Reformar la
Constitución Y especialmente el Título VIII, así como la Adninistración
integral del Estado, constituye urgente necesidad. Prueba evidente de ello es
que jóvenes y no tan jóvenes, cada vez, se sienten más desvinculados de nuestro
sistema político. Las nuevas generaciones viven totalmente al margen
involucrándose en movimientos más o menos revolucionarios, en los que se
refugian para protestar colectivamente, pero sin aportar novedad alguna. Entre
la nueva militancia de todos los partidos existen grupos que defienden los
cambios, y entre ellos, las citadas
reformas, pero sus voces son acalladas por una mayoría que no está
dispuesta a que les muevan el sillón, importándoles un bledo todo lo demás.
Otro problema,
que aparentemente tendría fácil solución, sería lograr el consenso de los dos
partidos más votados, PP y PSOE, 80% de los sufragios, para abordar la
mencionada y necesaria reforma, pero al parecer en España, gobierno y oposición
son entes irreconciliables a la hora de alcanzar Pactos de Estado como está
demandando nuestra preocupante e inquietante situación económica y crecimiento
del paro.
Nuestra pérdida
de credibilidad ya se mide por días. Lo que ayer consideramos como bueno, hoy
ya es medio bueno o no tan bueno, y mañana un desastre total. El FMI (Fondo
Monetario Internacional) considera imposible la reducción del déficit hasta el
6,3%, unido a que el PIB caerá un 1,3% en 2013, porcentajes que tiran por
tierra los quiméricos pronósticos del Gobierno. Internamente, Banco de España
y y círculos empresariales y
financieros, dudan también de las cifras oficiales, con lo cual volvemos a caer
en el mismo error de siempre, consistente en
continuar sin ofrecer la más mínima credibilidad, con lo cual, la
atracción de inversores es prácticamente nula y la creación de puestos de
trabajo, ídem de los mismo.
Seguimos
empecinados en nuestro absurdo inmovilismo. Hace casi dos años, según la
reciente encuesta del CIS, el 42% de los españoles se manifestaban satisfechos
con el sistema autonómico vigente y en la actualidad, este porcentaje, ha caído
hasta el 29%, lo que refleja estar subiendo el número de ciudadanos que
discrepan con el funcionamiento de las CC.AA.
Son los
nacionalismos catalán y vasco los que están aprvechando estos momentos
convulsos para fomentar el movimiento independentista en contra del sentimiento
del resto de España, pero el verdadero problema, esencialmente en Cataluña, es
que sus manifestaciones separatistas son públicas y sonoras (La Diana,
enfrentamiento Barcelona Real Madrid), pero contrariamente se desconoce la
opinión de esa gran mayoría silenciosa que no llama la atención, pero que tiene
opinión….
El secesionismo
catalán no está dispuesto a reconocer y compartir la convivencia con y dentro
de España. Los perjudicados, como ocurre siempre, serán los ciudadanos y
favorecidos los dirigentes políticos que continuaran moviéndose en coche
blindado…Bien hace Iñigo Urkullu (PNV) en desvincularse del nefasto gestor
Arturo Mas (CiU) su ridículo ardor
separatista y seguir con el discurso de no pretender divorciarse de España.
Visualizar las imágenes de lo que está ocurriendo en Grecia con la visita de
Ángela Merkel constituye todo un “aviso a navegantes” y que cada cual lo juzgue
como mejor entienda….¡¡Tiempo al tiempo!!
Atentamente.
José-Tomás Cruz Varela
D.N.I. 02470916A
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