado a ello, por lo que es sabedor de que sus decisiones caprichosas, no tendrán una resolución definitiva en muchos años, y para cuando salga la sentencia a favor de los injustamente perjudicados, él ya no estará al frente de la Autoridad Única. Seguramente estará destinado en otro lugar, con un nuevo proyecto que lleve necesariamente a inversiones millonarias que conlleve una financiación políticamente personal.


Con el dinero Hospital Dr. Negrín se podría haber construidos tres o cuatro hospitales repartidos de forma estratégica por la isla. Con el dinero del tren (aún estamos a tiempo), se podría aumentar un mayor número de guaguas con líneas a cualquier rincón poblado de la isla, y sin necesidad de deteriorar aún más el terreno a esta sufrida isla de Gran Canaria. El problema es que sin grandes obras, no se pagan las fuertes y costosas campañas electorales.


Si el proyecto del tren llegase a descarrilar por Telde como consecuencia del "affaire Guaguas Melenara", Román tendrá que afiliarse al psoe si quiere seguir existiendo políticamente. Aunque no sabremos si podrá ejercer eficazmente una profesión que no sea otra que la de político.
Afirmo que las huellas que dejará el paso del tren por Telde, por su deterioro del territorio grancanario, terminarán con el falso nacionalismo de Nueva Canaria, cosa a la que aspiran sus socios socialistas.

Antonio Rodríguez de León

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