martes, 9 de febrero de 2016

SI RAJOY ACABA MAL, SANCHEZ COMIENZA PEOR

Al igual que Viriato, pastor lusitano, juró odio eterno a los romanos. Pedro Sánchez y Mariano Rajoy se profesan el mismo sentimiento, y ambos con méritos más que suficientes para desaparecer de la escena política española por múltiples razones aunque de distinta índole, pero vinculados por una irreprimible ambición, motivo por el cual, en la más que probable repetición de elecciones generales, deberían renunciar a ser candidatos y no solo por su animadversión patológica, sin que los españoles compartamos la falta de entendimiento entre partidos y sus inútiles líderes dedicados a destrozar el país, mientras  la aspiración de los ciudadanos se centra en vivir en paz y con cierta dignidad ¿Tan difícil es entender semejante planteamiento?

En otra línea y si prosperase el acuerdo entre PSOE y Podemos, con Pablo Iglesias como Vicepresidente del Gobierno, nos encontraríamos con un alto cargo que defiende el derecho a decidir, incrementar el gato público, etc., con lo cual, nuestras posibilidades de consolidar el incremento económico de los últimos años se vería muy cuestionado, con la consiguiente pérdida de la inversión extranjera y huida de capitales que ya ha comenzado a producirse.

Últimamente, nuestros dirigentes están confundiendo el ejercicio de la política con la intransigencia y sus caprichos, haciendo gala de una inmadurez, egoísmo y ausencia de criterio a raudales. Como en otro sentido está proliferando el “consultar a la militancia”, lo que considerado bajo el prisma democrático nada tiene que objetarse, si no fuese utilizada como escusa para cubrirse y eludir responsabilidades o criticar al enemigo. Concretamente en el PP, todo parece indicar que Rajoy, al más puro estilo arriolano, basa su esperanza en que Sánchez (PSOE) se la pegue para que al final tenga que aceptarse su oferta del tripartito (PP-PSOE-Ciudadanos), algo que la mayoría de los socialistas rechazan con su líder a la cabeza (antes muerta que sencilla…), pero a lo que jamás alude don Mariano es que nadie quiere un partido carcomido y acorralado por la corrupción que nos invade. Es inadmisible que el Gobierno esté dependiendo de los casos asumidos por la Fiscalía: Púnica, Taula..y lo que venga.

Otro aspecto a considerar es el clima de reproches que se está generando en el seno del partido conservador por ignorar que es lo que pretende su líder. Como afirman algunos parlamentarios..”no hemos celebrado ni la victoria del 20-D”. Repite siempre las mismas monsergas, se cruza de brazos y a esperar el ‘santo advenimiento’ que nadie sabe en que consiste y solo añade desprestigio generalizado y críticas internas sobre su mediocre gestión, demostrándose una vez más que el liderazgo de Rajoy es muy endeble, trasladándolo todo a sus vicesecretarios. Ya puestos, cabe pensar que quizá en algún momento desafortunado, el presidente llegó a pensar que el Rey podría prestarse  a una posible colaboración lo cual es absurdo, dado que la figura del Monarca no puede ser vinculada a la estrategia de ningún partido ni orientación política. Su misión se limita a proponer a un candidato y punto.

Si algo tiene medianamente claro los ciudadanos es que no se puede vivir en estado de permanente incertidumbre e ignorando que va a ocurrir y sin un proyecto de Gobierno a corto plazo. Son muchos los que se inclinan a pensar que Rajoy no pierde la esperanza de que el secretario socialista termine estrellándose y media España acuda en peregrinación a La Moncloa para rogarle que se digne a representar el tripartito que fue la primera y única de sus propuestas, todo ello imaginando que habrá que celebrar unas segundas elecciones como ya se ha comentado en los telediarios del sábado día 5. Para que nos entendamos: Sánchez va de farolero, Rajoy de santón y precavido, Rivera de abrazafarolas e Iglesias dispuesto a saltar sobre la pieza, o sea, “nada con patatas”

Atentamente.
José-Tomas Cruz Varela (DNI 02470916A)

sábado, 6 de febrero de 2016

ÉRANSE DOS HOMBRES A UNA AMBICIÓN PEGADOS

La auténtica realidad que motiva el conjunto de dificultades que están surgiendo para la formación del Gobierno tras las elecciones del 20-D se llama “ambición”, eso que ciega a nuestros políticos por mucho que pretendan ocultarlo y disfrazarlo. Viven perturbados persiguiendo el poder. El resto, comenzando por los ciudadanos y sus problemas les importa una higa. Lo que no suponga la formación de equipos de trabajo dotados con personas inteligentes, cualificadas y honradas para tratar de alcanzar acuerdos y desbloquear la compleja situación, se convierte  en una miserable perdida de tiempo.

No olvidemos que Rajoy se está jugando su último cartucho, y el no salir investido implica su muerte política, con el agravante de pasar a la Historia como “Mariano el Breve” por no haber conseguido una segunda legislatura, lograda hasta por el nefasto e innombrable Zapatero (PSOE). Algo similar a lo que le ocurre a Sánchez, aunque en su caso, el no alcanzar la presidencia significará el tener que abandonar el partido a y patadas. Y todo ello aderezado con un tercero en discordia, Pablo Iglesias (Podemos), tan ambicioso o más que los otros dos juntos, pero infinitamente más maniobrero, peligroso e inteligente que los otros dos líderes popular y socialista, aunque le perderá su espíritu de resentido.

Una segunda razón por la cual no se avanza en las negociantes, es que no solo está en juego el futuro de Sánchez y Rajoy, sino el de colectivo compuesto por unos 3.000 personajes de ambos partidos, PP y PSOE,  pertenecientes al Gobierno, Partido, empresas públicas y un largo etc. que perderán o accederán a tales puestos y las canonjías que ello conlleva. Es lamentable que transcurridos más de 40 días desde la celebración de las E.G. , ninguno de los partidos ha propuesto un programa serio y coherente de negociación.

Acertado o equivocado, Pedro Sánchez continúa empecinado en su "no" a Rajoy. Ahora y como penúltimo recurso, ante la presión de las federaciones rebeldes, informó al Comité Federal del pasado sábado día 30,  que previamente se someterá a consulta un posible pacto de investidura o de gobierno con otros partidos, imaginando que con dicha maniobra intentará ganar tiempo y evitar a los barones, pero que si le sale mal puede originar la fracturación del partido. La ausencia de altura política de Sánchez´, puede significar un alto costo para España al infundir desconfianza en los mercados que ya han comenzado a tomar medidas precautorias. Ya está bien de dar la tabarra con tanto "progresismo y reformismo" para desviar su irreprimible ambición.

Como reza el refrán, “llorar sobre la leche derramada” es inútil, pero aunque a don Mariano no le gusta que se lo recuerden, la indolencia (dicen que inoculada por su asesor Arriola) pasa factura y en política doblemente. A modo de ejemplo. cabria recordar que hace tres años, Rajoy pudo perfectamente aprobar una reforma de la Ley Electoral introduciendo doble vuelta y evitándose los chantajes actuales, pero entre desidias y temores, todo se quedó en agua de borrajas, basándose una vez más en la estúpida máxima arriólica de que “no hay que hacer nada porque el tiempo lo arregla todo”. Mayor gilipollez imposible.

En el PSOE, todo parece indicar que Luena, su Secretario de Organización, más que  hombre de confianza, actualmente ha pasado a ser la cabeza pensante del partido, no pudiéndose negar que tiene razón cuando alega que pactar, supondría blanquear al PP cuya corrupción,  por mucho que se empeñen en esconderla no para de brotar.

Nadie concibe que en pleno siglo XXI y con los medios que cuenta un partido en el poder, no sean capaces de averiguar hasta donde llega esta lacra plagada de cohechos, apropiaciones indebidas, abusos, etc.. Tal estado de cosas obedece al continuado ejercicio de taparse unos a otros para seguir disfrutando de la mamandurria, pero lo que sucede es que cuando cualquier miembro de la “camorra” no está conforme con la cuantía de su mordida, larga, y sabe perfectamente donde hacerlo y a quien filtrárselo, para que al día siguiente sea portada de periódicos y pasto de las redes sociales, medio en el que los populares todavía no han aprendido a moverse. ….¡¡Tiempo al tiempo!!

Atentamente.
José-Tomás Cruz Varela (DNI. 02470916A)