Gran Canaria, una vez más, y ya hasta he olvidado la cantidad, ha sido la gran y principal perdedora en los presupuestos del Jodierno Atinómico para el actual año. Así lo ha denunciado muy clara y contundentemente el vicepresidente de su Cabildo, don Román Rodríguez. Esto no me ha sorprendido -la marginación de nuestra isla- porque desde que CC -ATI tomó el poder -mejor joder- en la etapa de Manuel Hermoso, el del alarido tribal "Ha llegado la hora de Tenerife", y después con el citado Román Rodríguez -que fue bastante complaciente con el ultra-chicharreronismo-, Adán Martín, y actualmente con Paulino Rivero -el más pésimo de todos-, la actitud de los presidentes áticos ha sido la de hundir a Gran Canaria al máximo, lo que casi han conseguido, porque triste y desgraciadamente nuestra queridísima isla ya no es lo que era hace veinte años, aproximadamente.
Cierto que tampoco Jerónimo Saavedra se ocupó mucho de ésta isla; a él le preocupaba especialmente el enorme desequilibrio que existía en su época presidencial autonómica entre las dos islas denominadas capitalinas -expresión que detesto- con sobresaliente superioridad de Gran Canaria sobre Tinerfenonia. Que "había que estabilizar", según manifestó a un común amigo, que me lo ha comunicado. Ahí puede afirmarse que comenzó el declinar de nuestra isla, propiciado por Saavedra y continuado por Lorenzo Olarte, y después ya impulsado enérgicamente por los presidentes áticos con descaradas medidas protectoras a los intereses chicharrerones, beneficiándolos sin escrúpulos en los presupuestos con inversiones millonarias.
También es evidente que al progreso económico de Chicharreronia han contribuido importantes empresarios ¿grancanarios? que han instalado industrias allá, aprovechando los grandes beneficios fiscales ofertados por su Cabildo -que el nuestro, por un desmedido afán recaudatorio, no ha querido ofrecer aquí- y para tener mercado para sus productos, porque los chicharrerones, salvo rarísimas excepciones, no adquieren los importados desde Gran Canaria - a ese extremo de paroxismo llega el odio que nos tienen-, creando numerosos puestos de trabajo, por lo que alguno ha sido nombrado por la institución cabildicia tinerfenonia Hijo adoptivo de su isla. Y para colmo, una importante industria grancanaria de chocolates, caramelos, café, etc, vende en la ínsula del Teide sus productos más baratos que en la de su ubicación, que es ésta, para que los compren. ¡Cuánto vergonzoso y vil entregamiento!
Volviendo al motivo de este artículo, deduzco, por sus declaraciones, que a una consejera del PP en el Cabildo de Gran Canaria, una tal doña Carmen Guerra, creo que es su nombre y que hace honor a su apellido, le parece estupendo que el Jodierno Atinómico lesione gravemente a nuestra isla ya que acusa a don Román Rodríguez de lloriquear por los tales presupuestos y le exige que se ponga a trabajar. Mis idea políticas no coinciden con las del vicepresidente de nuestro Cabildo con respecto a su "nacionalismo", y absolutamente nada con las de la señora Guerra, pero he reconocer que el señor Rodríguez está cumpliendo aceptablemente con su cargo -aunque no estoy muy convencido de la eficacia del tren al Sur, que él defiende con tanto entusiasmo, entre otras cosas porque va a significar una costosísima inversión, y la isla tiene unas necesidades más perentorias- y que demuestra ser un patriota grancanario -de lo que tenía yo mis reservas por su actitud cuando fue presidente autonómico- al denunciar con honestidad y valentía las tropelías áticas contra Gran Canaria en los actuales presupuestos.
Para mí está palmariamente claro que el PP NO DEFIENDE EN MODO ALGUNO a Gran Canaria por la elemental razón de que es socio de CC-ATI en el Jodierno, y que su dictador -que no presidente- regional, el soberbio y prepotente don José Manuel Soria López, es nada menos que Vicepresidente y Consejero de Economía y Hacienda, y, por ende, es el que ha elaborado esos presupuestos tan perjudiciales para Gran Canaria, a la que castiga tan duramente porque perdió la presidencia de su Cabildo en la última convocatoria electoral al no haber recibido el número suficiente de votos para gobernar con mayoría.
Estos políticos del PP -femeninos y masculinos, que no importa su sexo- olvidan que fueron elegidos por su afiliados y simpatizantes grancanarios para defender y luchar por Gran Canaria, por encima de contubernios políticos. Pero ya comprobamos como actúan, anteponiendo los oscuros intereses del pacto a los generales de su isla porque NUNCA han denunciado los atropellos del Jodierno Atinómico, ni protestado por ellos, demostrando palmariamente que aceptan esos presupuestos lesivos para Gran Canaria.
Y tampoco me extrañaría en absoluto que la reducción de las subvenciones fuera mayor para las instituciones culturales grancanarias que para las chicharreronas, habrá que investigarlo, y creo que ello corresponde al
Grupo de Opinión Tamarán, y si fuera así denunciarlo públicamente.
Como igualmente pretenden las Consejería y Vice-consejería de Educación, Cultura y Deportes una disparatada fusión de los dos festivales de ópera de las capitales para "ahorrar costes", amenazando a los Amigos Canarios de la Ópera de Las Palmas de Gran Canaria con retirarle la subvención sino aceptan esta dislatada unificación, que los perjudicaría notablemente. Si yo fuera militante o simpatizante del Partido Popular bastaría esta traición para no concederle mi voto y para darme ipso facto de baja como militante, porque "por encima de todo soy grancanario", como dijera el gran patriota teldense don Fernando de León y Castillo.
Sin embargo el alienado e indolente electorado del PP en Gran Canaria es incapaz de reaccionar y castigar duramente en las próximas elecciones a quienes tan vilmente atentan contra los intereses y necesidades de nuestra isla y realizan esos censurables pactos y esas rechazables componendas que les permiten acceder a unas grotescas y ridículas cotas de "poder", máxime cuando en la precedente legislatura fueron expulsados sin contemplaciones y denigrantemente por Adán Martín. Pero es que no hay dignidad política porque el poder es una tentación irresistible, y como dijo Lord Henry Wotton, en El retrato de Dorian Gray, del genial epigramista Oscar Wilde, "La única forma de vencer una tentación es cayendo en ella".
Tampoco -y al margen de mis simpatías, pero no militancia- el Partido Socialista Canario es muy de fiar en este aspecto, porque Jerónimo Saavedra está total y absurdamente desesperado por pactar con CC-ATI para gobernar, a pesar de haber sido desplazado vilmente por Manuel Hermoso -que así le pagó el que le evitara un proceso judicial por un turbio asunto, que está en las hemerotecas- de la Presidencia; y como el obstáculo es Juan Fernando López Aguilar, intenta por todos los medios eliminarlo de la Secretaría General y como candidato a la Presidencia autonómica, aunque no creo que al ahora eurodiputado le agrade repetir para el cargo en las próxima elecciones; él tiene aspiraciones más ambiciosas. Además López Aguilar también es molesto como parlamentario regional para el Gobierno Nacional puesto que por su exigua mayoría en el Congreso de los Diputados necesita de los votos de Coalición Canalla para sacar adelante muchas de sus propuestas, entre ellas los presupuestos, y para esto le hace concesiones que revierten, ¡como no!, en beneficio de Chicharreronia.
Podría ser una solución para apartar a los coalicioneros del poder un pacto entre el PSC y el PP, similar al que funciona en Vascongadas -no me gusta lo de EL país vasco-, pero de momento lo considero imposible por el tremendo antagonismo existente entre Juan Fernando López Aguilar y José Manuel Soria López; uno de los dos ha de desaparecer de la escena política canaria para hacerlo posible, y creo que sería el socialista por su proyección europea.
Ante este oscurísimo panorama y futuro para Gran Canaria, he de insistir, por enésima vez, en que la única solución para el progreso de nuestra isla es constituirse en Comunidad Autónoma propia, y después convivir en armonía con todas las restantes islas desde nuestra situación de independencia total. Insto al
Grupo de Opinión Tamarán -al que pertenezco- a que enarbole la bandera de nuestra autonomía y a que conecte directamente con el pueblo grancanario para convencerlo de que es esta la ÚNICA opción posible para nuestra salvación porque permanecer el la actual Comunidad Autónoma de Canarias, SIEMPRE gobernada por ATI, que nos ha jurado odio eterno, como Roma a Cartago, equivale a la crónica de una muerte anunciada, sub-rogándome en el título de la estupenda novela del genial Gabriel García Márquez.
Creo que fue Julio César el que dijo "Divide y vencerás", y los grancanarios vencimos cuando la división provincial de 1927, vencimos cuando la creación de nuestra Universidad y venceríamos si nuevamente saliéramos masivamente a la calle para obligar a nuestros políticos a que iniciaran los trámites pertinentes para la constitución de Gran Canaria en Comunidad Autónoma independiente.
¿O es que hay quien tiene dudas respecto al triunfo popular? Si existe alguien que lo cuestione o es un traidor a su isla, un suicida o un masoquista. Cierto que una sentencia popular afirma que "La unión hace la fuerza", pero esto es únicamente válido cuando la unión es voluntaria, no impuesta como en nuestro caso.
La Constitución contempla esta posibilidad respecto a una isla en sus artículos 143 y 144. Podría ser esta la última oportunidad que se nos presente. Y esto ha de tenerlo muy presente el
Grupo de Opinión Tamarán, porque está muy bien que se repliquen semanalmente las "encíclicas" de don Pepone, pero no se pasa de ahí, y para luchar por Gran Canaria se precisa bastante más, como implicar a nuestra pasota e indolente juventud, porque hace falta una renovación, savia nueva y fuerte, porque desde hace más de treinta años, desde el inicio del sistema de las autonomías, somos siempre los mismos los que nos preocupamos por nuestra isla; esto no quiere decir en modo alguno que renunciemos a continuar en la brega -yo estaré en ella mientras tenga un hálito de vida- pero se necesita urgentemente la decidida participación de las nuevas generaciones.
Y también ha tener relevante protagonismo en esta propuesta para la autonomía de Gran Canaria, la Real Sociedad Económica de Amigos del País, por razones obvias. El continuar como hasta ahora no es otra cosa que un lento y dolorosísimo agonizar. Gran Canaria, por su historia, su importancia y su prestigio no merece un final tan deshonroso por la inhibición de sus hijos.
Carmelo Dávila Nieto