jueves, 28 de abril de 2011

“Mes de Mayo, toca Primeras Comuniones”

“Knockin' on heaven's door”

Bob Dylan

Mes de Mayo (con eme mayúscula: distingámoslo, singularicémoslo), mes de las flores, mes de cruces enramadas en los frontis y balcones de las casas (hermosa tradición piadosa), mes dedicado a María Virgen: llaman las Primeras Comuniones a las puertas de este mes de mayo de 2011, como si de los pájaros que siguen acudiendo desde principios de año a hacer sus nidos se tratara; lo siento, no se me ha ocurrido imagen mejor, no es mi intención ser irreverente ni parecerlo sino ocurrente.

     Las nombro con mayúsculas, porque hoy día se han convertido en todo un acontecimiento social en el que, muy a menudo, importa soberanamente más el ritualismo, el fasto, la fiesta, el gasto de dinero, el deseo de aparentar, la convención social, el traje y la mesa y el mantel, y soberanamente menos el sacramento y las ulteriores implicaciones que éste comporta en el seno de la Iglesia. De ahí que para muchos niños y niñas sus primeras comuniones -ahora con minúsculas, porque no me refiero al acontecimiento social ya con nombre propio, sino a la experiencia subjetiva-, lo normal es que coincidan con las últimas, al menos durante años y años, pues sus padres y madres, al no ser católicos practicantes ni, probablemente, pretender serlo -lo aventuro sin pretender juzgar-, una vez cubierto el expediente del segundo rito de paso estacional-sacramental -el primero fue el bautizo de los críos-, pasan del asunto y sobre todo de la Iglesia católica; mejor, siguen pasando de ella, pues en sus propósitos iniciales lo más probable es que no hubiera otra intención que la de cumplir con el trámite y a casita todos, tan felices con el estómago lleno y el corazón contento. Desde luego, no poco del pensamiento mágico-superticioso debe subyacer en la mentalidad de muchos padres y madres que actúan así con sus hijos que hacen la Primera Comunión, pues concluyen que con que el niño o la niña den ese paso, aunque ello no comporte prácticamente ninguna exigencia a la fe católica profesada, ya está.


     A este respecto, adviértase que hasta no hace mucho, las cuatro estaciones rituales o ritos de paso sacramentales eran bautismo, comunión, confirmación y boda por la Iglesia. Hoy día, tremendamente secularizada ya la sociedad canaria a principios del siglo XXI, a pesar de las romerías populares -la canaria, sí, y la europea en general no digamos-, esos cuatro ritos de paso cierto que siguen teniendo su gran peso, pero cada vez menos. Y lo que te rondaré, morena.
    
     (Nota: me he referido a las romerías populares porque por una parte soy el primero en celebrar el folklore que contienen, la etnografía contenida en ellas, las raíces culturales de identidad canaria que atesoran y aun las ganas de “marcha” -en canario, las ganas de belingo-; pero, ¿dónde  queda en las romerías la auténtica fe religiosa católica, pues no en balde, tengo entendido, las romerías se hacen en honor de un santo, de una santa, en honor de María Virgen?

     Con todo, no es mi intención robar la ilusión a los niños y niñas en fecha tan señalada. Tampoco a sus padres, madres y resto de familiares y amigos. Sin duda, entre los tiernos infantes que hacen la Primera Comunión en cualquier parroquia de España hay estupendos médicos en potencia, arquitectos en ciernes, sueños de deportistas de élite, o el embrión de excelentes profesionales en las más diversas disciplinas de todos los sectores económicos productivos. E incluso, puede que algún padre o madre ejemplares de familia cristiana militante y numerosa -que es lo que sigue prefiriendo la Iglesia católica, y que es por contra lo que casi nadie se propone llevar a la práctica hoy día, ni siquiera entre los fieles católicos o supuestos católicos-, o incluso alguna religiosa, alguna monja, algún sacerdote, algún misionero... Asimismo, nada tengo en contra de la fiesta, todo lo contrario, me encantan, puesto que según nos cuentan los Evangelios, el mismísimo Jesús de Nazaret era muy amigo de la alegría de las fiestas: comenzó su vida de predicador itinerante, esto es, su vida pública, asistiendo a unas bodas, en Caná de Galilea (cfr. Jn 2,1-2 y ss.) ; era acusado de comelón y bebedor (Mt 11,18-19); siendo de extracción más bien humilde, aunque no miserable (los artesanos pertenecían a los sectores sociales más humildes del pueblo, pero no eran sociológicamente miserables: miserables eran los mendigos, los reos de muerte, muchos enfermos deambulantes sin techo ni asistencia médica alguna...), tuvo entre sus amistades más íntimas al rico Lázaro, cuya muerte amargamente lloró (Jn 11,1-45); comía con fariseos, de quienes no era tan enemigo como nos cuenta el evangelista Mateo (Mateo cargó las tintas contra los fariseos porque le interesaba distanciar el naciente cristianismo, históricamente no en balde una secta judía, del tronco común de la religión de Moisés); habló en una parábola de ir bien vestidos a las bodas (Mt 22,11-12) y, por extensión, se entiende que al resto de fiestas; no teniendo ni “dónde reclinar la cabeza” (Lc 9,58) entró en Jerusalén montado en un borrico, que si bien no era suyo sino prestado, era un “medio de transporte” que, aunque pudiera parecernos que no, no estaba al alcance de cualquiera en aquella época... ni tampoco en las relativamente próximas a nosotros, no nos engañemos, pues no todos nuestros abuelos se podían permitir ir montados a lomos de un burro, pongamos, sino que más bien caminaban mucho por necesidad y por escasez generalizada de medios de transporte y bienes adquisitivos; y por último, aunque vivió Jesús con lo puesto, como diríamos hoy, no tuvo un entierro de tercera, para nada, pues gracias a la generosidad de José de Arimatea, su entierro fue algo más que digno (Mt 27,57-60; Mc 15,43-47). Sin olvidarnos además de que más de un padre y una madre de esos niños y niñas que comulgarán por primera vez en Mayo florido en cualquier lugar de nuestras Islas Canarias, pasan por ser excelentes personas y estupendos discípulos de Jesucristo y de su Iglesia.

     No obstante todo lo dicho, callaría una buena parte de la verdad si no revelara que las Primeras Comuniones me dejan un regusto más bien amargo, o pongamos que agridulce. ¿Que por qué? Pues porque Jesús, que se entiende debe ser el Maestro de los padres y madres que llevan a sus niños a hacer la Primera Comunión, aparece documentado en los mismísimos Evangelios que ciertamente era amigo de la fiesta, la alegría, era llamado comelón y bebedor, etcétera. Sólo que exhortaba a que la fiesta debía ser para el Reino; y empero, hoy día no parece que mucha gente, lo que se dice mucha gente, trabaje a favor del Reino de Dios y su justicia... ni siquiera entre los fieles que asisten regularmente a misa, entre los cuales parece que más que la especie del militante se da la especie del burócrata espiritualista desencarnado. Muchos de estos, de los pertenecientes al grupo de los burócratas antimilitantes, de hecho espiritualistas desencarnados de mentalidad funcionarial, incluso celebran la Eucaristía (la presiden, es decir, son sacerdotes), dan clases de Teología, enseñan en la escuela católica, entretienen a los alumnos con películas de corte New Age o sutilmente progre en las clases de Religión católica en la escuela pública, o trabajan en Cáritas Diocesana y en otras movidas católicas o confesionales, recurriendo a estrategias ideológicas y de trabajo contrarias a la doctrina del Magisterio. Cierto que gracias al viento del Espíritu de Dios en la Iglesia actual no faltan monjes ni monjas de vida contemplativa, audaces misioneros ad gentes, obispos proféticos sobre todo en el Tercer Mundo, sacerdotes muy entregados a su respectiva labor pastoral, seminaristas entusiasmados con llegar a ser buenos curas, novios que de verdad se aman y hasta matrimonios generosamente militantes y abiertos a la transmisión de la vida (a tener hijos según el plan de Dios y la doctrina de la Iglesia, no según las recomendaciones de Leire Pajín y de Bibiana Aído, por ejemplo), pero lo que parece abundar es una masa de mentalidades y compromisos tan mediocres, tan aburguesados, tan antimilitantes... Hasta en la mayor parte de los fieles católicos que “se ganan la vida” profesionalmente gracias a la Iglesia universal, por increíble que parezca. Patética la cosa, pues uno supone muy en primerísimo lugar que, ya que gozan de esa “confianza” de la Iglesia, al menos deberían predicar con el testimonio de vidas más militantemente audaces.

     Pero ni con esas: la mediocridad parece ser la tónica dominante en el mundo de los fieles seglares de nuestro tiempo. O bueno, acaso todo venga a ser no más que una insufrible hipocresía nepotista, bien mirada la cosa, por parte sobre todo de las autoridades de la Iglesia que permiten que las cosas sigan siendo así y no tienen lo que tienen que tener para comenzar a tratar de poner las cosas en su sitio. En fin, comoquiera que sea, que Dios nos coja confesados.

    
Corolario I

Lo señalado en el párrafo anterior o precedente es el pan nuestro de cada día en la Iglesia católica de nuestro tiempo. Y el caso es que pasan las Primeras Comuniones y todo lo precedente denunciado sigue pasando también, esto es, sigue enquistado en el seno de la Iglesia católica. Por todo ello, sin querer faltar al respeto a nadie y sin dejar de reconocer todo lo bueno que sigue habiendo en la Iglesia en la actualidad y sin pretender en modo alguno robar la alegría a niños y niñas, padres y madres, familiares, allegados y amigos con ocasión de estas próximas Primeras Comuniones que ya están como asomando entre las flores del vecino mes de Mayo, hoy que es Jueves Santo, día del Amor Fraterno, día en que se instituye la Eucaristía, no puedo dejar de experimentar ese regusto amargo, o siquiera agridulce, del que he pretendido dejar constancia en esta reflexión.


Corolario II

Considero que muy sordo y ciego hay que estar para no darse cuenta de que hoy día la Iglesia católica se enfrenta a dos mayúsculos problemas estrechamente interrelacionados, a saber, uno, la radicalmente generalizada secularización-descristianización de las sociedades modernas, especialmente en Europa, dos, la patéticamente asombrosa o desconcertante secularización interna que está sufriendo la propia Iglesia católica. Dicho de otra manera: la apostasía silenciosa de muchos, el vivir como si Dios no existiera, la falta de práctica religiosa; y con respecto a la fe católica, la abrumadora cantidad de fieles católicos que sí son practicantes de su fe, sólo que ciertamente muy poco creyentes. En definitiva, pocos practicantes y, los pocos practicantes que van quedando, en general, salvo honrosas excepciones que nunca faltan gracias al Espíritu, poco creyentes. Hace años que esto mismo lo vienen advirtiendo mejor que yo los monjes benedictinos del Monasterio de la Santísima Trinidad, en Gran Canaria, en las  eucaristías solemnes con ocasión de la Vigilia Pascual y la misa de fin de año, celebración litúrgica de Santa María Madre de Dios.

     De modo que la espantosa crisis de fe que padece la Iglesia católica en la actualidad afecta a muchos de sus fieles: cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, seglares; afecta a muchos de sus fieles, sin importar estado y condición. Afecta hasta el extremo de que el problema es sangrante.  Tan sangrante, que si por un momento cerráramos los ojos y tratáramos de hacernos a la idea de una Iglesia solamente humana, esto es, una Iglesia no fundada por Cristo sino únicamente por los hombres, nos estremeceríamos sin duda llegando a la conclusión de que la barca de Pedro se hunde, se va a pique irremediablemente.

     Sólo que la Iglesia no se puede ir a pique porque su fundamento es divino y porque la propia fe católica nos informa de que el “final terrenal” de la Iglesia significaría el final de los tiempos, coincidiría con éste. Con todo, lo que sí me parece como muy obvio es que la crisis actual de la Iglesia católica puede ser con toda probabilidad un preanuncio claro de que el final de los tiempos está cerca; lógicamente, me gustaría equivocarme, y no juego a agorero catastrofista, pero me parece que la deriva de este mundo y de esta Iglesia universal están muy claras al apuntar adonde apuntan. De modo que sí: signos claramente apocalípticos aparecen en el horizonte de este mundo. Uno de ellos, la apostasía de las gentes cada vez más generalizada; otro, la mundanización de la propia Iglesia universal (Satanás campa a sus anchas en la Iglesia de Cristo). Otro, la concentración de catástrofes naturales. Otro más, la amenaza de guerra nuclear... Pero de veras: quiero vivir, humanamente hablando, de modo que espero que nada de eso venga a ser.
    
     Decíamos que la Iglesia pastoreada en la actualidad por Benedicto XVI sufre una tremenda crisis de fe. Sin duda. Pensemos en los fieles seglares, la mayoría del Pueblo de Dios. La doctrina de la Iglesia pide a los fieles seglares que santifiquen el mundo, que sean justos, bondadosos, solidarios, pacíficos, espirituales, personas de oración y de acción que vivan y ejerciten la caridad política, de la que tanto habló el papa Pío XII, y que sean audaces evangelizadores enamorados de Jesucristo y de su Iglesia en medio de este mundo materialista, hedonista, individualista y tan afectado por toda clase de injusticias. Pide la Iglesia católica a los fieles seglares, que como sabemos son la mayoría del Pueblo de Dios, intensa vida de oración, vivencia de una espiritualidad de conversión. Y a los seglares casados, además de todo lo anterior, les pide hacer de sus respectivas familias iglesia doméstica, escuela de solidaridad, núcleo de vida o alianza de amor que manifieste el amor de los esposos desde el cultivo de una espiritualidad conyugal y la generosa apertura a la vida (tener hijos, por si no se sabe lo que es apertura a la vida).

     Pues bien: ni generosa apertura a la vida, ni compromiso militante, ni espiritualidad conyugal de conversión, ni pasión por el Reino, ni nada de nada. No quiero parecer juez de nadie, pues bastante tengo yo ya con mis muchas faltas, debilidades, defectos y pecados, pero ni quiero ni debo callar que si me doy a considerar el perfil de los jóvenes seglares que conozco, no me parece conocer prácticamente a nadie -perdón, acaso sí unas poquísimas excepciones, que se cuentan con los dedos de la mano y sobran dedos: tal vez una chica de Madrid que conozco y que siempre me ha acogido en su casa con los brazos abiertos, de 41 o 42 años, cuatro hijos, tres carreras universitarias acabadas, una de ellas Teología, funcionaria del Estado, muy comprometida además en su parroquia y en otras organizaciones; alguno que otro caso por ahí y pare usted de contar- que manifieste por sus obras, por sus hechos -dejo la intención de cada persona al juicio de Dios-, una firme voluntad de vivir la vocación seglar como la Iglesia pide y el mundo de hoy necesita. Y esto, de ser así como intensamente me doy a sospechar, merece a mi parecer un calificativo: patético. Es decir, aparece como patética una Iglesia en la que lo que parece abundar -insisto, dejo el juicio de la intención de las personas a Dios- son los fieles seglares que no desean asumir las exigencias del bautismo. Que no desean vivir con radicalidad el Evangelio.

   Incluso aunque se tenga la dicha, puesta muy de manifiesto en los actuales tiempos de crisis que corren, de contar con un trabajo “otorgado” por la Iglesia católica (profesores de Teología, docentes de Religión católica en la escuela pública, educadores de la escuela católica, técnicos de Cáritas, etcétera), el perfil tipo o típico del seglar católico de nuestro tiempo suele ser el mismo: mentalidad más burocrática que militante, espiritualidad más conservadora y acomodaticia que audaz y creativa, mentalidad mundana acomodada al espíritu del siglo más que mentalidad radicalmente evangélica, apuesta por “la parejita” más que generosa apertura a la vida... De modo que si incluso los que dicen ser “representantes” de Dios en la tierra (obispos y sacerdotes) apenas hablan de las exigencias militantes de la fe sino que más bien se dedican a contemporizar y dorar la píldora, como si tuvieran miedo a proclamar el Evangelio so pretexto de que las gentes no salgan espantadas del seno de la Iglesia, ¿qué se puede esperar de los que somos seglares?

     Verbigracia: me suelo encontrar con seglares que son capaces de darte el saludo de la paz durante la misa y luego no saludarte cuando te ven fuera, en la calle, apenas dos minutos más tarde, ni saludarte ni hablar contigo, nada. Entonces ¿para qué te saludaron si ni están dispuestos a saludarte fuera del templo y mucho menos a interesarse por tu vida? Digo esto que sonará a blasfemia: hay personas por ahí a las que por equis razones yo mismo no saludo (en general, me van a permitir: más por culpas de ellas que por mías, creo, aunque tampoco es excusa esto, pues Dios nos manda perdonar setenta veces siete). Si con esas personas el azar hiciera que llegara a compartir asiento en una Eucaristía, me sentiría “apenado” porque en el momento de la paz mi saludo de paz a esa persona en cuestión, ya digo que es hipótesis, sonaría hipócrita, sería hipócrita. Hasta el extremo de que preferiría no darle el saludo, sólo que entonces al acercarme al altar me acordaría del pasaje evangélico de Mt 5,23-25: <>... Y entonces comulgaría con mucho pesar. Hasta el extremo de que a menudo lo que le pido a Dios en oración mental al acercarme a comulgar es esto: <>

     Puede que mi proceder sea hipócrita. Admitiéndolo, admitiendo que puede ser hipócrita mi proceder, no quiero dejar pasar por alto que no menos hipócrita e incoherente me puede llegar a resultar, al menos por fuera, el proceder de algunos seglares católicos, en general jóvenes, que serían capaces, y de hecho lo hacen conmigo, de darte el saludo de paz en  la misa y luego pasar de saludarte en la calle, pongamos, o pasar de hablar con uno. Porque además a esas personas que conozco y que así proceden no tengo conciencia de haberles yo propio hecho nada malo.

     En fin. Por cosas como éstas y otras por el estilo, a muchos la Iglesia católica les parece una mentira, un montaje, una falacia, un rollo hipócrita. Confieso que es una tentación muy tentadora el concluir lo anterior; máxime cuando tomo conciencia de que yo mismo con mi mediocre testimonio de fe y de vida, también contribuyo a que parezca mediocre, falaz, hipócrita y mentirosa la Iglesia universal.   


     Pero sí, con lo que estábamos, repito: patético. Patético que todos esos fieles profesionales de distintos trabajos de la Iglesia católica, sean inmensamente más burócratas que militantes, pues sería de esperar que, ya que tienen el trabajo que tienen, predicaran mucho  más con el ejemplo, dieran constantemente el do de pecho. Sólo que nada. ¿Se dan cuenta, amables lectores, de lo que supone una Iglesia mediocre, una Iglesia en la que tanto escasea la fe? 

     De modo que por todo ello, así le va a la Iglesia católica: una Iglesia mayoritariamente de burócratas, que no de militantes, ¿a quién puede entusiasmar? Una comunidad cristiana abrumadoramente compuesta de burócratas es como sal que se vuelve sosa, y desde luego, ya conocemos lo que se exhorta a hacer en el Evangelio con la sal que se ha vuelto sosa (Lc 14,34-35). Como solía repetir el fallecido hace años monseñor Antonio Palenzuela, al final de su vida obispo en la Diócesis de Segovia, tenemos en España “una Iglesia poco creíble”. Y sí: para alguien sin fe, va la Iglesia de p. culo, de proa hacia el marisco; para alguien que pese a todos los males y pecados de la Iglesia, mira la realidad y la Iglesia misma con ojos de fe, la Iglesia Esposa peregrina hacia el encuentro del Esposo que, me sigue pareciendo a mí -toquemos madera, ojalá yerre en mi vaticinio-, no parece estar muy lejano en el tiempo. Y entonces Dios nos juzgará en el amor, nos pedirá cuentas de nuestra vida: ¿fuimos militantes o más bien burócratas?, ¿amamos la vida o la despreciamos?, ¿fuimos solidarios o más bien egoístas  y acomodados al espíritu individualista de este mundo...? 


21-4-2011. 
Luis Alberto Henríquez Lorenzo. 

miércoles, 27 de abril de 2011

DESCONCERTANTE CARTA DE PEDRO J. RAMIREZ


Desconcierto, como su propio nombre indica, ha sido la desorientación, confusión y sorpresa que ha causado en muchos lectores, la carta titulada "El hombre que no desfilará en París", publicada en EL MUNDO el 24 de abril, cuyo autor es el director de dicho periódico, Pedro J. Ramirez.

En efecto, Zapatero no tragó con la sugerencia de Rubalcaba pretendiendo el adelanto de la convocatoria de "primarias", cuyo único objetivo era la auto-adjudicación de protagonismo. El que Blanco cambiase de criterio tras no aceptar el presidente el citado cambio de fecha, resulta totalmente lógico. El ministro de Fomento no tiene la más mínima intención de abandonar la política. Entre otras razones porque lleva viviendo de ella desde los 18 años y carecer de preparación, oficio o profesión alguna conocida. Algo muy distinto es que este ineducado e insultón personaje cambie de opción, renunciando a la corriente "Nueva Vía" de Chacón para incorporarse a "Linea Maquivélica", protagonizada por Rubalcaba.

¿De que puede sentirse satisfecho Rodriguez Zapatero tal como afirma Pedro J.?. ¿Del resultado de su gestión?. El que diga respetar la neutralidad entre Chacón y Rubalcaba, es lo menos que podría esperarse de este desdichado gobernante; la aclaración sobra. Igualmente, el adjudicarle a Marcelino Iglesias, Secretario de Organización del PSOE, el calificativo de "consistente" suena a broma. Nadie más que este titubeante dirigente precisaría un cursillo acelerado de "oratoria efectiva". Oírle produce verdadera angustia.

Al presidente en funciones, que las primarias las gane Chacón, Rubalcaba o un tercer candidato que posiblemente aparezca, le trae sin cuidado. Su concepto de "ahora yo, después yo y siempre yo", ha sido su lema y es demasiado tarde para cambiar. Lo incuestionable es que efectivamente ocupará su plaza en el Consejo de Estado, muy bien remunerada y a vegetar que son dos días.

¿Quien y con que motivo acudiría a ZP como afirma el director de EL MUNDO?. Transcurridos quince días desde la celebración de las elecciones generales, solo le recordaran su familia y cuatro más. Muy crudo pero será así. Está condenado al olvido prematuro por mucho que se empecine en encontrar algún hecho o justificación para pasar a la posteridad como sus antecesores, Felipe Gonzalez o José Maria Aznar. Claro que todo parecido con estos dos ex-presidentes seria mera coincidencia. La broma de ejercer como faro y guía de la Alianza de las Civilizaciones, no pasa de ser una forma más de ridiculizarlo, inventada por los de su propia cuerda política.

¿Habrá algo más absurdo e incluso extravagante que adjudicarle a Zapatero conocimientos de alta economía?. Cuando menos suena a mofa, befa o chascarrillo. Jordi Sevilla, ex-ministro de Administraciones Públicas del PSOE podría opinar sobre su preparación en esta disciplina. Como visionario, mentiroso y redomado optimista, seguirá engañando sobre la ansiada y milagrosa recuperación, pero, a estas alturas, ¿quien podría creerle?. Decir que todo el secreto pasa por: "vender más y comprar menos", mueve a la hilaridad.

Sobre lo que ocurra con las cajas de ahorro, dependerá en gran medida del resultado de las próximas elecciones autonómicas y municipales. Si tal como se espera no favorecen al PSOE, podría ocasionarse una segunda "burbuja económica" similar a la inmobiliaria. No se entiende que el Gobierno estime en 15.000 millones de euros la cantidad necesaria para solucionar el problema de estas entidades de crédito, cuando analistas externos consideran que dicha cantidad rondará los 120.000 millones. ¿Quien dice la verdad?

En otro orden, los sindicatos, por muchas milongas que cuente Zapatero, no van a admitir fácilmente un acuerdo sobre la "Negociación Colectiva", madre de todas las batallas para superar la situación. Hasta el momento todo pasa por otorgarle largas al impopular tema y más en período electoral. En cuanto al descarado absentismo existente en España y más elevado y localizado en el ámbito de la Administración, merece ser abordado y reducido cuanto antes, pero que nadie espere que ello va a suponer la panacea para salir de la crisis.

Para una gran mayoría de españoles eso de: "haber renunciado voluntariamente a un tercer mandato" por parte de Zapatero, es una pamema que no se la cree nadie y mucho menos los de su propia formación política que le conocen demasiado bien. Si en el montón de encuestas realizadas y publicadas, ZP, hubiese atisbado la más mínima posibilidad de presentarse a un tercer mandato, no lo habría dudado ni un instante. En estos siete años ha demostrado ser un sectario y en ocasiones mala persona,  actitudes que no pueden ocultarse ni disimularse fácilmente, con bobaliconas sonrisas horizontales y mirada extraviada.

Con lo que si existe una gran coincidencia es con la frase de Pedro J. "No desfilará en París", entre otras razones por el odio visceral que a Zapatero siempre le han producido este tipo de manifestaciones patrióticas, en las que indefectiblemente siempre ha sido insultado y abucheado, cuyos gestos de repulsa no era precisamente por hacer las cosas bien. La ciudadanía arde en deseos de aplicarle un serio correctivo al presidente interino por haber destrozado España, y posiblemente, la primera satisfacción llegue el 23 de mayo y a través de las urnas.

Lo sentimos director. En este caso, unos cuantos, bastantes, no coincidimos con su forma de opinar. Discrepar es de demócratas y como tal ejercemos nuestro derecho. La mayoría de los argumentos expuestos en esta carta, con otras palabras, han aparecido con anterioridad en ese periódico que vd. tan digna y acertadamente dirige.

Cordialmente
José-Tomás Cruz Varela
D.N.I. 02470916A

domingo, 24 de abril de 2011

ZAPATERO, UN PELIGRO CONSTANTE



Para desgracia nuestra, Zapatero, sigue instalado en su particular "nebulosa de la incertidumbre". Placeándose por el mundo mundial y soltando las mismas mentiras y promesas incumplidas de siempre. Tienen un concepto tan sumamente absurdo del rigor y la seriedad que, soltando las cuatro frases altisonantes de siempre, todo queda resuelto. No sabemos quien será si asesor de "oratoria efectiva" pero se impone darle la cuenta cuanto antes. Sus gestos, mirada fija e inflexiones de voz, resultan, cuando menos, ridículas.

Todos recordamos que hace casi un año, estuvimos a punto de ser intervenidos, salvándonos en base a los compromisos y reformas a los que se comprometió realizar ZP, entre las que cabe destacar por su urgencia y necesidad, la "Negociación Colectiva", para tratar de adecuar los salarios a la productividad, si bien, como empresarios y sindicatos no han alcanzado ningún acuerdo y estos últimos no están dispuestos a perder su cuota de protagonismo, todo está paralizado. Prueba evidente de que una vez más no se respetan los plazos pactados, como nos tiene acostumbrados el gobierno  socialista con su presidente en funciones a la cabeza.

La inoperancia de la Reforma Laboral es manifiesta. Durante el periodo marzo 2010-2011 el paro se ha incrementado en 167.000 personas más. Sobre la re-estructuración de las cajas de ahorros, con la inestimable colaboración china, mejor no hablar. Estas entidades, y en concreto algunas de ellas, forman parte de otra peligrosa burbuja económica, están necesitadas de una ayuda sobre cuya cuantía existen grandes discrepancias. Lo que para unos quedaría solucionado con 15.000 millones de euros, para otros, supera con creces los 100.000 millones. ¿En que quedamos?

Otro gran problema es la asfixiante deuda que está alcanzando tales cotas que con solo el pago de los intereses, es suficiente para terminar de ahogarnos.

A punto de alcanzar o superar la cifra maldita de los cinco millones de parados, España requiere otro tratamiento político-económico que tanto el Gobierno del PSOE, como su secretario General y presidente interino, nunca han sabido aplicar. En estos últimos siete años se han comido y dilapidado todo lo que se encontraron, estando totalmente dispuestos a trasladar toda la miseria generada a los que les sucedan.

El fantástico "monopoly" del desdichado Rodriguez Zapatero se está desmoronando sin solución de continuidad, y mientras, el iletrado ministrete de Fomento, Don José Blanco, alias "Pepiño do Miño", se estira y da saltitos detrás del atril, soltando necedades a diestro y siniestro....¡¡Que pena!!

Atentamente
José-Tomás Cruz Varela
D.N.I. 02470916A

viernes, 22 de abril de 2011

EL VIAJE DE LOS CAMERON Y ALGO MÁS



Escaso eco le ha sido concedido por los medios de comunicación, al reciente viaje efectuado a Granada por el primer ministro ingles David Cameron, para celebrar el cumpleaños de su esposa Samantha.  El matrimonio voló en una compañía de bajo coste y sin haber utilizado medio oficial alguno, salvo una discretísima y lógica seguridad.

Tal comportamiento, supone sin duda todo un ejemplo de ética que contrasta con la reciente y vergonzosa actuación de los euro-parlamentarios, oponiéndose mayoritariamente, tanto populares como socialistas, en votación a la propuesta efectuada por un diputado portugués, solicitando que sus señorías viajasen en clase turista y no en primero como lo vienen realizando, o por lo menos cobrando....

¿Como puede permitirse que los políticos soliciten más sacrificios a los ciudadanos cuando son ellos los primeros en hacer todo lo contrario?. Existen ciertas actitudes repugnantes y esta es una de ellas. Tal descaro, cuando estamos soportando una cifra de paro próxima a los cinco millones de trabajadores, consiste un intolerable insulto.

 Sin ir más lejos y comenzando por nuestro mismísimo presidente del Gobierno, Rodriguez Zapatero, ¿como se atreve a utilizar un avión oficial "Falcon", para viajar a Londres en unión de su esposa e hijas para ir de compras?. Mientras que Cameron y su esposa se hospedaron en un hotel de tres estrellas, Rodriguez y los suyos pernoctaron en el Embajada Española en Londres.

Al hilo de la cuestión, conviene aclarar que al parecer, somos los únicos europeos que pagamos las vacaciones del presidente y su familia, a través de los Presupuestos Generales del Estado, es decir, con nuestros impuestos. El resto de los primeros ministros europeos abonan las vacaciones con dinero de sus bolsillos, y aquí, nuestro primer mandatario se desplaza en avión oficial con los escoltas, ayudantes, servicio y toda la parafernalia....¿Alguien conoce algún personaje que para sus vacaciones necesite 15 cocineros?.

Si en todas las encuestas realizadas últimamente, la clase política es considerada en tercer lugar como uno de los grandes problemas españoles (los dos primeros son el paro y la economía), se comprende perfectamente que sigamos hundidos en la crisis y sin que los "puñeteros brotes verdes", sigan sin aparecer por ningún lado, pero mientras, todos con los sueldecitos garantizados y viajando en coche oficial.

El país está clamando a voces una urgente regeneración total y con toda la razón. Soportar otra legislatura en las condiciones actuales, supondría un suicidio y desaparecer como país respetado y respetable...¡¡Tiempo al tiempo!!

Atentamente
José-Tomás Cruz Varela
D.N.I. 02470916A

miércoles, 20 de abril de 2011

¿Para qué una procesión atea durante la Semana Santa en Madrid?



La  Asociación Madrileña de Librepensadores y Ateos, y Ateos en Lucha, las dos organizaciones convocantes de la pretendida manifestación atea en Madrid, prevista su realización para el Jueves Santo de este 2011, no “se han salido con la suya” -expresión que se ufanarían en utilizar no pocos colectivos católicos- porque la delegada del Gobierno de Madrid, doña Dolores Carrión, les he denegado el permiso.

     Quien estas líneas escribe no se considera ateo, en absoluto; si bien su fe religiosa católica, a decir verdad, sea por dudas razonables provocadas sobre todo por la presencia del mal en el mundo, el llamado, teológicamente hablando, misterio de iniquidad (injusticias de todo tipo, enfermedad, catástrofes naturales, la realidad misma de la finitud y de la muerte...), sea por el mal ejemplo de muchos creyentes religiosos, especialmente por parte de los católicos, o sea por su propia debilidad e inclinación al pecado, a menudo  sufre los embates de la debilidad y de la duda. Pero sí, no soy ateo. No obstante, permítaseme este imposible, esta hipótesis que se me antoja harto improbable: si yo fuese ateo, no estaría conforme con hacer procesiones ateas; y menos, con hacerlas a propósito coincidentes con las propias de la Semana Santa católica.

     ¿Que por qué? Por dos razones principales, siempre y cuando, repito, fuese posible ese harto improbable de poder en verdad imaginarme cómo actuaría yo si fuese ateo, esto es, siendo yo, en “cuerpo y alma”, un ateo. La una, porque si no me interesaran las procesiones ni nada de lo que hace o propone hacer la Iglesia católica, me bastaría con pasar de la Semana Santa sin hacer ruido, sin tocar el bombo y el platillo de cualquier suerte o especie de ateísmo militante: con irme de campamento, de acampada, de  playuqui, solo o acompañado, de viaje, o de lo que sea, en pos de la actividad que sea o fuere al margen de la fe celebrativa de la Iglesia católica durante la Semana Santa, tendría suficiente. Creo. La dos o la otra, porque veo innecesaria una procesión atea puesto que la propia crisis de fe actual de la Iglesia católica,  patética, vergonzante y tétrica, sobre todo en Europa, el viejo continente, ya se encarga ella solita de arrojar enormes cantidades de descrédito sobre la llamada Esposa de Cristo.

     Ojo: no pretendo inmiscuirme en la conciencia de ninguno de los fieles católicos o simplemente curiosos más o menos devotos de la Semana Santa; sí, en cambio, volver a poner el dedo en la llaga del que es, a mi juicio, el más grave problema actual al que se enfrenta la Iglesia católica en España, o se debiera enfrentar: la crisis de fe de muchos de sus hijos e hijas, o lo que viene a ser lo mismo, la sobre-abundante hipocresía y el sobre-abundante espíritu burocrático o funcionarial de muchos que se dicen sus representantes, altos jerarcas incluidos; en definitiva, la progresiva sustitución del talante militante, única razón de ser de la Iglesia católica para la evangelización, en beneficio del burocratismo, que es, intrínsecamente, paralizador del talante misionero y de cualesquiera esfuerzos militantes.

     Progresiva sustitución del talante militante por el talante funcionarial o burocrático que se ha venido acentuando en el seno de la Iglesia católica, a pasos agigantados, a lo largo y ancho de los últimos lustros. Por tanto, si la Iglesia católica en España está como está de mundanizada, de burocratizada y de debilitada por la muy endeble y pusilánime fe de no pocos de sus hijos e hijas, obispos incluidos  -y con toda seguridad incluido también, cómo no, quien estas líneas escribe-, ¿para qué una procesión atea?, ¿para tratar de hurgar más con malicia en la herida del herido? Es decir, veamos, no creo ser tan bobo: una procesión atea ¿para purificar la Iglesia, para hacerla más evangélica, más auténtica, más servicial o samaritana? Me temo que no; a fuerza de no ser obtusos, está clara la intención de los organizadores de la procesión atea, finalmente fallida, a saber, disparar contra la Iglesia católica para hacerle daño. Lo manifestaron ellos mismos en la etapa de preparativos y publicación de intenciones: <>.

     Y claro, de ser así, de haber sido esa la intención, yo no puedo sino continuar preguntándome en voz alta, confío en que no de manera retórica ni con resultados que vengan a ser hueros, estériles, lo que sigue: ¿Más?, ¿castigarla aún más, a la Iglesia católica, más de lo que ya de por sí la castigan y la desacreditan todos los burócratas, trepas, nepotistas, mundanos y espiritualistas desencarnados que parecen haberse adueñado de la Esposa de Cristo, a menudo con los pertinentes o de rigor consentimientos episcopales o vicariales de turno?

     Pero, desconcertante Iglesia: pone el grito en el cielo porque un grupo de ateos amenaza con agredir la conciencia, los usos y costumbres y la fe misma de los católicos en Semana Santa -muchos de los cuales, por cierto, siguen bautizando a sus hijos y permitiendo que hagan la Primera Comunión y vamos, todo lo que haga falta, y empero siguen pasando de la Iglesia católica: todo se convierte en mera rutina, en actos sociales como ritos de paso y aquí en la tierra paz y en el cielo, gloria-, y sin embargo sigue permitiendo toda clase de incoherencias e hipocresías a cuál peor. Y la peor de todas, insisto: la predilección por los burócratas en detrimento de los fieles que sí más claramente han demostrado en sus trayectorias vitales un compromiso militante.

     Conozco varios casos de fieles católicos así afectados-perjudicados que me han llegado a comunicar, no sin amargura, no sin un como inevitable pozo de melancolía, conclusiones o siquiera temores como éstos: ¿De qué me habrá podido valer el conocimiento teórico e incluso la praxis militante de espiritualidades como la de Guillermo Rovirosa, la de Emmanuel Mounier en particular y el personalismo comunitario en general, o la del Movimiento Obrero “en su conjunto” con el objeto de aplicar a la evangelización, todo su rico tesoro de solidaridad y pasión por la justicia social, si resulta que la Iglesia católica en España está tan mundanizada, por una parte, y tan burocratizada por otra, que apenas tiene en cuenta las espiritualidades anteriores y sí el más burocratizante de los nepotismos imaginables, o también el espiritualismo desencarnado y mucho, muchísimo, todo lo que tiene que ver por activa y por pasiva con las soluciones propias del espíritu o talante burocrático? 

     De modo que ante una realidad eclesial así, casi que pierden el tiempo, me parece a mí, los ateos, librepensadores, anarquistas y demás radicales  aglutinados en torno a Ateos en Lucha y a Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores, amén de en torno a otras organizaciones afines. Pierden el tiempo porque la Iglesia católica ella solita se basta para hacerse daño, y mucho, a sí misma. De modo que sí: tal vez es que pierden el tiempo porque no termino de aprehender qué ejercicio de militancia constructiva puede ser el de tratar de hacer daño a una institución cuyas espantosas contradicciones internas, sobre todo manifiestas en el ya he dicho que tétrico, vergonzante y patético nivel padecido de burocratismo, nepotismo y aburguesamiento burocratizante, ya son suficientemente perniciosas, dañinas por sí mismas.


A modo de conclusión

Como posible conclusión programática para este escrito, confieso que me gustaría una Iglesia católica en la que hubiera más militantes y menos burócratas. Más obispos proféticos -al estilo de no pocos del Tercer Mundo- y menos, muchos menos obispos burocráticos y claramente  partidistas e hipócritas. Una Iglesia con muchos más testigos auténticos de la fe y menos teólogos enterados. Una Iglesia con un Papa que no sea Jefe de Estado y con el sea posible, en un clima de cordialidad y de respeto y de fraterna confianza, tomarse un café, un té, un mate, una cervecita, una infusión... Porque mucha gente que pasa no poco de la praxis de la fe de la Iglesia católica, sin embargo se sigue imaginando que Jesús de Nazaret sí prodigaba inequívocos gestos de ternura, compasión, afabilidad y cercanía con toda clase de gentes sencillas, marginadas, proscritas, o enfermas, y como resulta que ven que el Papa es tratado con honores de Jefe de Estado, y exige a través del protocolo sumisión filial y que se le bese su anillo de oro...

     Desde luego, el asunto controvertido es algo más que el discutir sobre si al Papa debe o no llamársele santidad, santo padre, santísimo padre, o sumo pontífice. No me convencen las enmiendas presentadas por los cristianos protestantes porque interpretan Mt 23, 8-12 (<  de ustedes se haga servidor de los demás. Porque el que se hace grande será rebajado, y el que se humilla será enaltecido.>>) de una manera que yo mismo no dudaría en calificar de unilitaralmente literalista, “al pie de la letra”, tendencia por lo demás muy de la exégesis protestante. Sin ser yo un experto en exégesis, en modo alguno, pero sobre todo teniendo clara conciencia, estimo, de no practicar sobre esa perícopa una exégesis distinta a la de la Iglesia católica, me parece muy claro que los versículos en que pivota  la enseñanza evangélica del conjunto de estos versículos son Mt 23, 11-12. O dicho de otra manera: llamamos padre o papá a nuestros padres como progenitores nuestros que han sido o son, maestros a quienes nos han enseñado en las escuelas por las que hemos pasado, y llamamos doctor a quienes tienen esa titulación académica superior o incluso a médicos aunque no gocen de ese grado que otorga una determinada investigación de estudios superiores o de “postgrado; lo hacemos con total normalidad, sólo que para un cristiano ha que quedar clara la fe en que Dios es, por encima de padres, papaítos, maestros y doctores, el Maestro, el Doctor, el Padre. Por eso, no me escandaliza la tradicional costumbre católica de llamar santidad o santo padre al Papa, por más que mucha gracia no me hace, la verdad, acaso porque en mí se dan cita los ideales católicos con algunos de cuño libertario. De modo que así las cosas, lo que me desconcierta más que el hecho de esa tradición protocolaria, es que en las relaciones entre discípulos de Jesucristo, de cualquier condición y estado, no se tenga presente lo que se dice en Jn 13, 14-17: <> El no tener muy presente la enseñanza anterior es mucho más grave para la vida de los cristianos, que el tener que llamar al sucesor de Pedro con esos títulos sólo en apariencia antievangélicos.
 

     Con todo, lo cierto es que muchas personas siguen creyendo estar seguras de que una realidad, la del  Profeta de Nazaret, no casa nada o muy poco con la realidad actual del Vaticano. Y en gran medida, quizá no en toda, considero yo mismo que no les falta razón. Desde luego, no poco de lo que se dice sobre y contra las riquezas del Vaticano y demás leyendas negras y urbanas, no es verdad, es falso; pero me sigue pareciendo a mí que la gente “no percibe” que los papas sean precisamente personas sencillas, completamente asequibles, personas a las que hay que tratar con respeto y fidelidad, ciertamente, pero sin sumisiones principescas que parecen más propias de monarquías o monarquismos absolutos que de la libertad de los hijos de Dios (cfr. Rom 8, 15-17; Gál 5, 1; 13), y que de la noción radicalmente evangélica de Iglesia como comunidad de iguales. 

    Con una Iglesia católica más claramente fiel al Evangelio, acaso no surgirían ateos deseosos de hacer manifestaciones provocativas en Semana Santa. Digo ¿muy ingenuamente? Si incluso así, con una Iglesia católica más audazmente uto-profética (utopía y profecía) y por ende más auténtica, surgieran esas manifestaciones ateas, puesto que el mismo Jesús aseguró a los suyos que serían perseguidos, como a él mismo lo iban a perseguir, por toda clase de enemigos de la fe ( Mt 10, 23-26), con toda claridad y con todo respeto yo seguiría estando en contra de la oportunidad y de la conveniencia de esas manifestaciones. Pero desde luego, sí que en contra, sí, sólo que al precio de seguir sufriendo por esta Iglesia católica, ya conocemos que no poco burocrática e hipócrita, que se “asusta” porque un grupito de ateos, anarquistas y librepensadores amenace con celebrar por Madrid en pleno Jueves Santo una procesión al parecer irreverente  y anticatólica, sin que tal susto parezca llevarla con evangélica pasión, al menos en España, a tratar de querer ir purificando la mucha inmundicia interna que le sale por todas partes.
      

     Así al menos veo yo las cosas. No obstante, creo en la fuerza del Espíritu Santo, que sopla libre, también fuera de los marcos y límites visibles de la Iglesia universal. De modo que también creo aprehender y descubrir en el tiempo actual de la Iglesia universal muchas buenas razones solidarias y fraternas para perseverar en la fe. Sólo que desde luego esos motivos para la esperanza no los veo en el testimonio de las fieles católicas partidarias del aborto, por ejemplo, y sí en el de las mujeres católicas decididas a seguir el ejemplo de mujeres ejemplarmente fieles a la maternidad y la vida como la italiana Gianna Beretta Moya... No lo veo en los contornos de la familia más bien pequeño-burguesa, cerrada a la vida y a la solidaridad, sino en la que se esfuerza, superando crisis, dudas y debilidades, en ser militante, profética y fiel al Magisterio pese a los muchos males, hipocresías y pecados de la propia Iglesia católica.

     Sólo que volvemos a lo mismo al citarla, al citar a una mujer como la santa italiana: me temo que la mayoría de las mujeres jóvenes que se declaran católicas y que no raramente hasta se ganan la vida en lo profesional gracias a la Iglesia católica, no querrían en modo alguno parecerse a Gianna Beretta Moya. E incluso algunas, lo he podido comprobar yo mismo, trabajan profesionalmente para la Iglesia católica predicando en contra de su doctrina en aspectos esenciales de la  doctrina de la fe. De modo que ante un panorama tal como es el de la Iglesia católica en España en nuestro tiempo histórico, la “amenaza” de esa manifestación atea al final frustrada no es que me haya hecho mucha gracia o me inspire precisamente sentimientos de admiración y aplauso, en modo alguno; pero tampoco me quita el sueño, la verdad, ni hace que me rasgue las vestiduras, puesto que sigo más pendiente de los que considero muchos males de la Iglesia católica, que de las presuntas “afrentas” a ella por parte de los ateos, anarquistas, librepensadores, masones y demás radicales.

     Dicho con intención gráfica y sentenciadora o conclusiva para dar por finalizada esta reflexión: la Iglesia católica se está haciendo más daño a sí misma en la actualidad por causa de sus seculares pecados, nepotismos, burocratismos, pactos con lo mundano, hipocresías e incoherencias internas, que el daño que pueda estar recibiendo -que no niego, ciertamente- procedente de los llamados “enemigos” de la fe católica, apostólica y romana.

Luis Alberto Henríquez Lorenzo.

17-4-2011. Gran Canaria

lunes, 18 de abril de 2011

EL DESLIZ CHINO DE ZAPATERO

(Naranjas de la China, la Chi-na-na, te voy a regalar)

Son varios ya varios los políticos que pronosticaron que nuestro presidente en funciones, Rodriguez Zapatero, durante los once meses que ha decidido continuar viviendo en la Moncloa, nos proporcionará momentos de gloria como ha ocurrido en su último viaje a China. Sin consultar con Rubalcaba, vicepresidente, ministro, portavoz, malo como un dolor y verdadero cerebro pensante del Gobierno, filtro a los medios, por su cuenta y riesgo, que el CIC (China Investiment Corporation), estaba estudiando un paquete de inversión en diversas cajas de ahorros españolas, por 9.000 millones de dólares, a los que habría que añadir otros 4.000 de compañías privadas. En total, 13.000 millones de dólares (9.000 millones de euros).

Mayor eficacia en tan breve espacio de tiempo, imposible. La gestión presidencial habría sido un éxito rotundo y como tal se vendió. Algo solo al alcance de nuestro faro y guía de la Alianza de las Civilizaciones. Lo triste de la historia es que todo quedó en un "cuento chino" (versión socialista), ya que a primera hora del jueves día 14, el CIC, desmentía rotundamente la información transmitida por el Gobierno español, manifestando que: "los informes carecen de fundamento y no están en consonancia con la verdad". Ridículo total. Aun así, Zapatero aseguró que los citados fondos llegaran, sin precisar, claro está, ni cuando ni por cuanto. Para que nos entendamos, lo mismo que ha venido ocurriendo con las repetidas promesas de superación de la crisis, brotes verdes, creación de empleo... etc. etc. Por lo menos, el viajero veneciano Marco Polo, se trajo de China a Europa la pólvora, y ZP, solo humo u bobaliconas sonrisas orientales...

Cabria cuestionarse hasta que punto es oportuno permitir que Zapatero viaje por el mundo representando a España. Sus actuaciones solo logran ridiculizarnos internacionalmente. En más de un país, incluido China, se habrán planteado como este personaje, con su ignorancia, torpeza y atrevimiento está gobernando una nación. Facilitar una información (fondos chinos), a sabiendas de que es falsa, como en este caso, cuando menos,  resulta inadmisible.

 El negarse a convocar elecciones anticipadas cuanto antes, va a acarrearnos serios problemas de todo tipo. En este estado de cosas y con nuestra situación, el seguir dilatando la celebración  de unas generales por motivos políticos, es intolerable. Aquí y ahora, igual se venden mítines al por mayor que demagogia a la medida, y como complemento de la promoción, se regalan improvisaciones....

¿Alguien imagina a que podría dedicarse Zapatero una vez celebradas las primarias y con candidato o candidata electo?. Habría que distinguir que entre ser considerado el peor presidente de la democracia y el que más daño le está proporcionado al país, existe una diferencia notable. A estas alturas y tras el último y desafortunado periplo presidencial, solo queda preguntarnos...¿En manos de quien estamos?. La osadía de algunos no tiene límites....¡¡Tiempo al tiempo!!

Atentamente
José-Tomás Cruz Varela
D.N.I. 02470916A

jueves, 14 de abril de 2011

EL PROBLEMA DEL PP SE LLAMA RAJOY

Desagradable despertar el del domingo día 10 para Rajoy y altos dirigentes del PP, al comprobar el brusco e inesperado cambio de resultados electorales reflejados por la encuesta realizada los días 5 y 7 de abril por la empresa Sigma Dos para el Diario EL MUNDO. De un solo zarpazo, la cómoda ventaja de 16,5 puntos del PP sobre el PSOE, quedó reducida a 7 u 8 solamente.

Todo parece indicar que el PSOE, tras sacudirse el lastre que suponía mantener a Zapatero sin conocer su fecha de caducidad, su salida del escenario político, ha producido un cambio de expectativas electorales altamente positivas. Deduciéndose que la sintonía de las bases socialistas con su presidente desde mayo del 2010, era prácticamente inexistente.

La capacidad de recuperación experimentada por el PSOE en tan breve espacio de tiempo, ha sido toda una pirueta que extrapolada a la intención de voto, debe preocupar, y muy seriamente, a la cúpula del PP, quienes hasta hace muy poco contaban con que los próximos comicios de municipales y autonómicas se ganarían con facilidad. Se impone un prudencial cambio de criterio para no caer en absurdos triunfalismos, que tendrían una desastrosa repercusión en la generales del 2012.

Como aviso a navegantes, conviene que los populares repriman su ímpetu y no sobre-dimensionen sus perspectivas electorales. El presunto éxito que reflejan, o reflejaban las encuestas, no obedece solamente a las actuaciones de sus líderes y mucho menos a los éxitos cosechados personalmente por Mariano Rajoy con sus indecisiones, ausencia de compromisos e inoportunos silencios, sino al gran desgaste a que ha sido sometido Zapatero en esta última etapa.

La mediocridad y pobre liderazgo ejercido por Rajoy no es nada nuevo; es lo que hay y solo resta pensar eso de que "a la tercera va la vencida".  El otro aspecto que cada vez daña más la imagen del líder popular, es la falta de firmeza con los miembros de sus partido, presuntamente inmersos en casos de corrupción. Concretamente, la actuación con la Comunidad Valenciana, consintiendo que Francisco Camps presente una lista en la que figuran nueve implicados en casos de corrupción, descalifica a los miembros de su partido para criticar situaciones de este tipo o similares en el PSOE. Este tremendo fallo se pagará muy caro no solo por la reprobación del PSOE, sino de la propia sociedad española.

El otro gran error de Rajoy consistió en su inasistencia a la manifestación organizada por la AVT del sábado día 8 en Madrid, bajo el lema de: "Por la derrota del terrorismo. ETA fuera de las elecciones". Cuando el Partido Popular decidió acudir y apoyar un acto de este tipo y trascendencia, la presencia del presidente , indiscutiblemente, era incuestionable. La disculpa de tener que desplazarse a Ponferrada a recoger un premio en ese mismo dia, de la Federación de Asociaciones de Radio y Televisión, constituyó una descarada ofensa para las víctimas y resto de manifestantes, muchos de los cuales corearon la pregunta de ¿donde está Mariano?

La contestación de la presidenta de la AVT, Angeles Pedraza, a la llamada telefónica de Rajoy justificando su ausencia por un problema de agenda (?), fué definitiva. "Aquí cada uno ya sabe donde puede y debe estar; quien quiere estar, está, y quien no, no está". El reproche no pudo ser mas claro y concreto. Incluso, la frase del presidente popular del día anterior alegando que: "es un mandao que hace lo que le dicen", resultó de lo más grotesco e inoportuno.

Si tal como se afirma, Arriola es el principal asesor de Rajoy, en esta ocasión debió limitarse a observar un discreto silencio y no aconsejarle el viajar a Leon. Tal actuación, si se produjo, no justificaría su abultadísimo sueldo con muchos dígitos, según afirman las malas (o buenas) lenguas.

El Sr. Rajoy parece ignorar que en su caso, los pactos con otras formaciones políticas son prácticamente inviables, y con una victoria por la mínima en las generales el PP no podría gobernar. Debe modificar su comportamiento. Actuar más y delegar menos. Comprometerse, arriesgarse, fajarse e incluso equivocarse, para que los ciudadanos comprueben como se parte el pecho un día sí y el otro también, para lograr el cambio de gobierno que España tanto necesita. Los 8 puntos de diferencia que separan al PP del PSOE no son una renta suficiente; es necesario incrementarla pero eso no se logra fumándose un puro ni pisando alfombras rojas....¡¡Tiempo al tiempo!!

Atentamente
José-Tomás Cruz Varela
D.N.I. 02470916A