Se dice, aunque muy pocos lo creen, que el presidente Zapatero ha decidido no concretar ni materializar ninguna reforma, y menos de ámbito laboral, que pueda perjudicar al candidato Rubalcaba, cuyo interés pasa por no incordiar a las organizaciones sindicales y menos aún al sindicato amigo UGT. Dicha orden, sobradamente conocida por todos los dirigentes socialistas, no corresponde al inane Zapatero, sino que forma parte de la estrategia de campaña electoral del mencionado Rubalcaba.
El Gobierno solo admitirá una Negociación Colectiva que garantice la seguridad de las condiciones de los trabajadores. Asume que es necesaria pero sin que afecte a otros aspectos que pudieran deteriorar el diálogo social, es decir, sin profundizar demasiado en la citada reforma. Los socialistas se niegan a pactar enmiendas que puedan molestar e inquietar “a los votantes de izquierda”, aunque se perjudique a todo el país.
Curiosamente, el Banco de España, está demandando una reforma en profundidad que nos acerque a los postulados que rigen en la Unión Europea. En efecto se han realizado cambios serios para aproximarnos a Europa menos en empleo, y así, es imposible superar la crisis. Nuestra situación es insostenible. Nos identifican en porcentaje de desempleo con Sudáfrica.
El marco legal de nuestra legislación laboral es obsoleto pero es el que nos ha sido impuesto por los sindicatos y las permanentes cesiones, de ahí que el desempleo esté alcanzando cotas insufribles. Obviamente, si este es el método para proteger a los trabajadores…¡¡aviados estamos!!
Zapatero ya no niega estar totalmente entregado a las exigencias de Rubalcaba, que es quien marca los tiempos, define el plan a seguir y cursa las correspondientes órdenes. ZP ya navega entre lo sobrante y lo innecesario. Tal ridículo crece por días e incrementa la pérdida de votos por parte del PSOE. Juega a la política ficción y su esperpéntica actitud abochorna a propios y extraños. Debería considerar que los ciudadanos si conservarán la necesaria “memoria histórica” para no olvidar jamás la ruina moral, social y económica en que sumió a España, e igualmente, a quien designó como sucesor para sacarnos del profundo e inmundo pozo….
Los españoles tendrán la suficiente paciencia para esperar que algún día que el presidente pida perdón humildemente por todos los errores y barbaridades cometidos. Es una irresponsabilidad total que tras un mandato nefasto y de lo más desdichado en todos los sentidos, un político, como si nada hubiese ocurrido, sea recompensado con coches, personal de confianza, secretarias, pensiones, etc. Mal está que no sea sancionado pero mucho peor que sea premiado tan inmerecidamente. Más responsabilidad y menos impunidad es lo que necesitamos…..
Atentamente.
José-Tomás Cruz Varela
D.N.I. 02470916A
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