viernes, 6 de mayo de 2011

LA LACRA DEL ABSENTISMO


Resulta muy triste que los propios cargos políticos de la Junta de Andalucía, reconozcan y afirmen como algunos de sus funcionarios, abandonen el puesto de trabajo para: " realizar compras en  El Corte Ingles, dar paseos sin horarios de vuelta y desayunos de hora y media". Que este tipo de escaqueos sea práctica habitual, resulta, cuando menos. vergonzoso. Concretamente, la secretaria general de la Delegación de Obras Públicas y Transporte de Málaga, Yolanda Agudo, ante tal desmadre, todo lo que se le ocurrió es dar: "un severo toque de atención a sus subordinados", cuando lo procedente seria sancionar con todo rigor dichos anormales comportamientos.

La citada secretaria general, cargada de buena voluntad sin duda alguna, hizo referencia a lo sorprendente que les resultaría a cuatro millones de parados (disculpemos su lapsus, son cinco) como los funcionarios pueden conservar sus puestos de trabajo "dedicándose a pasear sin recato a cualquier hora de la mañana por Málaga", pareciendole igualmente muy extraño que estos amantes del aire libre, desaparezcan sin avisar a sus jefes..Posiblemente, doña Yolanda, lo primero que debería preguntarse es si los jefes están en su sitio y con que frecuencia se ausentan.

Desde otro punto de vista, el absentismo injustificado es otra forma de corrupción y una de las principales inquietudes, tanto de las empresas privadas como de la Administración que impiden mejorar la productividad. Si tal como afirma la CEOE, cada día faltan al trabajo en España un millón de personas, el doble de la media europea (dando ejemplo como siempre), tal cifra supone un coste de 13.000 millones de euros (el 1% del Producto Interior Bruto, PIB), con el agravante que de ese millón de absentistas, 400.000 han falseado sus bajas. Ahora, la preocupación más generalizada pasa por colocar cuanto antes a todos los familiares y amiguetes en la Administración y empresas públicas dado que los "peperos" amenazan con tocar poder a la vista de lo que dicen las encuestas.

La lacra del absentismo no es nada nuevo en España y concretamente, en la empresa privada, se redujo un 90% en el año 2009 por temor a la pérdida del puesto de trabajo. En las distintas administraciones (central, autonómica y municipal), simplemente aplicando el Régimen Disciplinario de la Función Pública, y sancionando merecidamente a dos o tres casos por departamento, habría desaparecido un alto porcentaje de abusos. Claro que previamente, para aplicar sanciones y obrar con justicia, deben ser los jefes y responsables los primeros en predicar con el ejemplo, algo que, lamentablemente, no se produce con la frecuencia deseada.

La gran diferencia sobre el tratamiento del absentismo entre la empresa privada y la Administración consiste en que, en el primer caso, corre a cargo del propietario o accionistas de la entidad en cuestión y en la Administración, lo pagamos todos los ciudadanos con nuestros impuestos.

Atentamente
José-Tomás Cruz Varela

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