viernes, 23 de noviembre de 2012

“Era Jaime Llinares Llabrés, a quien no llegué a conocer” In memoriam


Al psicólogo y Dr. en Teología Jaime Llinares Llabrés, fallecido hace unas pocas semanas (Gran Canaria: 1942/2012), estuve a punto de conocerlo en persona, que yo recuerde, al menos en cuatro oportunidades principales. La primera debió acontecer hace alrededor de seis o siete años, con ocasión del entusiasmo con que un conocido mío de entonces (conocido de ambientes y movidas eclesiales católicas) ponderaba las excelencias de Jaime Llinares como profesional de la psicología. “Es milagroso”, me aseguraba entusiasta, “yo llevo años con él y mi vida ha cambiado, ha dado un giro espectacular de 180 grados, un antes y un después”... “Vete a él, yo te digo dónde, te lo presento, y verás cómo te hará cambiar la perspectiva reprimida que conservas de la sexualidad humana, que mantienes castrada por tu estricta educación católica”, “él te libera de todo eso”, insistía en afirmar, sin perder ni un ápice de la admiración y estima por quien fue durante muchos años presidente de la Orden del Cachorro Canario. A mí me desconcertaban sus palabras, lo recuerdo con plena certeza o rigor -casi siempre habiéndonos encontrado él y yo, por pura casualidad, a lo largo y ancho de la emblemática Calle Mayor de Triana, en Las Palmas de Gran Canaria-, por considerar simplemente algo que me parecía tan elemental y de sentido común como dudar de los poderes disuasivos o bien persuasorios y, en todo caso, revolucionarios, de un profesional de la psicología, por muy bueno que fuese, como parecía ser el caso. La segunda, más reciente, aconteció en el coqueto aeropuerto de Valverde, en El Hierro, recinto casi familiar, como muchos conocemos, una vez que me tocó hacer fila para esperar el avión de regreso a Gran Canaria. Reconocí a Jaime Llinares justo delante de mí, en la fila de espera; y sin embargo no me decidí a saludarlo, a presentarme, a hablarle siquiera de lo bien que me habían hablado de él como psicólogo. Una tercera oportunidad, hace también unos pocos años, tuvo lugar en el interior de una conocida parroquia del Puerto en Las Palmas (durante la transición, muchas reuniones medio “conspirativas y clandestinas” se dieron cita entre sus muros), una vez en que observé que muy cerca de donde yo me encontraba sentado, al fondo de la iglesia, se acababa de sentar un hombre de edad ya madura. Lo reconocí; tampoco, empero, me atreví a saludarlo: me corté. Y eso que se quedó a misa, dándome la impresión de que más que como fiel devoto participaba como espectador que ve los toros desde la barrera. Lo cual me llamó poderosamente la atención -sin pretender juzgar su conducta en aquella ocasión, Dios me libre, ni nada de su trayectoria, que ya se ha reencontrado con el Dios a quien sin duda trató de buscar toda su vida, con luces y sombras, con aciertos y errores, como todos en esta vida, que vemos las cosas como a través de espejos-, pues me era conocido algo de su pasado como jesuita. Y una cuarta y última especial oportunidad ha sido muy reciente, de hace apenas unos meses, toda vez que en mi deseo de dar difusión a un ensayo de mi autoría sobre mis experiencias con la Iglesia católica (¿La Iglesia católica? Sí; algunas consideraciones, por favor: Madrid, Vitruvio y Nostrum, noviembre, 2011), quise contactar con él, a través de la Orden del Cachorro Canario, a la que tan ligado estuvo desde siempre. Pero a pesar de mis correos electrónicos y de mensajes de telefonía móvil que le dejé, no obtuve respuesta alguna. Supuse inicialmente que pasaría del tema, que no le interesaría brindarme el espacio de la sede de la Orden del Cachorro Canario, en la emblemática Plaza de Santo Domingo -en la que no es raro sentir, alguna que otra vez, que el tiempo se ha detenido y que aún bajan las sombras y los espíritus de campesinos a lomos de bestias de las lomas próximas de la capital, y aun de las entrañas mismas de la Isla...-, por la principal razón de haber sido él más bien un progresista no poco desafecto con la Iglesia católica, y yo más bien un católico practicante fiel al Magisterio a la vez que muy asqueado de la abundante hipocresía eclesiástica -ya sé, sí, debilidades humanas, mera contradicción acaso en mi atribulado espíritu, porque igual es cierto que no es compatible expresar que se es fiel a la doctrina del Magisterio y a la vez desafecto y crítico con sus pastores...-. En lo cual suponía que podía coincidir con Jaime Llinares, y hasta encontrar un cierto apoyo, en vistas de su propia trayectoria personal. En la denuncia de tanta hipocresía institucional católica. Con todo, no ha sido sino gracias a una amiga -que conoció mucho y quiso mucho a Jaime Llinares, a quien estimaba casi como a un padre, amén de como psicólogo suyo “de cabecera”- el medio como he conocido de la grave enfermedad que sufría Jaime; de ahí, lo más probable, el que no me contestara, el que “pasara de contestarme”. Lo cual supuso además que finalmente no nos pudiéramos conocer.

     Así las cosas, valga todo lo anterior como modesto homenaje a su persona, a su trayectoria profesional, política, solidaria y entusiasta de la cultura canaria. Como nada de lo que hacemos por amor muere (Emmanuel Mounier), y dado que creemos que en la memoria de Dios pesa más la balanza de la misericordia entrañable (véase la parábola del hijo pródigo) que el castigo, y dado que, como intuía Gabriel Marcel, “amar a un persona es decirle 'Mientras yo viva, tú no morirás'”, el señor Jaime Llinares Llabrés permanecerá en la memoria de cuantos lo amaron y apreciaron...  Y valga además, este breve escrito mío -que acaso más de uno juzgará estúpido e interesado, porque al “homenajeado” ni siquiera lo conocí en persona-, como mi más sentido pésame a sus familiares y amigos.

     Con todo, también -especialmente- he traído aquí y ahora la memoria de Jaime Llinares porque me interesa el rescate de algunas de sus ideas motrices o más recurrentes. Ya sea para discrepar de algunas de ellas, como es mi caso, es asimismo una manera estupenda de mantener vivo el pensamiento de un autor: hablar de él, de lo que hacía y decía, de las controversias fundantes que alimentaron su existencia y compromiso, etcétera. Así, una de esas ideas defendidas por Jaime Llinares, que yo sepa al menos, en sus escritos periodísticos y en su blog, no es otra que la denuncia de toda la acumulación de poder, pompa, boato y títulos de gloria y honoríficos que se ha ido dando, a lo largo de los siglos, en la estructura organizativa de la Iglesia católica. Algo que aparece como radicalmente contrario al modus vivendi de Jesús de Nazaret. Como radicalmente contrario a lo que podríamos denominar el corazón del Evangelio, que no pasa por ser sino una entusiasta exhortación a vivir la noción de igualdad fundamental de todas las personas. Frente a esa igualdad y fraternidad que nos hace iguales -valga la redundancia-, hijos e hijas de un mismo Padre -que es Madre también, que es el Ser, lo Totalmente Otro-, la Iglesia universal -porfiaba Jaime Llinares- ha consolidado la “diferencia”, la desigualdad: jerarquías, autoritarismos, clericalismos, poses principescas y de poder, pompas...

     Sin entrar en detalles y en matizaciones necesarias a la idea anterior que he expuesto de Jaime Llinares, me parece tan verdadera, tan proféticamente verdadera, que me causan auténtico dolor de cabeza las dos cartas abiertas que en este año en curso 2012 tuvo a bien escribir el cura Báez a Jaime Llinares (las tiene el cura Báez en su blog). Para afearle a Jaime su pertinaz crítica a la Iglesia católica. Para enroñarse con Jaime Llinares, prestigioso psicólogo, por su “resentido enrocamiento” contra la Iglesia católica, y de paso endilgarle la indirecta de considerarlo un mal profesional de la psicología, según, al parecer, una cierta rumorología del gremio... Desde luego, todo un golpe bajo en los mismísimos cataplines.

     Ya lo he adelantado: yo mismo discrepo de algunas de las críticas a la Iglesia que formuló en vida el exjesuita Jaime Llinares Llabrés; del mismo modo que no me hacen pupa que mis críticas a la Iglesia universal, o bien todas o siquiera algunas de ellas, también sean desmentidas, negadas, rechazadas. Sin embargo, él las enunció con tanta pasión, tan a pecho descubierto, con tanta transparencia, que no me merecen sino la estima y consideración. Incluso discrepando por momentos de ellas. Se me podrá replicar que actuando así estoy dando pie al permisivismo de la mentira y el error, a los ataques al Magisterio -que por lo menos Jaime Llinares atacaba, si es que atacaba, viviendo de su trabajo como psicólogo, al margen de la Iglesia, en tanto ya sabemos que otros muchos “atacan” desde dentro, viviendo en lo profesional gracias a la Iglesia católica, y ni siquiera predicando con el testimonio de matrimonios generosamente abiertos a la vida, máxime ahora que es duro invierno demográfico en España: nuestros bisnietos y tataranietos ya habitarán una Europa a la vez que mayoritariamente descristianizada, mayoritariamente musulmana-; e incluso, que doy vía libre, con mi gesto imprudente, a la acción de “enemigos” de la Iglesia católica que querrían verla reducida a puras ruinas y cenizas humeantes. Podría ser. Solo que, como verdades absolutas universalizables pocas debe haber...; la verdad, así las cosas, sería poliédrica, a menudo velada, equívoca y esquiva, y en definitiva sinfónica, que diría ese gran teólogo católico que se llamó H. U von Balthasar. Y en todo caso, frente a las múltiples voces que buscan la verdad, cada una de esas voces a su manera -pues “para cada hombre guarda un camino distinto Dios y un rayo nuevo de luz el sol”, repetiríamos con el poeta León Felipe-, haría mío lo del gran Voltaire: “Discrepo de sus ideas, pero me jugaría mi propia vida para garantizar su derecho a expresarlas”.

     De ahí que me hayan contrariado un poco las dos cartas abiertas del P. Báez a Jaime Llinares Llabrés. Son cartas que pretendieran poner puertas al campo cerrando filas a favor de una Iglesia católica desnortada y que hace aguas por todas partes, que padece una patética crisis de fe interna y de credibilidad social, y que va como a la deriva en la procelosa alta mar océana, que se decía en la poesía más retórica y rimbombante. A la deriva -o “como a la deriva”-, por hipócrita, por mundanizada, por sistemáticamente incoherente, por traidora al mensaje de su fundador, por rechazadora del Magisterio en el que debiera creer, en el que dice creer, y que empero se pasan por el forro hasta la mayoría de los seglares que viven en lo profesional gracias a ella -denuncia por la cual los propios “afectados”, siquiera algunos de ellos, ya sé que me consideran un loco, un fanático, un resentido, un integrista, un difamador de la Iglesia...-. Poniendo el dedo en la llaga de esta problemática que asola a la Iglesia universal, Jaime Llinares, aunque fallecido hace apenas unas semanas, está muy presente en la conciencia y en la memoria de muchos, ya digo que justamente por la plena actualidad de algunas de sus lúcidas críticas -matizables, ciertamente, pero lúcidas-. En tanto la reacción del P. Báez -a quien no pocos en la Diócesis de Canarias consideran un loco de atar, en lo cual al menos estamos emparentados, cura Báez: a mí, como a ti, la hipocresía eclesiástica también me considera un loco de atar, amén de difamador o calumniador, cátaro, juzgador resentido, mal cristiano...-, como mucho irá a misa, nunca mejor dicho, pero poco más, porque no responden a la realidad palmaria de los hechos. (En otras ocasiones el P. Báez -cuya “cabeza” piden en un blog como La cigüeña de la torre, dicen que el más leído de entre todos los de información religiosa en España, y cuyo responsable se acordó del 37 aniversario de la muerte de Francisco Franco este pasado martes 20 de noviembre, y del aniversario de la de José Antonio Primo de Rivera, hace ya 76 añitos - me parece muy afortunado en sus juicios y opiniones. Pero en tus reprimendas al psicólogo Jaime Llinares, cura Báez, eres injusto, me parece, pues machacas en este caso al que es el débil -el recientemente fallecido Jaime Llinares-, y te alineas con el poderoso: en este caso, la Iglesia católica entendida como estructura de poder y de dominio y de manipulación y de hipocresía.)

     Me despido, Jaime Llinares Llabrés, con la esperanza de que te hayas encontrado con el Dios de la vida a quien sin duda buscaste durante tu paso por este mundo. En el seno de la Iglesia universal y en las fronteras o extrarradios de la misma. Me quedo con algunas de tus ideas publicadas, gracias a las cuales he nutrido algunas de mis reflexiones últimas: son parte de tu legado. Y que en no poca medida han propiciado este escrito. Acaso me quede la “pena” de no haber sido paciente tuyo, o de ni siquiera haberte saludado al menos, cuando tuve oportunidad de hacerlo, o la de no haber podido finalmente presentar, y tú presente, en alguna sede de la Orden del Cachorro Canario ese libro mío que no ha levantado ninguna clase de entusiasmo ni apoyo en prácticamente ninguna movida eclesial de la Diócesis de Canarias, y sí todo lo contrario. Probablemente como consecuencia de ser muy malo el ensayo, de estar muy mal escrito -lo cual podría ser-, o como consecuencia de que pone el dedo en la llaga de la mucha podredumbre que afecta a la Iglesia católica. (Ni que aclarar que yo, su autor, sin negar aspectos negativos propiamente escriturísticos, estoy convencido de que han pasado de mí y de mi ensayo por la segunda razón expuesta.)

     Comoquiera que sea, según decían los cristianos del Movimiento Obrero, “¡hasta mañana en el altar!”, que ya tendrá que ser el del Cielo.

Noviembre, 2012. 
Luis Alberto Henríquez Lorenzo.         

sábado, 10 de noviembre de 2012

DEFRAUDADOS, PARADOS Y DESAHUCIADOS


   No es asumible que superada la primera década del siglo XXI, sean los ciudadanos quienes financien con sus impuestos, los insultantes despilfarros de las distintas Administraciones. Repugna, por ejemplo, el comprobar las caravanas de vehículos oficiales, blindados y de gran cilindrada en los que se desplazan los cargos públicos, con sus respectivos chóferes, asistentes y personal de seguridad, así como también los derroches en viajes inútiles, banquetes, etc. Asistir a este circo de despropósitos y ver como la clase política continua dilapidando, es algo que atenta contra la ética y el más elemental sentido común.

     La diferencia reside en que tiempo atrás, los casos de corrupción, al ser menos frecuentes, pasaban más desapercibidos, pero con la aparición de la crisis y la facilidad para enriquecerse ilícitamente, la nómina de sinvergüenzas ha crecido en progresión geométrica. Algunos solo aspiran a rapiñar ciertas cantidades y algún cohechito, pero otros gozan de una voracidad insaciable.

     Unido a lo anterior y producto de la cuestionable gestión gubernamental, cabe destacar que la lacra del paro, a final del  pasado mes de octubre, se incrementó en 128.000 nuevos inscritos, lo que supuso la destrucción de 620.000 puestos de trabajo en los últimos 12 meses, duplicando los 305.000 del mismo periodo del año anterior, demostrándose palmariamente que el Ejecutivo no ha sido capaz de reducir el desempleo sino todo lo contrario.

     Ante tal panorama y como quiera que las desgracias nunca vienen solas, hay que añadir la pesadilla de los desahucios que ya ha afectado a 400.000 familias y amenazando a otras 200.000. Es muy duro que un padre de familia pierda su puesto de trabajo, aguante unos meses percibiendo la prestación de desempleo y como premio reciba una notificación de desahucio y sin tener a quien recurrir; mayor amargura imposible.

     Que los ciudadanos sean expulsados de sus hogares es un drama, pero que algunos hayan recurrido al suicidio por desesperación y que tal tragedia sea la que propicie que los políticos se reúnan y la Iglesia lo denuncie ahora  para buscar alternativas a que las familias no se vean en la calle es patético. Una vez más ha sido necesario que se produzcar muertes para reaccionar y tomar medidas, algo parecido al reciente fallecimiento de las cuatro jóvenes en el recinto Madrid Arena, para que se ordene revisar toda la legislación sobre seguridad y nivel de cunplimiento en este tipo de locales y no se contrate a presuntos facinerosos para la celebración de macrofiestas.

     Nuevamente don Mariano ha pecado de pusilánime. En esta ocasión y ante el clamor social, nadie le habría criticado por hacer uso de su mayoría absoluta, ordenando hace tiempo la suspensión inmediata de los desahucios, y en paralelo la creación de una Comisión Parlamentaria con presencia de todos los partidos , para en el plazo más breve posible dar una solución legal a esta desgracia. Votantes, militantes y simpatizantes del PP quieren ver a su líder tomando decisiones y no eludiendo. En la reciente encuesta del CIS, con un 2,78 aparece como el líder peor valorado. Todos sabemos que las encuestas son cuestionables, pero también orientativas….Los españoles le están pidiendo modifique su estilo de gobernar, pero si no se decide, difícilmente podrá presidir una segunda legislatura…..¡¡Tiempo al tiempo!!

Atentamente.
José-Tomás Cruz Varela
D.N.I. 02470916A

martes, 6 de noviembre de 2012

MALDITOS CELOS POLITICOS


Una vez más, Rajoy “no pasa el corte”, expresión utilizada en golf para definir a aquellos jugadores profesionales que quedan eliminados en el segundo día, de los cuatro que dura el campeonato. En esta ocasión fue Ruiz-Gallardón, ministro de Justicia, quien presuntamente, siguiendo instrucciones del pusilánime presidente del Gobierno, se opuso en el Parlamento a debatir la inclusión en el Código Penal, el delito de convocatoria ilegal de referéndum que desautorizó en el 2005 el Gobierno de Zapatero, rechazando someter a debate las enmiendas presentadas por la portavoz de UPyD, Rosa Díez, para modificar dicho Código.

     Nuevamente, el Partido Popular, optó por dilatar las decisiones, de acuerdo con el consabido proverbio de “quien aguanta, gana”. Gallardón decidió salirse por la tangente, alegando que el pleno en esta ocasión solo tenía por objeto endurecer los tipos penales contra el fraude fiscal  y a la Seguridad Social, cuando en realidad, lo que no soporta y le repatea a Rajoy, es el devolver su vigencia a un decreto aprobado en el 2003 por iniciativa del entonces presidente, José María Aznar, quien con su visión de estadista pretendía garantizar la inquebrantable unidad de España.

     Rosa Diez, cargada de razón y posiblemente también de oportunismo político, defendió su propuesta alegando que el fraude político igualmente debe ser perseguido con el mismo interés que el económico. Sin duda, las leyes están para defender la democracia de todos aquellos que pretendan vulnerarla en su propio beneficio, con el único objetivo de continuar en el poder, tal como lo está intentando Arturo Mas, precisamente de manera no muy ortodoxa.

     El rechazo del ministro de Justicia a discutir la mencionada propuesta manifestando que “no estamos debatiendo eso sino algo totalmente diferente”, podría ser considerado como una solemne patochada ya que las mencionadas enmiendas nuevamente serán planteadas en la Comisión de Justicia el próximo 7 de noviembre, con lo cual si Rajoy continua empecinado en su error y ordena votar en contra, con independencia de que se le verá el plumero, perderíamos una excelente oportunidad para blindarnos ante las sediciosas intenciones del presidente de la Generalidad.

     Por el momento, Rajoy cuenta con el apoyo  de la vicepresidenta de la Comisión Europea, Viviane Reding, pero no todos comparten su criterio, como por ejemplo, el comisario español Joaquín Almunia. Las declaraciones son como las escopetas, las carga el diablo. Lo que hoy es perfectamente “vetable”, pasado mañana aparecen otras opiniones y ya tenemos el cisma organizado. Asegurar  que lo pretendido por Arturo Mas es totalmente ilegal de acuerdo con el  Código Penal es una garantía que no admitiría interpretaciones.

     Nadie ignora que este catatónico político, por mucho que lo intente, será incapaz de disfrazar su desastrosa gestión y resultados a cargo de la presidencia de la Generalidad. Ahora bien, que en pleno siglo XXI alguien intente embaucar a los ciudadanos vendiendo utopías, resulta increible.

Atentamente.
José-Tomás Cruz Varela
D.N.I. 02470916A

jueves, 1 de noviembre de 2012

POLÍTICA DE HECHOS CONSUMADOS


 Arturo Mas, por propia iniciativa y a través de distintos asesores y consejeros, entre los que se encuentran: Francisco Homs, Felipe Puig, etc.,está practicando y con muy buenos resultados, eso que conocemos como "política de hechos consumados". Por ejemplo, gestionando la adhesión de agrupaciones y colegios profesionales, instituciones de gran influencia ciudadana, o bien con las Pymes que según una encuesta, encargada por la Generalidad, el 67% están de acuerdo con que se promueva el referéndum sobre la independencia de Cataluña.  Ante los últimos acontecimientos, Rajoy sigue contestando, una vez más, con tolerancia y apelando a la concordia. Sus esperas desesperan. Predicar “con altura de miras” en estos momentos quizá no resulte de recibo, y esperar a que sean los propios ciudadanos residentes en Cataluña los que le saquen las castañas del fuego y  resuelvan la papeleta, demuestra otra vez síntomas de cobardía, cuando el resto de los españoles, con excepción de los nacionalistas vascos, no  admiten ni están de acuerdo con secesionismos, federalismos ni separatismos.

     Que a escasas fechas para la celebración de las elecciones catalanas, el presidente Rajoy, manifieste que “solo con diálogo y moderación podemos mitigar el conflicto y buscar acuerdos” suena a mofa, befa y chascarrillo. Con tomaduras de pelo de este porte, la pérdida de votos del PP será inevitable. Esa gran mayoría silenciosa que por miedo no se atreve a comunicar sus verdaderos sentimientos en público, con la pusilánime actitud de Rajoy, comienzan a intuir que su causa está perdida y que el deseo de poder sentirse igualmente catalanes y españoles terminará siendo inviable hasta el grado de tener que abandonar la región en la que han vivido siempre, o gran parte de sus vidas. Lamentablemente, ya son muchas las familias en las que han surgido serias desavenencias por mantener opiniones encontradas en torno a la independencia.

     Cada vez es mas fuerte el tufo de que Rajoy no quiere ser presidente de una sola legislatura. Solo pensar que hasta el  desdichado Zapatero le superase en permanencia en el Gobierno, con lo que le ha costado alcanzar la presidencia, constituiría el mayor de sus fracasos en el mundo de la política, de ahí su "exquisita" prudencia.
     La deriva rupturista catalana  ya ha llegado a la UE y nuestro problema se ha internacionalizado. Nadie puede entenderlo, pero mientras la Generalidad no para de explicarlo y divulgarlo a su manera con todos los medios a su alcance y prometiendo echar a España de Cataluña en cuatro años, el Gobierno se dedica a observar un discreto silencio que algunos  interpretan como una cesión...

     Los catalanes, durante más de 30 años se han ocupado de imbuir a través de la enseñanza en los colegios un orgullo y deseo de pertenencia a Cataluña, aunque sus padres, oriundos de Andalucía o Extremadura, durante infancia y adolescencia  les hablasen de sus orígenes, de los que en muchos casos los jóvenes repudian y se avergüenzan  Paralelamente se han ocupado de inocularles odio y desprecio a España, que solo se dedica a robarles el producto de su trabajo porque mientras  ellos son serios y laboriosos, los españoles ejercen de vagos y mentirosos. Tal actitud es repugnante y deleznable  pero todo lo que se aprende a esas edades queda gravado de por vida. En Cataluña aman su tierra, cultura y bandera sintiendo orgullo al exhibirla, lo que no ocurre con la española.

     Ahora, cuando posiblemente la desmembración de España se convierta en una realidad, percibimos que a la juventud actual, todo este empeño en torno a mantener la inquebrantable unidad de la nación, les importa más bien poco, opinando que son cosas de la rancia "derecha" casposa, anticuada e incompatible con la moderna democracia...El presidente del Gobierno, como máximo responsable de dicha unidad, está consintiendo todos los movimientos que los independentistas realizan en la persecución de sus objetivos, que no tienen "vuelta atrás" y sin desperdiciar un solo día. Que con una reforma del Código Penal en proceso no se aproveche para volver a incluir como delito, la convocatoria de consultas ilegales como la promovida por Mas, resulta incomprensible. 
   
     El discurso de Rajoy del pasado día 9, bien construido y cargado de las mejores intenciones, ha llegado demasiado tarde. Si el lunático Mas, saltándose la ley como ha venido haciendo desde hace varios años, tiene previsto celebrar "si ó si", el tan cacareado referéndum y con independencia del resultado del mismo, se impide que tenga la más mínima repercusión a todos los efectos, tarea harto difícil puesto que comenzaran las desobediencias civiles de todo tipo, avivará la frustración y enfrentamiento entre catalanes y españoles que tendrá difícil arreglo; si que existe alguno. La solución de  este eterno divorcio, nunca vendrá propiciado por los independentistas, sino solamente por la fuerza, amparo y razonamientos de esa "gran mayoría silenciosa" que defiende y comparte el ser catalán y español.

     La amenaza de los riesgos económicos que conlleva la independencia sobre el bienestar de los catalanes, siendo una realidad, ya comienzan a considerarlo como algo perfectamente superable. Rajoy repartió buenas intenciones, palabras amistosas y conciliadoras . Intentó culparlo todo a motivaciones de tipo político y partidista que solo enfrentan a la sociedad, algo totalmente ridículo. El líder catalán, exigiendo que a partir del 25-N se respete la voluntad del pueblo catalán  ha tratando de dejar muy claro que el camino de las negociaciones hace ya tiempo que quedó agotado y obsoleto. Aceptar ahora el "Pacto Fiscal", con la consiguiente denigración para las restantes CC.AA. supondría la inmediata muerte política de Rajoy.

     Arturo Mas, como en su momento le pasó a Rodriguez Zapatero, está totalmente conducido, orientado y manejado, por ese oscuro equipo de personas que saben perfectamente lo que hay que hacer y como manipular el fervor independentista y medios de comunicación, admitiendo que al presidente le encanta "interpretar el papel", ya que de ninguna otra manera podría llegar a ejercer el poder en Cataluña. No habrá dinero para pagar a los farmacéuticos lo que se les adeuda, pero sobra para la compra de voluntades mediáticas...a la hora de colaborar en la obtención de la tan deseada independencia.

     La nave de las autonomías, esa hidra de las siete cabezas que tanta ruina está proporcionando a España, debe entrar y cuanto antes en el dique seco para una urgente y necesaria reparación (lease remodelación). La pregunta del millón consiste en averiguar que les puede ofrecer Mariano Rajoy a los líderes  independentistas que les puede parecer los suficientemente apetitoso y atractivo, para frenar momentáneamente su ambición de independencia

     Nos pasamos de la ingeniería financiera al federalismo asimétrico y una gran mayoría de españoles ignora de que va toda esa movida, pero lo que de verdad amarga la existencia a los ciudadanos son los seis millones de parados, sin que aparezca nadie por encima de partidos, sindicatos, autonomías e independencias que sea capaz de aportar una sola idea para crear empleo. Mal está el empeño de los catalanes con sus peticionnes secesionistas, a la puerta de las vascas, pero mucho cuidado con las concesiones que se otorguen y que las restantes comunidades comiencen a levantarse por considerarse denigradas y maltratadas, en cuyo caso el cisco alcanzaría tal magnitud que mejor no pensarlo.

     El panorama es mucho más complejo de lo que parece. El propio Rey afirma que las medidas de Rajoy no dan resultado y el desempleo no ha dejado de incrementarse. No corren buenos tiempos para España ni para su presidente, debiendo entenderse que CiU es un partido politico nacionalista pero no toda Cataluña. El presidente de la Generalidad, Arturo Mas, está intentando con todas las estrategias a su alcance lograr la independencia por el procedimiento de "los hechos consumados", algo que al margen de vulnerar nuestra vigente Constitución, rompería con siglos de convivencia.

Atentamente.
José-Tomás Cruz Varela
D.N.I. 02470916A