viernes, 16 de julio de 2010

SE LO GUISAN Y SE LO COMEN


Paulino Rivero, como ve que ya le queda poco para seguir en el machito, quiere aprobar un estatuto para ex presidentes que pretende que cuando dejen su cargo tengan algunas prebendas como coches oficiales, secretarias, un tratamiento protocolario dentro del presupuesto público y otras lindezas.

No están los tiempos para estas ocurrencias, por lo que sacarla ahora a la palestra es muy inoportuno. En Canarias hay gente que no tiene trabajo y a nuestros conspicuos políticos no se les ocurre otra cosa que rescatar el estatuto que ya trataron de sacar sin éxito Manuel Hermoso y Adán Martín.

El problema de los políticos es que se acostumbran pronto a vivir bien que ya no saben volver a su antiguo estatus. Cuando te habitúas a lo bueno ya sólo quieres vivir en esa otra galaxia a costa del presupuesto público. Y en este caso lo mismo que se habla de ex presidentes vale para ex ministros, ex consejeros o ex diputados.

Llega un momento en el que los gobernantes confunden el dinero de todos con el suyo propio. Por eso son los únicos empleados nuestros que se fijan ellos mismos el sueldo, las dietas y las comisiones sin que nosotros, los empleadores, podamos oponernos.

El reconocimiento a un ex presidente democrático se lo da y se lo quita el pueblo soberano, no un decreto o una ley hechos ex profeso para tapar agujeros o crear privilegios.

Extraña un poco que un presidente tan austero como Paulino Rivero, que come cada día un frugal menú, tenga tanto interés en rescatar una idea impopular que ya otros ex presidentes correligionarios trataron de sacar adelante.

Si antes la cosa no salió por falta de respaldo social, en estos momentos actuales de crisis generalizada los canarios rechazan con más motivo esta filigrana institucional de boato tan poco sensible con la ciudadanía.

El estatuto especial para ex presidentes es la última cosa que debería preocupar ahora a Paulino Rivero.

Cristóbal D. Peñate

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