martes, 19 de enero de 2010

CUBA, CON EL PERMISO DE ZP, NOS TOMA EL PELO


¿A qué espera el Gobierno de España para condenar la expulsión de Cuba del eurodiputado socialista Luis Yáñez? El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero mantiene una postura bastante peculiar con el régimen dictatorial de los hermanos Castro. No existe una sola condena sobre las penurias que pasan los ciudadanos que habitan en la isla caribeña, especialmente la de aquellos que, además, tienen los arrestos suficientes para oponerse a la tiranía de ese clan incombustible. Las visitas de nuestro ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, han dejado bien a las claras que los disidentes con el poder establecido a la fuerza no importan, no tienen peso para que empecemos a alinearnos con el resto de la Unión Europea. Seguimos en esa doble vara de medir, condenando determinadas dictaduras, pero alabando otras como las castristas o las chavistas, amén de sus satélites y la de aquellos países que conforman la mal llamada Alianza de Civilizaciones.

No sé si el hecho de que a este eurodiputado del PSOE se le haya expulsado de La Habana logrará revertir esa postura del Gobierno de ZP y exigirá una rectificación pública del régimen cubano, pero mucho me temo que al final España tragará con las vagas explicaciones que se le puedan despachar desde la dinastía Castro. Seguramente, todo quedará reducido a una simplista gracieta, incluso recordando la fama de gafe de la que siempre ha hecho gala el señor Yáñez, al que se le hundió un galeón en los fastos de la Expo 92 de Sevilla. Sí, por esa vía puede hallar el Ejecutivo nuestro la explicación de porque el político socialista no ha podido quedarse en Cuba.

Ya en serio, lo que no puede permitirse bajo ningún concepto es que el clan de los Castro siga riéndose de España y haciendo de la ley internacional una interpretación torticera. Claro, esto es normal cuando tampoco se condenaron por parte de los muchachos de Zapatero la expulsión de varios miembros del PP, incluso en algunos casos cuando su estancia en la isla siquiera respondía a un viaje oficial o de trabajo, sino a un simple viaje de carácter privado o de ocio. Y es que, desgraciadamente, aún existen en política quienes mantienen en diferenciar entre los que son de un partido o de otro, cuando realmente, sobre todo estando fuera de nuestra fronteras, todos somos españoles, independientemente de la ideología y, por tanto, hay que luchar a brazo partido para que nuestros derechos se mantengan intactos. Pero claro, pedirle a nuestro cuerpo consular, manejado hábilmente por Moratinos para no deteriorar las relaciones internacionales con estos poderes dictatoriales, es como considerar que mañana mismo podemos sacarnos los millones en La Primitiva.

Desde luego, un buen comienzo de nuestra presidencia en la Unión Europea, que vean el resto de socios comunitarios lo bien que sabemos bandearnos en estas circunstancias, que observen que no tenemos respeto por nuestros propios ciudadanos. Claro, luego alguien se quejará de que hackearon la página que puso en marcha España con motivo de llevar las riendas de la UE durante este semestre. Pero, ¿alguien cree que habría mucha diferencia entre ZP y Mr. Bean? Por lo menos, con el segundo nos lo pasaríamos mejor, poniéndole una sonrisa a la crisis.

Juan Antonio Alonso Velarde

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