El 28 de  Septiembre de 2009, escribí un artículo que titulé "El  peligro musulmán", en el que expresaba mis temores por la enorme  cantidad de musulmanes inmigrados a España, que en su gran mayoría se  niegan a aceptar nuestras leyes, nuestra cultura y nuestras tradiciones,  pretendiendo imponer las suyas. 
A este respecto, el imán de Madrid  expuso que en nuestra nación habían unos 400.000 musulmanes  nacionalizados españoles (en aquel momento porque actualmente superan  ampliamente el millón, gracias a la "generosidad" del presidente del  gobierno nacional, José Luis Rodríguez Zapatero, que legalizó de un sólo  plumazo a 700.000 inmigrantes musulmanes ilegales, sin que le temblara  la mano al firmar la aberrante disposición, y superando ampliamente las  que en diversas etapas de su mandato realizara José María Aznar, que fue  el primer culpable de las legalizaciones), "que tienen los mismos  derechos que Rouco Varela", el arzobispo de la capital del Estado  español, pero el tal imán nada dijo de las obligaciones que conllevan  esos derechos, como son las de respetar y acatar nuestras leyes y  nuestras costumbres y no pretender regirse por las suyas, que,  obviamente, no son transplantables a nuestro país. 
Hace unos años -no  recuerdo ahora cuantos- el emir de una nación musulmana , -no me viene  en el momento de redactar este articulo a la memoria su nombre-, que en  un viaje a España visitó, como es de rigor, La Alhambra, declaró sin  ambages "que había llegado a casa". Y en Estambul, varios imanes  amenazaron al obispo de Esmirna, refiriéndose a Europa: "Os  conquistaremos con vuestras leyes democráticas y os dominaremos con  nuestra religión" Toda una declaración de guerra. 
Y esto es lo que está  sucediendo desde hace algunos años en distintas naciones europeas. Antes  de continuar con esta exposición del probable dominio musulmán en  Europa, del que aportaré pruebas fehacientes e indiscutibles, es preciso  recordar, o enseñar a algunos que la desconocen, la historia del  nacimiento del Islam: Mahoma, que nació en el año 570 de la era  cristiana, lo empezó a predicar en La Meca en el año 613, después de que  el año 610, en la montaña de Hira, recibiera la aparición sobrenatural  del arcángel Gabriel, que le anunció que había sido elegido por Alá como  apóstol, y después de tres años de vacilaciones y dudas sobre la  realidad de tal aparición, Gabriel volvió a aparecérsele nuevamente y le  encargó que advirtiese a los hombres del inminente juicio divino,  entonces se decidió a predicar lo que el arcángel le había enseñado: Alá  es el único Dios del universo; todos los creyentes son iguales ante Alá  y si bien él es el que determina el destino de los hombres, estos  tendrán que rendir cuentas de su conducta en el Juicio Final; los ricos  deben compartir sus riquezas con los pobres. 
Esta religión fue  denominada Islam (conforme a la Ley de Dios) por los seguidores de  Mahoma y como puede observarse por las fechas citadas, es muy posterior  al cristianismo, y en el Corán aparecen muchos personajes y preceptos  del antiguo y nuevo testamento cristiano, por lo que puede afirmarse que  en muchos aspectos es una copia de aquellos. La vida del creyente  islámico está regida por cinco obligaciones, que siguen siendo  plenamente válidas para los musulmanes de nuestra época: fe, oración,  limosnas, ayuno y peregrinación a La Meca, por lo menos una vez en la  vida. 
Estos preceptos son considerados las cinco columnas del Islam, y  algunos sectores más fanáticos han añadido un sexto pilar: la guerra  santa contra los infieles. Pero Mahoma no escribió El Corán por la  elemental razón de que el alfabeto árabe es una invención posterior en  dos siglos al profeta. Un estudioso alemán del árabe, que usaba el  pseudónimo de Christoph Luxemberg sostuvo que El Corán en lugar de estar  escrito en árabe puro, presentaba abundantes evidencias de otras  lenguas e influencias literarias. 
Esto es evidente para los  especialistas, pero los musulmanes se niegan a aceptar esta evidencia e  insisten en que el dogma de que El Corán es árabe puro. Ante esto -que  el alfabeto árabe es posterior en dos siglos a Mahoma- no es  descabellado presumir como habrá sido cambiada y falsificada en muchos  casos la doctrina del profeta, por ejemplo: que el musulmán que se  convierta a otra religión pague con su vida la apostasía, y la "guerra  santa". 
El título de este artículo, "Europa, ¿musulmana?" no es una  pregunta de carácter sensacionalista o alarmista sino totalmente  realista, porque hay numerosísimas evidencias de que a mitad de este  siglo -en la que muchísimos de nosotros no estaremos con vida para  verlo- de seguir las cosas como hasta ahora con respecto a la  inmigración musulmana, Europa -incluidas las islas canarias y las de  Madeira- deje de ser tal como la conocemos ahora para pasar a estar  dominada por una mayoría bastante superior a los genuinos europeos de  musulmanes. 
Si algún lector cree que exagero o que trato de infundir  pavor, o que soy xenófobo o racista, lo tranquilizo comunicándole que no  existe nada de ello en mí, ni xenofobia ni racismo pero si una  grandísima preocupación por el futuro que les esperará a nuestros  descendientes y un arraigado espíritu de defensa de nuestra civilización  y nuestra cultura -por imperfectas que puedan ser, pero no conozco  otras mejores ni superiores- que tanto han aportado e influido en  nuestro planeta. 
Como prueba de lo que expuesto anteriormente recomiendo  la lectura del revelador libro del periodista británico Christopher  Caldwell, columnista del Financial Times, colaborador del New York Times  y redactor jefe del Weekly Standard, vive en Washintong D.C. y viaja  frecuentemente por Europa, siendo uno de los periodistas más influyentes  del mundo y lleva más de diez años escribiendo sobre la política y la  cultura del Islam en Europa, "La revolución europea. 
Cómo ha cambiado el  Islam al viejo continente", del que reproduciré párrafos y frases  contundentes que demuestran palmariamente lo acertado y justo del título  de su obra y avalan rotundamente la pregunta que planteo en el título  de este artículo. 
Para comenzar, existe por parte de los inmigrantes  musulmanes un absoluto desprecio por la cultura europea, y expongo una  contundente prueba, que no es un hecho aislado sino que forma parte del  todo: un inmigrante musulmán en Bélgica contestó a un periodista a una  pregunta sobre una pintura flamenca de Rubens o van Dyck: ¿Porqué voy a  tener que pagar impuestos para mantener ese estúpido cuadro? Este es  solamente un pequeño ejemplo porque a continuación reproduciré, como  dije precedentemente, párrafos y frases que llevarán la preocupación a  cualquier ciudadano genuinamente europeo -y nosotros, los canarios,  aunque africanos geográficamente somos europeos culturalmente, con todo  lo positivo y negativo -que también lo hay- que ello conlleva-. 
Comienzo, pues, la reproducción y relación de las citas que me han  producido mayor impresión y temor: Página 59, "Es irrealista buscar en  la inmigración un alivio siquiera modesto de la precaria situación del  Estado del bienestar. El economista de Harvard Martin Feldstein se ha  planteado el caso de España. A lo largo de los próximos cincuenta años,  la población española seguirá igual -en torno a los cuarenta y cuatro  millones-, pero su ratio de trabajadores por jubilado caerá desde 4,5:1 a  menos de 2:1. Feldstein se preguntó que efecto tendría acoger a dos  millones de trabajadores extranjeros, un aumento del 54 por ciento en el  número de nacidos en el extranjero ya presentes en el país. Podemos  asumir que los efectos sociales serían enormes, posiblemente  preocupantes y caros. 
Sin embargo los efectos fiscales de esa afluencia,  demuestra Feldstein, serían míseros. Además, como los inmigrantes  tienden a ocupar los peldaños más bajos de la economía, el aumento de  las compensaciones laborales -de las que salen los impuestos que pagan  el Estado del bienestar- estaría muy por debajo de esa cifra." Página  86: "Un resultado para Suecia fue una población musulmana entre 200.000 y  400.000 personas hacia el cambio de siglo, una cifra que engrosaron  tras 2003, decenas de miles de iraquíes huidos de las secuelas de la  invasión encabezada por Estados Unidos." Página 112: "A la gente  corriente le cuesta consultar los principios antes de actuar. Recurren a  una heurística y unas reglas generales de "amigo o enemigo".A estas  alturas, para los occidentales es casi un acto reflejo dar por sentado  que hay que oponerse a todo lo familiar, nacional y occidental, del  mismo modo que hay que proteger todo lo que sea foráneo e implique  incomodidad. 
Así, en 2006, Nadia Eweida, azafata de British Airways y  cristiana egipcia, fue suspendida de empleo y sueldo por llevar la cruz,  aunque la compañía aérea permite a sus empleadas musulmanas llevar  velos y pañuelos en la cabeza. (Tras varios días de escándalo en los  tabloides, la aerolínea se echó atrás y la volvió a contratar.) La BBC  obligó a una cristiana a retirar su cruz de la oficina, aunque también  permite los velos. Los europeos empezaban a despreciar sus propias  culturas, tal y como los intolerantes entre sus antepasados habían  despreciado las de otros pueblos." Página 117: "Si los europeos hubieran  sabido, cuando empezó la inmigración de Turquía, Marruecos, Argelia y  otros países en las décadas de 1950 y 1960, que habría millares de  mezquitas por toda Europa medio siglo después, jamás lo habrían  permitido. 
La tolerancia europea de otras culturas era sincera, sobre  todo entre las élites, pero ni siquiera ellas preveían que esa  tolerancia significaría el establecimiento, el afianzamiento y la  paulatina difusión de una religión extranjera en suelo europeo. A cambio  de unos beneficios económicos modestos y de extremadamente corta  duración, Europa replantó las semillas de una amenaza que había llevado  siglos de paciencia y violencia superar: la discordia interreligiosa,  tanto interior como internacional." Página l23: "Hay unos 20.000.000 de  musulmanes en el continente, si se cuentan los musulmanes nativos de los  Balcanes. 
Como se ha señalado, hay unos 5.000.000 de musulmanes en  Francia, 4.000.000 en Alemania y 2.000.000 en Gran Bretaña. En  Inglaterra predominan los paquistaníes y bengalíes; en Francia, Bélgica y  España los árabes, y en Alemania los turcos; pero el Islam de todos los  países europeos occidentales es hasta cierto punto una mezcla de  personas procedentes del mundo islámico. La elevada concentración de  esas poblaciones tiene el potencial de multiplicar su influencia. 
En  Londres viven ya un millón de musulmanes, que ascienden a una octava  parte de la población. En Amsterdam, los musulmanes suponen más de una  tercera parte de los creyentes religiosos, con lo que superan a los  católicos, además de a todas las órdenes protestantes juntas. Los  musulmanes dominan ya o compiten por la hegemonía de algunas ciudades  europeas importantes. Una lista parcial de ellas incluiría a Amsterdam y  Rotterdam en los Países Bajos; Estrasburgo y Marsella (y muchos de los  barrios residenciales de París) en Francia; Duisburg, Colonia y los  barrios berlineses de Kreuzberg y Neukölln en Alemania, y Blackburn,  Bradford, Dewsbury, Leicester, Londres Este y la periferia de Manchester  en Inglaterra. 
Esos lugares podrían, a medida que prosigue la  inmigración y aumenta el poder de voto y el saber hacer político de los  musulmanes ya presentes, adoptar un carácter cada vez más musulmán."  Página 124: "Según cuatro demógrafos del Instituto Demográfico de Viena,  el Islam podría ser la religión mayoritaria de los austríacos de menos  de quince años hacia mediados de siglo; es probable que Austria en su  conjunto, que era católica en un noventa por ciento en el siglo XX,  tenga menos de un cincuenta por ciento de católicos hacia mediados del  XXI." Página 131: "En 1995, dos terceras partes de los residentes de  Chanteloup eran de origen extranjero." Página 136: "En Francia la  segunda generación es peor que la primera y la tercera peor que la  segunda. 
Si Italia aún no afrontaba esos problemas de la segunda  generación, se temía un ministro, era porque su segunda generación  todavía no había salido de la escuela primaria." Página 139: "La  construcción de mezquitas era algo especialmente alarmante para los  europeos. No cabían muchas ambigüedades sobre lo que eso en particular  significaba a largo plazo....El complejo de la mezquita de  Duisburg/Marxloh, la mayor de Alemania, topó también con resistencias,  aunque fuese el mismo modelo de un establecimiento religioso moderno,  con su parroquia de clase media alta y sus millones de euros en  financiación procedentes de la Unión Europea y el gobierno local. Se  aprobó la petición que hizo la mezquita de un minarete de ¡treinta y  cuatro metros de altura! (las interjecciones son mías), pero se rechazó  rotundamente la incorporación de un muecín (o llamada a la oración) una  vez por semana. 
La cadena de televisión ZDF emitió unas declaraciones  según las cuales en el futuro los alemanes tendrían que hablar turco  para ocuparse de sus negocios cotidianos en Marxloh. La gran y moderna  mezquita, que pretendía acercar a la modernidad a la comunidad turca  musulmana de Duisburg, provocó más alarma pública que las otras cuarenta  y cuatro mezquitas que la ciudad había tenido en algún momento, aunque  hubieran estado situadas en garajes, sótanos y callejones y algunas las  hubiesen dirigido musulmanes de línea dura." Página 151: "Para el  parlamentario tory británico Enoch Powell, la entrada masiva de  extranjeros en Europa tenía más de colonización que de inmigración. Su  opinión resultaba inadmisible en la buena sociedad de la década de  1990." (añado que hay que reconocer que estaba acertado en su expresión  ante la innegable realidad). Página 152: "En la localidad holandesa de  Osdorp, densamente poblada por marroquíes, un grupo de ellos sometió a  un camarero a aullidos e insultos cuando éste intentó poner en la  televisión el partido de calificación para la Copa del Mundo  Holanda-República Checa en vez del Marruecos-Túnez. El 6 de Octubre de  2001, un mes después de los atentados del World Trade Center, las  selecciones nacionales de Francia y Argelia disputaron un "amistoso" en  el Stade de France, al norte de París. Miles de jóvenes árabes franceses  silbaron al equipo galo y a La Marsellesa, el himno nacional.  Centenares invadieron el campo, lo que obligó a suspender el partido".  "Durante buena parte del período posterior a la segunda guerra mundial  ha sido relativamente fácil convertirse en ciudadano europeo. 
Gran  Bretaña, para gran cólera de Powell y demás personas contrarias a la  inmigración, disolvió un imperio entero de más de quinientos millones de  personas sin enunciar unos criterios de ciudadanía claros. La Ley de  Nacionalidad de 1948 pretendía hacerlo, al crear una categoría de  súbditos no ciudadanos, pero una laguna permitía la entrada en las islas  Británicas de todos aquellos ‘que tuvieran un pasaporte del Reino Unido  o un pasaporte emitido por el gobierno del Reino Unido'. Dado que el  Reino Unido también había emitido los pasaportes coloniales, la ley  abrió las puertas de Gran Bretaña a todos los que supieran como  manipularla. 
En Europa había dos regímenes básicos de ciudadanía. Bajo  el "ius soli" (derecho del suelo), que dominaba en Francia, por no  hablar de Estados Unidos, todos los nacidos en el territorio nacional  eran automáticamente ciudadanos, sin importar de donde fuesen sus  padres. Según el "ius sanguinis", tradicional de Alemania, no lo eran.  Uno obtenía la ciudadanía si -y en la mayoría de los casos sólo si- sus  padres eran alemanes. De modo que los nacidos de argelinos en Francia  podían llamarse franceses, pero los hijos de turcos alumbrados en  Alemania no eran alemanes según la ley." Página 154: La mayor concesión  generalizada de ciudadanía de la historia reciente -la amnistía masiva  del presidente español Zapatero a 700.000 inmigrantes ilegales en 2005-  condujo a un resultado parecido. 
En el caso español, la hostilidad no se  dirigió contra el gobierno sino contra sus beneficiarios. Un año  después de la amnistía, las encuestas revelaban que los musulmanes  españoles tenían una opinión relativamente buena de sus relaciones con  los occidentales no musulmanes. Casi la mitad de los musulmanes (un 49  por ciento) estaban contentos con como se llevaban con los españoles  nativos, frente a un 23 por ciento que no...Sin embargo, los no  musulmanes de España de repente sentían más hostilidad que otros nativos  europeos hacia los musulmanes de su país. Sólo el 23 por ciento de los  españoles creían que ellos y sus vecinos musulmanes se llevaban bien,  mientras que un 83 por ciento asociaban el Islam al fanatismo." Página  155: "Göran Johansson, un líder radical sueco de la vieja escuela que  había llegado a alcalde de Göteborg, era conocido por no andarse con  miramientos al hablar de cómo la inmigración estaba transformando su  ciudad. Sin embargo hasta él dijo: "No me gusta la asimilación; me gusta  la integración. Tanto los suecos como los inmigrantes deben cambiar".  Cuando le preguntaron que aclarase lo que entendía por integración,  Johansson dijo: "No me importa si respetas nuestra cultura. Sólo tienes  que acatar la ley. ¡Pues claro que tiene que acatar la ley! Eso es lo  que la convierte en ley. Exigir que los inmigrantes cumplan la ley  equivale a exigirles exactamente nada. 
El resultado fue que Europa se  llenó de excelentes y virtuosas personas respetuosas con la ley cuyas  idea de la excelencia y la virtud no tenían nada que ver en absoluto con  Europa." Página 156: Jürgen Rüttgers, ministro presidente de Renania  del Norte-Westfalia, se había ganado la reputación de ser uno de los  archixenófobos de Europa por comentarios relativos a los indios, y  además advertía que no había pruebas de que una sociedad multicultural  hubiese funcionado alguna vez en el mundo. Aún así, también el dijo:  "integración no es asimilación. No hace falta renunciar a la religión,  pero hay que obedecer nuestros valores básicos." Página 157: "Rita  Verdonk, ex ministra holandesa de Inmigración, que en los años  posteriores al asesinato en 2004 de Theo van Gogh ha sido considerada la  política de rango ministerial más implacablemente antiinmigrante de  Europa, aplicó una especial insistencia en aclarar que la integración, y  no la asimilación, era la senda holandesa. "Asimilación significa que  pierdes la identidad de tu país de origen -dijo-. Nuestra política es:  debes aprender holandés, seguir nuestras normas y valores y cumplir la  ley". Sólo un político destacado de un gran partido ha disentido en  público de este punto de vista: el conservador y ex izquierdista  ministro del Interior alemán Otto Schily, que dijo: "La mejor variedad  de integración es la asimilación". "No suponen ningún problema;  totalmente integrados -dijo el sacerdote y parlamentario del DF Jesper  Langballe de los muchos tamiles que se habían instalado en su parroquia  de Jutlandia- 
El problema es que no pueden integrarse a grandes  cantidades de musulmanes en un país que tiene una base cultural que es  cristiana". Página 159: "En la Francia del propio Berque, el país que  más recursos ha dedicado a domesticar el Islam, los jóvenes de  ascendencia musulmana se consideran musulmanes antes que franceses.  Cuando se les preguntó que elemento los caracteriza mejor, alrededor de  un tercio de los estudiantes musulmanes respondieron que su religión,  frente a menos del 5 por ciento de hijos de franceses nativos que  contestaron lo mismo." Página 161: "El hecho de que el 68 por ciento  estén a favor del establecimiento de cementerios musulmanes en Europa  -que permitiría la sepultura en mortaja en vez de ataúd, entre otros  ajustes- quizá sea motivo para el optimismo, pero indica que el precio  de un Islam más "europeo" será una Europa más islámica. 
Cuando se les  pregunta si existe "una forma especial alemana de Islam", el 68 por  ciento de los turcos alemanes dicen que no. Están divididos a partes  iguales sobre la cuestión de si las leyes del Islam son siquiera  compatibles con las reglas de la sociedad alemana: un 52 por ciento  dicen que sí, mientras que un 46 por ciento opinan que no." Página 167:  "Tales cuestiones se ven complicadas por las subvenciones que los  estados del Golfo, en su mayor parte conservadores, pagan para construir  las instituciones del Islam europeo, a menudo con la complicidad de los  países de Europa. Arabia Saudí, donde predomina el conservador  wahabismo, paga sumas astronómicas para construir mezquitas y otras  instituciones. 
Los saudíes han aportado cien millones de libras a un  polémico proyecto que aspira a construir la mezquita más grande de  Europa en el Este de Londres, a tiempo para los juegos olímpicos de  2012. En Francia, la UOIF, un grupo que aglutina a organizaciones  juveniles musulmanas doctrinarias, obtiene una cuarta parte de su  presupuesto anual de Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos y Kuwait,  además de otros donantes extranjeros. La Gran Mezquita de Estocolmo fue  financiada durante mucho tiempo por un jeque de los Emiratos Árabes  Unidos." Página 169: "Muhammad Bouyeri, el asesino de Theo van Gogh,  exigió un servicio de autobuses hasta su club juvenil de financiación  pública. Insistió en que las autoridades municipales reformasen el piso  de sus padres para adecuarlo a la costumbre islámica. 
Apenas unos meses  antes de matar a van Gogh , Bouyeri le había rajado el cuello a un  policía con una navaja...y había sido condenado por ello a una pena de  doce semanas. La esplendidez, la neutralidad de criterio y la  indulgencia de los gobiernos europeos engendraban desprecio, y la  tentación, escribió el periodista Ian Buruma, de "ordeñar al Estado".  Página 171: "Si retomamos la observación de Huntington sobre las  fricciones entre el Islam y todas y cada una de las culturas con las que  tiene contacto, o pensamos en la penuria, servidumbre, violencia y  mediocridad de las sociedades musulmanas de todo el mundo....¿cómo lo  explicamos? O el Islam tiene un grave problema que deben resolver los  propios musulmanes, o una amplia variedad de culturas no musulmanas ha  desarrollado, por una increíble coincidencia, exactamente la misma  malevolencia hacia el Islam. Como es natural, esta última explicación  resulta atractiva para los inmigrantes activistas y sus defensores. 
Es a  lo que se refieren cuando hablan de islamofobia". Página 173: "Europa  no se las veía con un programa de inmigración ordinario en absoluto,  sino con una cultura adversaria". Página 176: "A los comentaristas y  políticos les gusta reconocer, como si realizaran una generosa  concesión, el tópico de que el Islam es ya "la segunda religión de  Europa". Hay quienes dicen incluso que eso exagera el impacto del Islam.  "Tenemos un debate público como si los inmigrantes musulmanes  religiosos constituyeran un 30 por ciento de la población -dice el  especialista danés en religión Anders Jerichw- La parte religiosa  probablemente sea un 1 por ciento". Sin embargo, describir el Islam como  la segunda religión de Europa en realidad es quedarse corto. 
Si se mide  el Islam por la intensidad de las convicciones de sus fieles, por su  importancia en los debates políticos, por los privilegios de los que  disfruta bajo la ley de muchos países europeos o por su capacidad para  intimidar a los potenciales detractores, el Islam no es la segunda  religión de Europa, sino la primera. En algunos países de Europa  occidental, las cifras absolutas de asistentes a iglesias y a mezquitas  son parecidas. En todos, las tasas de asistencia a las mezquitas son  superiores. Los europeos no se equivocan al ponerse nerviosos por lo que  no deja de ser, al fin y al cabo, una religión minoritaria. 
Quizá  Europa no se convertirá en una avanzadilla del mundo árabe, como  advirtió Bernard Lewis, pero si tiene una "nación del Islam" dentro,  pequeña pero en inexorable crecimiento". Página 177: "Los musulmanes  viven con más pasión y confianza sus creencias religiosas: un 68 por  ciento de los turcos creen que su religión es la única verdadera, frente  a apenas el 6 por ciento de los alemanes. El 70 por ciento de los  musulmanes europeos ayunan durante el Ramadán". Página 178 "El peso  demográfico del Islam en el mundo sigue creciendo, y Europa es donde más  rápido lo hace". Página 181: "En España, los continuos intentos de los  musulmanes de conseguir que la catedral de Córdoba se dedique de nuevo a  la plegaria musulmana han tenido un resultado similar. Hace ochocientos  años Córdoba se hallaba bajo dominio musulmán y la catedral era una  mezquita. 
Por otro lado, la mezquita se había construido encima de una  iglesia visigoda. La catedral no se ha usado como mezquita desde que los  cristianos la reconquistaron de manos moras en 1236, aunque un  avejentado dictador Francisco Franco permitió que Sadam Husein rezase en  el viejo mihrab bizantino, o capilla, después de que comieran los dos  en Córdoba en 1974. "A nosotros jamás se nos ocurriría ir a La Meca a  rezar un Padrenuestro", dijo un líder católico local contrario a  compartir la catedral. Toca un asunto espinoso. En materia religiosa, el  diálogo con los musulmanes no se está realizando en pie de igualdad.  Los conservadores italianos se han mostrado especialmente sensibles a  este respecto. 
Sostienen que el principio rector del diálogo  interreligioso debe ser la "reprocitá". No es justo, arguyen, permitir  que se construya en Roma la mezquita más grande de Europa con dinero  saudí, mientras Arabia Saudí persigue a los cristianos y otros países  musulmanes prohíben la construcción de iglesias y misiones." El diálogo  sin "reprocitá" es palabrería hueca, dijo el cardenal italiano Mario  Pompedda, unos meses antes de su muerte en 2006. Es esencial para la  armonía religiosa, proseguía, que los occidentales ‘exijan que los  derechos que garantizamos en Italia se garanticen también en los países  árabes'...
El problema no es sólo que los saudíes no permitan el  cristianismo en su país; también es que los europeos están menos  interesados en evangelizar allí que los saudíes en hacer proselitismo en  Europa. Mientras los creyentes musulmanes sean más apasionados que los  cristianos y mientras el mundo cristiano sea más libre que el musulmán,  la "reprocitá" será un deseo nostálgico, más que una exigencia". Página  200: "Ese es el problema, en términos más generales, de organizar a los  musulmanes en cualquier régimen de libertad religiosa patrocinado por el  Estado. 
El papel del cristianismo en la vida nacional moderna de los  países occidentales lo determinó el conjunto de la sociedad en una época  anticlerical. El papel del Islam lo están determinando los musulmanes  en una época multicultural; a decir verdad, el subconjunto de musulmanes  lo bastante devotos, o politizados, para unirse de buen principio a las  organizaciones musulmanas". Página 201: "Dado que los ateos, los  agnósticos y los cristianos no usan la libertad de credo en Europa hoy  día, la libertad de credo vine a significar libertad del Islam...Se  atacó al cristianismo por irrazonable durante siglos, y se le sigue  atacando sin la menor piedad. Todavía no ha surgido una manera  socialmente aceptable de llamar irrazonable al Islam de ningún modo en  absoluto. 
A decir verdad, el Islam recibe una protección legal cada vez  mayor contra las críticas. En Enero de 2009, un tribunal holandés acusó  al político Geert Wilders de incitación a la violencia por Fitna, una  película en la que calificaba el Corán de libro violento y lo comparaba  con Mein Kampf (el tristemente famoso libro de Hitler, aclaro, por si  algún lector no lo supiera). Al mes siguiente, el ministro del Interior  británico negó a Wilders el permiso para entrar en el país a pesar de  que lo habían invitado a ofrecer una proyección de Fitna en la Cámara de  los Lores. La crítica de Wilders era torpe y desencaminada, pero se  trataba de una protesta contra la violencia, no de una incitación a  ella". Página 204: "La administración de la Deutsche Oper consideró que  no valía la pena correr el riesgo de representar una puesta en escena de  Idomeneo que incluía una escena en que aparecían las cabezas  decapitadas de Jesús, Mahoma y Buda. Es de suponer que no fue la cabeza  de Jesús la que los amilanó. Grayson Perry, un ceramista travestido  inglés cuyas obras se mofaban de las creencias religiosas occidentales  (una mostraba a la Virgen María nacida de un pene), iba con cuidado de  no burlarse nunca del Islam, y fue lo bastante franco para explicar  porqué: El motivo de que no me haya metido a saco con el islamismo en mi  arte -dijo- es que siento auténtico miedo a que alguien me rebane el  cuello. 
Cuando artistas antirreligiosos como Grayson Perry critican a  siete octavos toda la religión, haciendo una excepción con el Islam, no  están produciendo arte que sea libre en siete octavas partes o  contracultural en siete octavas partes. Están produciendo arte que es  objetivamente islamista. El que lo hagan por miedo y no por convicción  no cambia la naturaleza del arte. Eso, y no la cobardía o la falta de  imaginación, es el motivo de que la ‘transgresión' y la ‘subversión' de  la variedad moderna nunca hayan sido de interés para la mayoría de los  artistas serios. 
Hay demasiadas posibilidades de que el servilismo y el  conformismo entren por la puerta lateral. Cuando Flemming Rose, el  combativo redactor jefe de Cultura del diario danés Jyllands-Posten,  decidió utilizar un truco publicitario para exponer esta verdad, el  resultado fue explosivo". Página 207: "La idea, extendida en Europa  hasta ese momento, de que podía respetarse tanto la libertad de  expresión como la dignidad de la religión se demostró una ilusión  óptica. Las dos habían parecido compatibles sólo porque nadie en Europa  había considerado oportuno hacer bandera de la dignidad de la religión  de ningún modo urgente durante más o menos medio siglo. Una vez que los  inmigrantes musulmanes llegaron y lo hicieron, la fácil coexistencia de  las libertades religiosa y de expresión pasó a ser cosa del pasado. En  adelante haría falta escoger...
Envolver el episodio en el deber  histórico de Europa de combatir el antisemitismo y tratar a los  musulmanes como un caso análogo al de los judíos europeos antes de la  Segunda Guerra Mundial fue una estrategia retórica. ‘Lo que está en  juego aquí no es la ‘autocensura' -escribió en The Times Edgar Bronfman,  del Congreso Mundial Judío-. Es si el respeto a otras creencias,  tradiciones y prácticas religiosas se aplica de verdad a todo el mundo,  incluidos los musulmanes.". Página 2l3: La ‘circuncisión femenina ( la  ablación o extirpación del clítoris) y la infibulación (coser la vagina  para cerrarla) son costumbres comunes en países musulmanes del este de  África como Somalia, Sudán y, en menor medida, Egipto. 
Aunque las  prácticas suelen justificarse con referencias a las ideas musulmanas de  la pureza, la mayoría de los eruditos no creen que el Corán o la sharia  contengan algo específico que las exija. Sin duda, la mutilación genital  femenina es infrecuente en la mayor parte del mundo musulmán" Página  216: "Los llamados ‘asesinatos por honor', la forma más grave de  intimidación sexual, están concentrados en la comunidad kurda y, en  menor medida, la paquistaní. Los hermanos matan a su hermana (o los  padres a sus hijas) por alguna infracción del decoro sexual; por lo  general, llevar ropa occidental o salir con hombres occidentales. Hubo  cuarenta y cinco asesinatos de este tipo en Alemania sólo en la primera  mitad de la década, según un estudio de 2005 de la Agencia Federal de  Investigación Criminal. 
En Berlín, Hatun Sürücü ‘deshonró' a su familia  saliendo con un alemán y criando a un hijo sola. Su sobrecogedor  asesinato a manos de varios de sus hermanos a plena luz del día a  principios de 2005 fue uno de la media docena de asesinatos por honor  cometidos ese año sólo en Berlín". Página 218: "Actos como la quema de  Sohane Benziane hacen más que aterrorizar y matar. Estos actos ‘crean  ley'. Afirman la soberanía de un régimen sexual diferente sobre una  parte del territorio europeo. ¿Cuál es la naturaleza de ese régimen? ¿Es  en realidad el Islam lo que se está promulgando cuando se dispara, se  quema o se mutila a las mujeres? ¿O eso es una excusa a posteriori para  ejercer la violencia?". Página 219: "Tomados uno a uno -escribe el  experto francés en el Islam Olivier Roy-, los elementos (el velo, el  halal) que parecen incompatibles entre el Islam y Occidente en realidad  no lo son, ni siquiera en la cuestión de las mujeres". 
Sin embargo,  tomadas de una en una, las piezas de una pistola son inofensivas. Los  europeos perciben que los peligros especiales que supone el Islam para  la asimilación tienen algo que ver con el modo en que encaja todo: con  la exhaustividad del sistema alternativo del Islam, la recopilación de  leyes sagradas conocida como sharia. Aunque pueda liberarse a la gente  de las convenciones morales opresoras, no puede liberársela de su  necesidad de convenciones morales de algún tipo. La ‘conciencia  individual' significa la mayoría de las veces la libertad de escoger  entre esas convenciones combinada con la integridad para escoger bien.  Es propio de la naturaleza humana gravitar hacia convenciones que se  reafirman con confianza y están contrastadas por el tiempo". Página 221:  "En Irlanda la mayoría de los musulmanes (57 por ciento) desean que el  país se convierta en un Estado islámico". Página 230: "Se ha señalado  que los europeos no pensaron mucho sobre la religión de los inmigrantes  en los primeros años que siguieron a su llagada. Por lo que respecta a  las mujeres, no tenían motivos. La mayoría de las hijas de inmigrantes  aún devotos -a decir verdad, la mayoría de los inmigrantes- se  ‘emancipaban' con rapidez y adoptaban una forma de vestir menos modosa. 
Sin embargo, en cuanto los musulmanes empezaron a sentirse en Europa  como en casa, esa asimilación dio marcha atrás. En la década de 1980,  las mujeres de origen musulmán, entre ellas las de culturas y familias  que antes no llevaban velo empezaron a adoptarlo. Francia vivió una  oleada de polémicas sobre el velo que empezó en 1989, cuando dos chicas  volvieron de una visita veraniega a unos parientes de Marruecos  insistiendo en llevar el velo a su escuela del suburbio parisiense de  Creil. A lo largo de la década de 1990, en Francia el tema no cesó de  abrirse, resolverse y reabrirse a través de una serie de prohibiciones,  reglas, exenciones, anulaciones y decretos". Página 231: "Con el tiempo,  el velo pasó de molestia a amenaza. 
Inmediatamente después de la  segunda Intifada en Israel en 2000 y de los atentados contra el World  Trade Center del año siguiente, los franceses empezaron a reparar en que  sus institutos -por lo menos los de las zonas árabes- se habían  convertido en semilleros de antisemitismo y otras formas de intimidación  y violencia". Página 232: "Sin embargo, en general, cuando se quejaban  de los ‘peligros' del velo, los políticos hablaban de los riesgos para  algo más abstracto: el orden feminista europeo. Oían las historias de  violencia sexual en las barriadas controladas por musulmanes. Veían  sitios como Rosengard, en Suecia, donde hasta las mujeres de culturas  que no llevaban velo lo adoptaban. 
Parecía un contagio por intimidación o  presión del grupo, aunque por las mismas podría verse como una cuestión  de privacidad. Dado que la igualdad de las mujeres es un principio tan  fundamental e irrenunciable de las sociedades europeas modernas, el velo  se interpretaba a menudo como un desafío político, un rechazo simbólico  de las costumbres occidentales." Página 233: "Casi un tercio de los  musulmanes británicos creen que convertirse a otra religión ‘está  prohibido y es penable con la muerte'. Sin embargo, esa cifra se  desglosa en un 19 por ciento entre los mayores de cincuenta y cinco y un  36 por ciento para las edades comprendidas entre los dieciocho y los  veinte y cuatro." Página 245: "Las controversias motivadas por el velo  en Francia se resolvieron a satisfacción de la mayoría y sin provocar  malestar entre los musulmanes. Sin embargo, la resolución tuvo algo de  ominoso. El muftí de Egipto advirtió a Jacques Chirac de que la ley  antivelo acabaría por ‘destruir la paz social de la sociedad francesa'.  Los Hermanos Musulmanes de Egipto lo calificaron de ‘interferencia en el  ámbito de la libertad personal y religiosa de los musulmanes'. Y  Muhammad Husein Fadlallah, líder espiritual del grupo libanés radical  Hezbollah, escribió una carta airada a Chirac en la que se quejaba de un  ‘despojamiento de libertades a los musulmanes, aun cuando no han  desobedecido la ley'. 
Esas advertencias fueron un duro golpe. Llegaron  menos de un año después de que Francia se ganara la gratitud del mundo  musulmán al oponerse a la invasión de Irak encabezada por Estados  Unidos. Francia se vanagloriaba de ser una interlocutora privilegiada  con el Islam. De repente resultaba que los dirigentes musulmanes del  mundo creían tener un papel privilegiado en Francia. Y lo tenían.  Nicolás Sarkozy, a la sazón ministro del Interior, interrumpió unas  vacaciones para visitar a Muhannad Sayed Tantawi, un influyente imán del  instituto teológico al-Azhar en Egipto. A su vuelta, Sarkozy anunció  que Tantawi había dicho que Francia tenía derecho a prohibir el velo. De  modo que lo había era una iniciativa política interior que, según el  gobierno francés, requería el nihil obstat de algún clerigo musulmán  para aprobarse. 
Como es natural, surgieron preguntas sobre si el mundo  musulmán tenía un poder de veto parecido en la política exterior de  Francia y sobre el peso que había tenido en las deliberaciones de Chirac  sobre la guerra de Irak. Sin duda había sido un factor de más peso que  en 1991, cuando el presidente François Mitterrand pudo meter a Francia  en la coalición de la guerra del Golfo sin mostrar la más mínima  curiosidad por el sentir musulmán. Si Chirac hubiese escogido respaldar a  Estados Unidos en Irak en 2003, ¿hubiese vivido Francia su estallido de  disturbios en las ‘banlieues' (barriadas, suburbios) dos años antes de  lo que lo hizo? ¿Se estaba convirtiendo el Islam en parte de Francia, o  se estaba convirtiendo Francia en parte del mundo islámico?" Página 252:  "Una generación antes no había habido ningún Salman Rushdie o ninguna  Hasna El Maroudi en el corazón de los círculos literarios europeos. De  repente, la comunidades inmigrantes no sólo estaba en Europa; eran  Europa..."La primerísima sura del Corán contiene (en el versículo 5) una  palabra latina -dijo un profesor de árabe-. Cuando enseño árabe tengo  que explicar que el alfabeto es una invención posterior en dos siglos al  Profeta. 
El Corán no puede haber contenido esos puntos. Los musulmanes  no pueden -no quieren, indico yo- aceptar eso. Insisten en el dogma de  que el Corán es árabe puro. De modo que el decano de la facultad me  presiona para que no lo explique. Dice que no debemos enseñar cosas que  ahuyenten a los estudiantes musulmanes. Estos no son ejemplos  extraordinarios, sino meras muestras del ‘efecto paralizante' que se  extendía por periódicos, cámaras legislativas y hábitos conversacionales  de la gente cuando el tema tocaba el Islam. 
La categoría de las  prohibiciones siguió ampliándose, al igual que la clase de personas a  las que se aplicaban, por medio de una clara serie de etapas: 1. Los  musulmanes deben respetar la ley musulmana. 2. Los miembros de la  ‘comunidad musulmana, aunque no sean creyentes o sus lealtades sean para  la cultura nacional más grande, deben respetar la ley musulmana. 3. Los  no musulmanes deben respetar la ley musulmana. 4. Los no musulmanes  deben estar por encima incluso de la sospecha de no respetar la ley  musulmana. Hicieron falta cincuenta años de inmigración masiva para que  los europeos cogieran miedo a sus minorías. Cuando la gente empieza a  hacer por miedo lo que antes hacía por convicción o generosidad, a  menudo no repara en la transición." Página 256: "Por un lado, la  oposición es un derecho. Por el otro, es un derecho que se les concedió a  ciertos inmigrantes musulmanes demasiado pronto: antes de que se  hubieran convertido en ciudadanos y antes de que hubiesen aprendido la  diferencia entre disenso y subversión. Así fue como Europa se encontró  de improviso ante un grave problema, quizá el último problema que se  hubiese esperado a principios del siglo XXI: el resurgimiento del  antisemitismo... 
El episodio más sostenido de violencia y vandalismo  antisemitas en Europa desde la Segunda Guerra Mundial empezó en el otoño  de 2000, al mismo tiempo que la insurrección palestina conocida como la  Intifada de al-Aqsa. Dieciocho meses después, se acosaba y agredía a  los judíos en las calles francesas a un ritmo de media docena de  incidentes al día. Se lanzaron cócteles Molótov contra escuelas judías,  hubo sinagogas reducidas a cenizas y manifestantes propalestinos  marcharon ondeando esvásticas y luciendo cinturones de explosivos."  Página 257: "Entretanto, la mayor parte de las agresiones callejeras las  habían perpetrado bandas de jóvenes vagamente organizados de origen  árabe. Francia, con su enorme población musulmana, fue la peor parada  por el antisemitismo, pero éste formaba parte de un patrón a escala  europea. Se profanaron tumbas en cementerios judíos de Londres y  Manchester, grupos de jóvenes lanzaron huevos a la parlamentaria judía  Oona King durante un homenaje a los caídos en las guerra.; en 2006, el  recuento de ataques antisemitas en Gran Bretaña había aumentado hasta  los 600, según el Community Security Trust, con sede en Londres. 
En Oslo  tirotearon una sinagoga. En Roma se destrozaron veinte tiendas judías."  Página 258: "Un estudio de la Unión Europea sobre antisemitismo, cuya  publicación estaba prevista para 2003, revelaba un destacado papel de  las pandillas musulmanas. Sin embargo fue ocultado, quizá a causa de la  incredulidad de quienes lo encargaron. Cuando al fin apareció, un año  después, lo hizo acompañado de un comunicado de prensa de la delegación  en la ONU de la Unión Europea, en el que se aseveraba que ‘el mayor  grupo de perpetradores de actividades antisemitas parecen ser jóvenes  blancos descontentos'. 
Una fuente adicional de antisemitismo en algunos  países fueron jóvenes musulmanes de extracción norteafricana o asiática'  Sin embargo no era eso lo que mostraba un recuento de los incidentes.  Los musulmanes eran los principales perpetradores, no los secundarios."  Página 263: "Lejos de olvidar las lecciones del Holocausto, los  antisemitas y antisionistas estaban obsesionados con ellas. Eran un  juego de herramientas retóricas. Si los musulmanes eran los nuevos  judíos, al parecer, los judíos eran los nuevos nazis." Página 254: "En  la resaca de las caricaturas danesas (de Mahoma, recuerdo), un grupo con  sede en Amberes publicó una viñeta en la que aparecía Hitler desnudo en  la cama con Ana Frank, diciendo ‘Pon esto en tu diario, Ana'." Página  266: "El Islam estuvo abatido durante mucho tiempo, pero ahora el mundo  empieza a fijarse en él. Ante todo la gente se está dando cuenta del  terrorismo que se comete en su nombre, gran parte de él en Europa. 
Mucho  antes del 11 de Septiembre, el mundo árabe había sido la principal  fuente de violencia terrorista que afectaba a Europa, al margen de  Inglaterra y España....y la Nochebuena de 1994. Esa noche, las fuerzas  especiales francesas arrollaron y mataron en el aeropuerto de Marsella a  cuatro miembros del Grupo Islámico Armado de Argelia que había  secuestrado el vuelo 8969 de Air France y habían asesinado a varios  pasajeros. Los terroristas planeaban estrellar el avión contra la torre  Eiffel. En el ínterin, el Islam se había convertido no sólo en la esfera  cultural de la que salía el terrorismo, sino la causa en cuyo nombre se  cometía. Era una causa que atraía a un número creciente de musulmanes  europeos." Página 267: "Europa no para de hacerse más y más musulmana,  tanto por medio de la inmigración como por el aumento natural. La  opinión de consenso la resumió un político veterano en el verano de  2006:'Lo primero que hay que hacer es mantener la inmigración separada  del terrorismo'." Páginas 272 y 273: "...deberíamos pensárnoslo dos  veces antes de descartar el Islam como explicación. Cualquiera que sea  el propósito de la violencia terrorista, lo que dicen los terroristas es  que es el Islam. 
Podemos reconocer que son las costumbres, no el Islam  en sí, las, que crean los mayores problemas con Occidente, desde los  asesinatos por honor hasta la circuncisión femenina. Sin embargo el  terrorismo yihadista es otra cosa. Osama bin Laden no lucha por las  tradiciones hadramíes que corren el riesgo de desaparecer en una  avalancha de globalización ciega. Lucha por el Islam. Sin duda hay otros  modos de vivir el Islam aparte del suyo, pero sabemos ya lo bastante  sobre la vida de Osama bin Laden -sobre sus largas horas de estudio en  programas extraescolares, sobre su devoción al Islam no sólo como  ruidoso cabecilla terrorista, sino también como tímido joven- para saber  que está viviendo los mandamientos del Islam tal y como sinceramente  los entiende. 
Musulmanes de todo el mundo, incluidos miles en Europa, se  han mostrado dispuestos a seguir sus pasos. Por supuesto, cualquiera  puede apelar a la religión cuando se levanta en armas. La cuestión es si  la violencia del Islam en este momento es algo que proviene de una  coyuntura pasajera o de las profundidades mismas del Islam en sí. En  esto hay discrepancia de opiniones. El sociólogo de la religión  británico David Martin, a la pregunta de si el Islam era una religión de  paz, respondió: ‘Bueno, busca la paz, pero en sus propios términos'.  Citó unas observaciones parecidas que había realizado el arzobispo de  Canterbury, Rowan Williams, que dijo que el Islam es una bella religión,  pero que hace mucho hincapié en la victoria. 
Para algunos de quienes  ven el Corán como una fuente de violencia, dicha vertiente belicosa del  libro sagrado es la que la diferencia sus incitaciones de las que se  encuentran tanto en el judaísmo como en el cristianismo (desde el  Deuteronomio 18,20 hasta Hechos 3,22-23." Página 279: "Sin embargo,  decir que el Islam es paz es una afirmación excesiva, sobre todo en un  momento en el que se examinan a conciencia otras venerables filiaciones y  afinidades (como el ‘patriarcado') en busca de estructuras ocultas de  violencia y coacción. A diferencia de Gunnar Heinshon, que deja el islam  al margen porque cree que no es la principal causa de terrorismo, los  políticos occidentales parecen estar dejando a un lado el Islam porque  temen, en el fondo, que sí sea la causa principal. 
Nunca proclaman más  alto los políticos que el Islam es una ‘religión de paz' que cuando  estallan bombas en su nombre. Si está tan claro que la idea que tienen  los terroristas de la religión es una perversión de su esencia real,  ¿por qué es necesario que los no musulmanes sermoneen a los musulmanes  sobre ello? Si el Islam no tiene nada que ver con el terrorismo, ¿porqué  todos los gobiernos europeos sienten la necesidad de dirigirse a los  grupos musulmanes después de cualquier atentado terrorista?...Al debatir  las predicciones de Bernard Lewis de que el Islam dominará Europa hacia  finales de este siglo, el sociólogo sirio-alemán Bassam Tibi dijo: ‘El  problema no es si mayoría e los europeos son islámicos, sin más bien qué  Islam -el de la sharia o el euroislam- dominará en Europa. 
Esa clase de  discurso emociona a los planificadores, visionarios y políticos, pero  no tranquiliza exactamente a los europeos de a pie. El euroislam no  salía en sus libros de texto y no confían en que exista salvo como  espejismo en las imaginaciones políticamente correctas de sus líderes."  Página 280: "Es más, la dinámica mediante la que se fomentaría el  euroislam se parece a las negociaciones de paz entre israelíes y árabes,  que se centran en la idea de ‘paz por territorios'. El bando occidental  renuncia a algo (territorio) que es concreto, cuantificable e  irrevocable, una vez dado. A cambio, el bando musulmán cede algo (la  paz), que es vago, subjetivo y revocable mediante un cambio de estado de  ánimo. El único camino que tiene Europa para crea un ‘euroislam' es  alterar sus instituciones. Lo que obtiene a cambio es la garantía de los  musulmanes moderados de que los radicales sentirán menos animadversión  hacia ella." Página 281: "Por el momento, la moderación del Islam es una  esperanza, no un hecho. 
Aun así, los dirigentes europeos han apostado  tan fuerte por ella que ven pruebas en todas partes. Por ejemplo, pocos  líderes musulmanes tienen tanta reputación de moderación como Mustafa  Çeric, gran muftí de Bosnia-Herzegovina, ante todo gracias a  interpretaciones coránicas como ‘La tolerancia religiosa es un  mandamiento claro de nuestro Libro Sagrado': ‘Dios no os prohíbe que  seáis buenos y equitativos con quienes no han combatido contra vosotros  por causa de la religión, ni os han expulsado de vuestros hogares'  (60,8). Ver en esto moderación es sacar conclusiones precipitadas. Si  bien este pasaje coránico es susceptible sin duda de una interpretación  moderada, también invita a otras: no como mandamiento de tolerancia,  sino como permiso para no ser intolerante, si así se desea. Expresiones  como ‘combatir contra vosotros' y ‘expulsar de vuestros hogares' pueden  interpretarse de maneras radicales. 
Pueden significar ‘reconocimiento  del Estado de Israel', o ‘no intervención militar al lado de los  paquistaníes en Cachemira', o algo que no se le haya ocurrido a nadie.  En realidad es así como ‘tienden' a interpretarlas esos mismos muftíes  radicales a los que se supone que personas como Çeric convencerán de  unirse al redil liberal." Página 286 "Abu Laban había dado sobradas  muestras de su faceta menos moderada a lo largo de su carrera. En 1995  pronunció una charla sobre ‘maneras de defendernos de la contaminación  occidental' ante el Noveno Congreso del Instituto Cultural Islámico del  viale Jenner de Milán. ‘Aceptan a los musulmanes en su seno, aceptan el  chador y los estilos de vida islámicos -dijo Abu Laban-. 
Nosotros, en  consecuencia, debemos fingir que aceptamos su religión y su libertad  individual. Pero eso es imposible. El Islam no puede aceptar a nadie que  no adore a Alá." Página 290: "En la cosmovisión de Ramadan, los  musulmanes son un vestigio salvador. Son la última fuerza capaz de  presentar una alternativa espiritual, de decir ‘no' a un orden mundial  antiespiritual. Si ninguna gran religión occidental ha creído  conveniente o ha sido capaz de plantarle cara al capitalismo, eso no es  culpa de los musulmanes. ‘Por lo que respecta a ese orden llamado  ‘progresista' -dice Ramadan, el ‘bastión' católico y el ‘bastión' judío  al parecer se han rendido los dos. Se han adaptado, en ocasiones incluso  han apoyado y promovido el nuevo orden económico. 
Los únicos que  quedan, parece ser, son los implacables, los musulmanes'. Los europeos  contemporáneos, incapaces de concebirse como carentes de toda  legitimidad a ojos de nadie, han optado por creer que cuando Ramadan  habla de ‘resistencia' y llama a todos los musulmanes a ofrecerla, en  realidad quiere decir ‘reforma'. No es así. Quiere decir yihad." Página  291: Ramadan rechaza de forma explícita el uso de yihad para hablar de  guerra santa. Eso lo alinea con un par de decenas de portavoces  académicos del Islam en Occidente, quienes afirman que la ‘gran yihad'  es una lucha por el autodominio. 
Sin embargo, ¿es realmente certero  decir que la mayoría de los musulmanes piensan en un ‘esfuerzo  espiritual' cuando oyen la palabra yihad? ¿Porqué es tan importante  mantener a toda costa esa palabra en circulación, cuando los  interlocutores occidentales de los musulmanes, por no hablar de muchos  musulmanes de a pie, la entienden como un llamamiento a la batalla? Los  apocados occidentales modernos tienden a eliminar tales palabras de su  vocabulario por completo." Página 294: "Lo que el Islam aportará a  Occidente es el Islam." Página 295: "El problema de la inmigración y el  problema del Islam son parecidos en todos los países europeos. Existen, a  buen seguro, variaciones. Gran Bretaña sigue siendo, con diferencia, el  país europeo con los peligros más serios de violencia y extremismo  político. 
Suecia es el país con la segregación más intratable. España, a  causa de problemas de unidad nacional preexistentes, es el país que más  se expone a verse desbordado por el simple volumen de la inmigración."  Página 298: "A comienzos del siglo, el país problemático fue España. A  principios de 2005, en vísperas de los referendos holandés y francés, el  presidente socialista de España José Luis Rodríguez zapatero amnistió a  700.000 inmigrantes indocumentados. Tales amnistías no eran nuevas en  España. El predecesor conservador del gobierno de Zapatero, José María  Aznar, había aprobado cinco desde mediados de la década de 1990. 
Sin  embargo, la de Zapatero era más sencilla y grande que todas las  amnistías anteriores juntas. También se prestaba más a los abusos.  Anunciada con muchos meses de antelación, proporcionó a los extranjeros  -sobre todo, los que ya residían en otros países europeos- incentivos  para entrar en España a extender un rastro de documentos que los  volvería indeportables desde cualquier país europeo." Páginas 299 y300:  "Nada socavó más el apoyo popular a la Unión Europea que la decisión de  la Comisión Europea de declarar a Turquía modelo del Islam ‘moderado' y  ‘laico' que Europa aspira a tener dentro de sus fronteras y entablar  negociaciones para conceder a ese país la condición de miembro de pleno  derecho de la Unión Europea. Grandes sectores de votantes franceses y  holandeses del ‘no' citaban Turquía entre sus principales preocupaciones  sobre la Unión Europea. 
Turquía es un país en rápido crecimiento. Con  una población prevista de cien millones de personas a mediados de este  siglo, dominaría el Parlamento Europeo desde el momento de su admisión.  Como la renta per cápita del país es sólo un 20 por ciento de la de la  Unión Europea, la afluencia de trabajadores eclipsaría cualquier  antecedente que hubiese presenciado Europa. Turquía es europea sólo en  el sentido de que el 5 por ciento de su masa continental se encuentra al  oeste del Bósforo. El resto se adentra en Asia y Oriente próximo y  colinda con Siria, Irak e Irán. Sus décadas de guerra contra los  separatistas kurdos no se le antojarán a ningún irlandés o danés un  deber patriótico por el que luchar. 
Turquía también está distante en lo  cultural: un 90 por ciento de los turcos no aceptarían tener como vecino  a un homosexual y un 62 por ciento considera ‘perfectamente aceptable'  que un hombre tenga más de una esposa. El cardenal Josef Ratzinger, poco  antes de convertirse en el papa Benedicto XVI, calificó las  negociaciones de la Unión Europea de ‘grave error'. Tenían una meta  antihistórica, dijo, puesto que las raíces islámicas de Turquía la  sitúan en ‘contraste permanente con Europa'. No parecía faltarle razón.  Tres cuartas partes (el 75 por ciento) de los turcos dicen que es  importante que el Islam tenga un papel influyente en el mundo. Además  votan en ese sentido, como demuestra su elección de tres gobiernos  islamistas -uno radical y dos encabezados por el actual y más moderado  Partido AK- desde la década de 1990. 
Desde que Kemal Atatürk fundara el  Estado en la década de 1920, la moderación religiosa se ha impuesto no  mediante el consenso popular, sino por medio del ejército que considera  su principal misión la represión del Islam político. Los europeos  insistían en que Turquía se ‘democratizase' para incorporarse a la Unión  Europea, empezando por retirar su ejército de la política. Turquía  obedeció. A medida que la voluntad popular ha ido aflorando más y más a  la superficie, el país ha ido alejándose del ‘laicismo' impuesto por el  ejército, que era el principal argumento de Europa para incorporar al  país." Página 307: "Fue el Partido Popular español, que se convirtió en  el hogar democrático de los políticos conservadores a la muerte de  Franco, el que abrió España a la inmigración masiva en un principio."  Página 308: "Aunque no debería sorprendernos que la política se vuelva  más radical en los años venideros, que se prevén de privaciones  económicas, es improbable que los movimientos fascistas al estilo de la  Segunda Guerra Mundial sean la mayor preocupación de Europa. 
Todavía  está menos claro que a los partidos de derechas que existen en la  actualidad les preocupe en especial el Islam." Página 320: "El racismo  es un problema terrible, pero al menos es conceptualmente simple. La  discriminación positiva se lanzó en Estados Unidos, sabia o  imprudentemente, bajo la premisa de que los negros quieren exactamente  lo mismo que los blancos y de que sólo el racismo les impedía  conseguirlo. El problema que tienen los europeos es mucho más complejo.  Son unas creencias muy arraigadas, y no el color de la piel, las que  presentan mayor desafío. 
Los problemas de Europa incluyen el descenso de  la población, el envejecimiento, la inmigración y la paulatina  implantación de una cultura y una religión extranjeras en una ciudad  tras otra. Los europeos no están nada seguros de que sus minorías  quieran lo mismo que ellos." Página 322: "La historia de la  globalización es la historia de las consecuencias colectivas  involuntarias de unas decisiones individuales tomadas en libertad. Hay  muchas consecuencias de este tipo, pero la inmigración es la que plantea  el mayor desafío para las democracias (y quizá para la democracia).  Significa importar no sólo factores de producción, sino factores de  cambio social. Durante décadas, los europeos se han sentido frustrados  por la incapacidad de sus dirigentes para regular la inmigración, o bien  sacarle el máximo partido económico." Páginas 323 y 324: "Si Europa  recibe más inmigrantes de los que quieren sus votantes, es un buen  indicador de que su democracia funciona mal. 
Los dirigentes europeos han  preferido creer algo diferente: que sus políticas de inmigración y  asilo atañen a la clase de deberes morales no negociables que no se  someten a votación. En palabras de un ministro europeo en el verano de  2006: ‘Vivimos en un mundo sin fronteras en el que nuestra misión es  defender la frontera no de nuestros países sino del civismo y los  derechos humanos'. Si no se va con cuidado con ese tipo de lenguaje,  puede tomarse como afirmación de que Europa no tiene derecho a fijar  ninguna política de inmigración en absoluto....Las relaciones de poder  entre Europa y los países pobres son más complicadas de lo que parecen.  Los países pobres no carecen de bazas en lo tocante a la inmigración. La  mejor de ellas es la asimetría informativa. 
Saben más de Europa de lo  que los europeos saben de ellos, y sacan más partido del contacto mutuo.  Así funcionaba durante el imperio romano, donde los bárbaros adquirían  (deseables) tácticas militares de las sofisticadas legiones romanas y  las legiones llevaban con ellas a Roma los (indeseables) hábitos de la  guerra fronteriza. Y así funciona a día de hoy. La gente puede entrar y  salir de la economía occidental, porque la sociedad de Occidente es un  sistema lógico que resulta bastante comprensible para cualquiera que se  tomo el tiempo de estudiarlo. Pensemos en los inmigrantes africanos que  llegan en pateras a España. Las noticias de televisión les han  proporcionado, aunque estén poco alfabetizados, un conocimiento de las  leyes españolas de inmigración que no tiene nada que envidiar al de la  mayoría de burócratas del sector. Entienden que, hasta un recién llegado  confiesa su origen nacional, las autoridades no pueden deportarlo y que  si no se descubre su origen nacional en un plazo de cuarenta días, debe  ser puesto en libertad entre la población general. 
Saben que España  tiene mejores relaciones de extradición con ciertos países que con otros  y que, en consecuencia, como se ha señalado antes, es mejor declararse  de Costa de Marfil que de Senegal." Página 325: "Los musulmanes saben  muchísimo sobre las sociedades occidentales -empezando por sus lenguas-  mientras que los occidentales saben poco más que nada sobre las  musulmanas." Página 326: "La Unión Europea, aunque no les guste  reconocerlo ni a estadounidenses ni a europeos, es la expresión  institucional de la americanización de Europa." Página 330: Europa se  encuentra así en una curiosa encrucijada. Se trata de un continente cada  vez más antiestadounidense que afronta unos acuciantes problemas para  los cuales la única solución contrastada es volverse más parecida a  Estados Unidos. Porque ese país demuestra, por lo menos, que es posible  recibir grandes masas de inmigrantes de todo el mundo y mantener una  cultura que siga abierta, libre y occidental. 
La sociedad estadounidense  les parece a muchos europeos, les guste ese país o no, el premio de  consolación para su continente. Es el tipo de sociedad que Europa tendrá  por defecto, si reúne la determinación suficiente (o firma el pacto  faústico necesario) para mantener su economía tan libre como lo permitan  las estrecheces financieras de la época." Página 332: "En el presente  contexto de la guerra contra el terrorismo, cuesta pasar por alto una  bendición específica de la que disfruta Estados Unidos. Consiste en que,  a pesar de haber iniciado dos guerras en el mundo musulmán y defendido a  capa y espada al Estado de Israel en todos sus conflictos, Estados  Unidos ha tenido menos revueltas subversivas de sus musulmanes de  primera y segunda generación que Europa." Página 334: "Resulta llamativo  que los paladines europeos de la admisión turca en la Unión Europea,  incansables en su exposición de puntos en común entre la historia turca y  la europea , no hayan prestado la menor atención a la historia de la  política turca sobre minorías, salvo para deplorar su actual persecución  de los kurdos y aprobar condenas retrospectivas de la matanza de  armenios....
La emigración masiva a Europa y la consolidación del Islam  en ella están cambiando para siempre la vida europea. " Página 336: "Me  gusta la metáfora de un club, dijo a un periodista el inelectual  francófono y ex diplomático israelí Élie Barnavi en 2007: ‘Si quieres  ser miembro, hay reglas. Si no te gustan, no tienes porqué apuntarte. Si  quieres jugar con unas reglas diferentes, encuentra otro club. Por eso,  una vez más, la expresión "Francia, ámala o déjala" me suena bastante  justa. En un mundo abierto de par en par, no hay motivo para no irse a  otra parte. A nadie se le exige que ame su país o los valores que  proclama, pero, si se escoge un país, hay que aceptarlo." Barnavi estaba  rechazando la idea de que buscar una vida mejor fuese motivo suficiente  para venir y que sólo obedecer la ley fuese motivo para que te  permitieran quedarte. 
Otros rechazan la idea de que la simple búsqueda  de una vida mejor sea motivo suficiente para venir de buen  principio.'¿Por qué debemos dar la bienvenida a cualquiera que acuda  aquí sólo por dinero? -preguntaba el veterano director de periódico Max  Hastings-. Si un recién llegado no está dispuesto a respetar nuestros  valores, por defectuosos que parezcan, ¿no podemos decir que ninguna  sociedad occidental tiene la obligación moral de admitirlo?" Página 337:  "Algunos europeos están decididos a defender los valores de su  continente, sobre todo contra el Islam. Pero ¿Qué significa eso? No  puede defenderse lo que no puede definirse. No hay consenso, ni siquiera  un principio de consenso, sobre que son los valores europeos. Una  Europa Unida no tendría nada que temer del Islam, pero Europa no está  unida. 
Su civilización está partida en dos, desgarrada entre el ideal de  los derechos humanos y el ideal del patriotismo, entre el miedo a la  herencia religiosa de Europa y el orgullo por ella, entre ver el Islam  como un nuevo rasgo permanente del paisaje religioso de Europa y algo  que se disolverá al contacto con el hedonismo y el consumismo. Ser fiel a  Europa puede significar ponerse duros (dado que los costes de plantar  una batalla frontal al Islam no harán más que aumentar a medida que los  musulmanes se vuelvan más numerosos) y ser amables (ya que el Islam en  un futuro cercano será lo bastante poderoso en Europa para que los  europeos no deseen haberle buscado las cosquillas)." Página 240: "El  problema básico de Europa con el Islam, y con la inmigración más en  general, es que las comunidades más fuertes de Europa no son,  culturalmente hablando, comunidades europeas en absoluto. 
Ese problema  existe en todos los países europeos, a pesar de una amplia variedad de  medidas tomadas para resolverlo: el multiculturalismo en Holanda, la  ‘laïcité' en Francia, el descuido benevolente en Gran Bretaña o la  meticulosidad constitucional en Alemania. Salta a la vista que el  problema de Europa es con el Islam y con la inmigración, no con algunas  aplicaciones erróneas específicas de los medios específicos dispuestos  para gestionarlos. El Islam es una religión magnífica que también ha  sido en ocasiones y a lo largo de los siglos, una cultura gloriosa y  generosa. Sin embargo, por mucho que se diga lo contrario, no es en  ningún sentido la religión de Europa y no es en ningún sentido la  cultura de Europa. Es seguro que Europa saldrá cambiada de su  confrontación con el Islam. Es mucho menos seguro que el Islam se  muestre asimilable. Europa se encuentra en una competición con el Islam  por la lealtad de sus recién llegados. 
De momento, el Islam es el bando  más fuerte en esa liza, en un obvio sentido demográfico y un menos obvio  sentido filosófico. En tales circunstancias, palabras como ‘mayoría' y  ‘minoría' significan poco. Cuando una cultura insegura, maleable y  relativista se encuentra con una que está arraigada, confiada en sí  misma y reforzada por unas doctrinas comunes, suele ser la primera la  que cambia para adaptarse a la segunda." Es palmario que, ante los  párrafos que he reproducido precedentemente, Europa camina  vertiginosamente hacia su islamización, o a mitad del actual siglo o a  su final, por la tolerancia, la negligencia, la cobardía, la connivencia  y lo "políticamente correcto" de los políticos que "gobiernan" en casi  todos los países europeos en los que se ha permitido esta inmigración  millonaria y masiva: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España,  Francia, Gran Bretaña, Holanda, Noruega, Suecia, etc, y hasta Finlandia,  por culpa de esos políticos que desgobiernan la Unión Europea, en la  que tantas esperanzas que en ella se depositaron han quedado totalmente  frustradas, y que no sería irrazonable presumir que también puedan haber  sido comprados con el oro de Arabia Saudí, porque si así no fuera -y me  reservo el beneficio de la duda- son unos toletes -en el sentido  canario- redomados al permitir que un tradicional enemigo de la cultura y  tradición cristiana europea -sea católico, protestante, anglicana, etc-  se haya instalado con tantas facilidades y complacencia en el  continente europeo al socaire de unas leyes tan permisivas, aprobadas  alegre e irresponsablemente por los parlamentos de cada nación y por el  de la Unión Europea por aquello de la "no discriminación". Y que además  quieran imponer su religión, sus leyes y sus costumbres, despreciando  sin contemplaciones las nuestras .
Es vergonzoso y reprobable que Nicolás  Sarkozy, siendo ministro del Interior de Francia en el gobierno de  Chirac, interrumpiera sus vacaciones para ir a visitar en Egipto al  influyente imán Muhannad Sayed Tantawi, para que éste diera su visto  bueno a la ley antivelo. ¡A que grado de entregamiento y de rebajamiento  llevó a la "Grandeur" francesa, de la que tanto les gusta presumir a  los galos! Y en España, el incalificable presidente del gobierno  nacional, José Luis Rodríguez Zapatero, no contento con haber legalizado  de un tirón a ¡700.000! inmigrantes ilegales musulmanes, sigue  emperrado en apoyar la entrada de Turquía -debe haber olvidado, o quizá  no la conozca, la batalla de Lepanto- en la Unión Europea -que por  imposición de su Parlamento ya no tiene el problema del ejército, que  vigilaba la laicidad del país, aunque eso no garantiza en modo alguno el  que si sigue creciendo la islamización radical en la política dé un  golpe de Estado, del que como demócrata no soy partidario, pero que en  este caso me atrevo a calificar de justificado si peligra la democracia y  la laicidad-, y en su "diálogo de civilizaciones", cuando está más que  demostrado por los hechos que sería un diálogo de sordos por la parte  musulmana. 
Tampoco está exento de responsabilidades José María Aznar,  que fue el primero en abrir de par en par la puerta de nuestro país a  los inmigrantes musulmanes ilegales, y no me importa en absoluto que su  número en conjunto sea inferior al de Rodríguez Zapatero, porque tiene  el reprobable "honor" de ser el pionero en tal desmadre político. Y no  se puede olvidar tampoco que el tirano Francisco Franco, un año antes de  su óbito, llevara a otro tirano, Sadam Husein a orar a la catedral de  Córdoba, sin que las autoridades eclesiásticas españolas lo censuraran y  trataran de evitarlo porque eran fieles servidores del "Caudillo". 
Tampoco se escapan de estos desafueros los jueces de la Audiencia  Nacional, que en Marzo del actual año concedieron la nacionalidad  española por residencia a un miembro del movimiento religioso musulmán  Tabligh Jammat (Congregación para la propagación del Islam), que le  había sido denegada por el Gobierno en 2006 en base a los informes de  CNI (Centro Nacional de Inteligencia) que estimaba que ese movimiento es  una secta segregacionista y contraria a la integración social. El fallo  judicial tuvo en cuenta los "informes favorables" de los profesores de  sus hijos, sus negocios en Sevilla, su participación en las fiestas del  barrio y su labor en "actividades de integración a emigrantes",  despreciando de modo insultante, en mi opinión, el informe del CNI. El  ministerio de Justicia ha recurrido tal absurda sentencia. ¡Y para esto,  para entregar España -y Europa- a los musulmanes lucharon don Pelayo,  Fernando III el santo, el Cid campeador, y tantos otros reyes de  Castilla y León, capitanes y soldados, hasta llegar a los Reyes  Católicos, para expulsar de la península a los musulmanes invasores -no  me importa ni me preocupa en absoluto que muchos nacieran en ella  durante los siglos que duró su permanencia-, extraños a la religión  católica -y no soy creyente aunque estudié durante 12 años en el colegio  Corazón de María (hoy Claret), y quizá por eso perdí la fe- y a nuestra  cultura, nuestras leyes y nuestras costumbres, que aunque las haya  peculiares de cada nación o localidad, también las hay comunes a todas. 
De no reaccionar la clase dirigente europea -que es la única y absoluta  culpable de esta anómala situación, porque no ha sido el pueblo de los  diferentes países de la Unión Europea el que ha admitido a esa inmensa  cantidad de foráneos musulmanes- para expulsar a estos millones de  presuntuosos y peligrosos islamistas ,aunque estén "nacionalizados", que  no me importa en absoluto, elaborando unas leyes, aprobadas por los  respectivos Parlamentos, que anulen esas nacionalizaciones concedidas  tan irresponsable y ligeramente, como en el caso de España por Aznar y  Rodríguez Zapatero, por "políticamente incorrectas", y por ser  totalmente incompatibles con Las formas de vida europeas (¿Cuántos miles  de musulmanes "españolizados" tenemos en Canarias?), siempre y cuando  no hayan jueces que fallen en contra, como en el referido caso de la  Audiencia Nacional, que, por lo visto, no se dan cuenta de la extrema  gravedad de la situación y de que está en juego la supervivencia  europea, es muy probable que el tremendo vaticinio de Christopher  Caldwell -con el que no estoy de acuerdo en que términos como  civilización, cultura, costumbres y religión del viejo continente sean  conceptos vagos, y por ende ineficaces para defendernos- de que Europa  será totalmente musulmana a finales del presente siglo se cumplirá  inexorablemente. 
Y aunque muchos ya no estaremos con vida -por suerte-  para presenciar esa hecatombe, debemos empezar ya a despedirnos de todos  esos genios de la ciencia y del arte -literatura, música, pintura,  arquitectura, etc- que hicieron grande y admirada a Europa, y de  nuestras hermosas catedrales convertidas en mezquitas, mientras que los  poco europeos que vivan en esos trágicos momentos serán perseguidos y  asesinados hasta su total extinción. Europa -Castilla- que descubrió  nuevas tierras a las que llevó su ciencia, su cultura y su arte,  desaparecerá para siempre, y quizá en los libros de texto de las  escuelas de los musulmanes que entonces la ocupen no se haga referencia a  las naciones que antaño la constituyeron y a las personalidades  célebres y eminentes que la hicieron un referente de la civilización y  de la cultura. 
Si esto será así, ¿para qué seguir procreando  descendencia? ¿Qué futuro les espera dominados por el Islam? Réquiem por  Europa.
Carmelo Dávila Nieto
lunes, 29 de noviembre de 2010
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3 comentarios:
Interesante y totalmente de acuerdo en todo, a ver si vamos tomando ejemplo del animalito de la foto (me refiero al chivo o cabra) al otro le sobra el diminutivo es un animal y punto.
Eletse, Don Carmelo es un puntal cuando entra al trapo y saca lo que tiene dentro.
ISLAMISMO Y JUDAÍSMO SON AFLUENTES DE LA MISMA LETRINA QUE IMPONE POR LA FUERZA LO QUE NO PUEDE ACEPTAR LA RAZÓN; Y para derrotarlos solo es necesario actualizar el cristianismo de tal modo que se pueda vivir y practicar, no en y desde lo religioso y lo sagrado, sino en y desde el humanismo secular laico, la pluralidad y el sincretismo. Enmarcándolo en la doctrina y la teoría de la trascendencia humana, conceptualizada por la sabiduría védica, instruida por Buda e ilustrada por Cristo; la cual concuerda con los planteamientos de la filosofía clásica y moderna, y las conclusiones comparables de la ciencia: (psicología, psicoterapia, logoterápia, desarrollo humano, etc.). Sincretismo religioso expresado por Raimon Panikkar fruto de sus frecuentes viajes a la India: «Me marché cristiano, me descubrí hindú y regresé budista, sin haber dejado de ser cristiano». http://www.scribd.com/doc/42618497/Imperativos-Que-Justifican-y-Exigen-Urgentemente-Un-Nuevo-Enfoque-Del-Cristianismo
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