Respetados srs.:
Aunque me cueste escribir lo de “respetados”, la cortesía obliga.
Me habría gustado comentar este artículo http://www.eldia.es/2010-08-19/criterios/6-nuevo-Ceuta-Melilla-Canarias.htm#1 en su web, pero me resulta imposible encontrar el modo de hacerlo, de modo que supongo que no lo hay. No obstante, no me resisto a remitirles mi opinión sobre el mismo, aunque sea en forma de “carta al director” que nunca será publicada. Me da lo mismo. Con que ustedes se enteren de lo que pienso acerca de personas que “razonan” a la manera del referido artículo, me basta y sobra.
Tienen ustedes todo el derecho del mundo a ser nacionalistas, independentistas o lo que les plazca. Pero no creo que tengan el derecho de tomar a sus lectores por una caterva de energúmenos descerebrados, pues en tal tono se dirigen a ellos y con tan vergonzantes maneras exponen su delirante ideario (por llamarlo de alguna manera).
El núcleo argumental de su artículo “Sólo la independencia puede evitar que pasemos del traje a la chilaba”, tras pedir desaforadamente que se entreguen Ceuta y Melilla a “su legítimo dueño”, o sea, la monarquía alahuita, no puede expresar más miseria moral ni más roña intelectual. ¿Se les ha ocurrido pensar que, quizás, a los ciudadanos de Ceuta y Melilla tampoco les apetece cambiar el traje por la chilaba? Dicen ustedes que los canarios “no quieren a monarcas absolutistas ni a dictaduras de ningún tipo”. ¿Han reparado en que los ceutíes y melillenses quizás piensen de la misma manera, y no les seduzca lo más mínimo tener por jefe de estado a un reyezuelo moro que mantiene a su pueblo bajo la férula implacable de la pobreza y la tiranía?
Desde pequeño me enseñaron que lo más elemental, lo más básico y sencillo de aprender en cuanto a asuntos de ética se refiere, es no desear a los demás lo que uno no quiere para sí mismo. ¿Ustedes en qué escuela estudiaron?
Por otra parte, atribuir los derechos de soberanía territorial a la situación geográfica de esos mismos territorios, sépanlo, no es de demócratas sino de caciques. Los demócratas hacen cuentas con los votos, y los caciques con la tierra. Ustedes están obsesionados con la tierra, si es grande o pequeña, si está cerca o lejos. Ustedes razonan de forma infantil, con la arbitrariedad de niños enrabietados, con el egoísmo de niños maleducados. “Mío, tuyo, suyo, mío, mío, cerca, lejos, mío…). Ridículo, pueril y deleznable.
Sobre los agravios históricos que dicen ustedes padece Canarias, les diré que los demócratas proclamamos los derechos nacidos de las Constituciones, expresión de la soberanía popular, y no anteponemos los “derechos históricos” a los derechos reales de la población realmente existente, entre otras razones porque nos repugna anteponer los derechos de los muertos sobre los derechos de los vivos.
Hablando de muertos y vivos, el “pasado genocida de España” será, digo yo, el pasado de los españoles que fueron por el mundo cometiendo genocidios. ¿Ustedes descienden de guanches de raza pura, en línea directa y sin contaminación de ADN? Lo digo porque mis antepasados, españoles todos ellos, jamás fueron a Canarias ni a ningún otro sitio a cometer genocidio alguno. ¿Pueden decir ustedes lo mismo de sus antepasados? Me refiero a sus antepasados reales, no a sus antepasados emocionales, esos guanches según ustedes exterminados por España y con los que les presupongo muy poca o ninguna vinculación genética. A cada cual sus muertos, señores míos, y a cada cual sus crímenes. No achaquen a los españoles de hoy los desafueros de que cometiesen los tatarabuelos de ustedes.
Reciban un forzado amistoso saludo y, obligado a ello, una pequeña muestra de mi desprecio. Gilipollas.
PASCUAL
1 comentarios:
Maravillosa su carta Don Pascual. Lo de Don, porque es usted todo todo un caballero.
Saludos.
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