Muy posiblemente el sacerdote argentino P. Nicolás Alessio, si no se retracta de sus posiciones favorables al matrimonio homosexual, recién aprobado en Argentina, completamente contrarias al Magisterio de la Iglesia, va a acabar apartado de la comunión eclesial, pues salta a la vista, insisto, que sus posturas “extremas” son irreconciliables con la fe o credo de la Iglesia.
Sin embargo, para mí que también algo muy penoso parejo a todo el asunto de las "desobediencias", entre doctrinales y disciplinares, del P. Nicolás Alessio a la legítima autoridad de su arzobispo, es la tajada que puedan sacar de este caso los católicos de mentalidad ultraconservadora que, so pretexto de fidelidad a Roma, al Papa, al Magisterio, no cejan en su empeño de ser políticamente conservadores, muy de derechas, y sobre todo empecinados excluyentes de cualquier atisbo de disidencia o heterodoxia; en definitiva, simpatizantes del neoliberalismo. Es decir, de ser política e ideológicamente conservadores y muy de derechas y neoliberales negando el pan y la sal a todos los que, también hijos de la misma Iglesia, conservan otros postulados y posicionamientos políticos, culturales, ideológicos y hasta religiosos.
Por eso criticarán los ponchos salteños, las boinas caladas "al estilo del Ché" –con los que han querido aparecer Nicolás Alessio y un grupo de simpatizantes, sacerdotes casi todos casados, de la causa LGTB en un acto reciente, en Argentina- lo mismo que a los curas y religiosos que no llevan hábito talar alguno pero sí mucha sensibilidad social en las alforjas para el camino, para el camino de construir el Reino y la Iglesia. Criticarán, a menudo con despiadada saña, con muy malos modos, a obispos como Enrique Angelelli, Leónidas Proaño, Samuel Ruiz, Hélder Cámara, Pedro Casaldáliga, José María Uriarte, Elías Yánez, José María Setién, o Carlo Maria Martini, entre otros muchos, por no ser, al parecer, obispos ciegamente "obedientes" a Roma, o por estar ligera o extremadamente escorados hacia la izquierda.
El caso es lanzar dardos envenenados contra todo lo que huela o suene a izquierda, aprovechando que el Pisarga pasa por Valladolid, esto es, aprovechando los casos de desobediencia doctrinal y disciplinar de eclesiásticos "díscolos" como hoy día Nicolás Alessio, anteayer Juan Masiá, González Faus, Juan Antonio Estrada y Jose María Castillo; y mañana, Dios dirá.
Sin embargo, esos mismos grupos que fustigan, a menudo de malos modos, a sacerdotes y religiosos católicos díscolos, heterodoxos y progresistas como el argentino Nicolás Alessio, ni media palabra dicen, alegan , en clave de denuncia, sobre el penoso y lamentable papel de tantos sectores de la Iglesia católica que perpetúan situaciones de nepotismo, aburguesamiento, pacto con intereses seculares y mundanos, abusos de poder, burocratismo, antimilitancia y en general ausencia de espíritu profético, sustituido por espíritu corporativista.
Y lo anterior, como que tampoco.
LUIS ALBERTO HENRIQUEZ LORENZO
19-7-2010
2 comentarios:
Al final lo expulsan, no tengo ninguna duda. La iglesia se esta convirtiendo ya en una secta pura y dura.
Bueno, debemos esperar y ya se vera en que queda la cosa.
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