martes, 5 de octubre de 2010

MASPALOMAS Y TÚ

Como dice la canción: "allá, abajo en el sur de Gran Canaria, dormida bajo el sol hay una playa...." Y no sólo hay una playa espectacular, sino que además hay una gran ciudad turística, actualmente muy degrada, pero con enormes posibilidades de recuperación, que sólo está esperando que los políticos se pongan de acuerdo y actúen con responsabilidad y generosidad, para devolverle la gloria y la dignidad perdidas.


Es inconcebible comprobar el grado de dejadez y abandono que está padeciendo uno de los principales núcleos turísticos de Canarias Pero no debemos recurrir al sempiterno centralismo de Madrid, ni a la lejanía de Europa. La culpa es de todos los canarios, tanto de los políticos como de los ciudadanos que los elegimos. Aunque sirva como atenuante a nuestra presunta culpabilidad de ciudadanos preocupados, el hecho de que es muy difícil en esta tierra establecer de quién o quiénes es la responsabilidad, porque es muy difícil saber de quién son las competencias.

El ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, el Cabildo de Gran Canaria y la Consejería de Turismo del Gobierno Autónomo son las tres instituciones con competencias en la zona, por tanto sus gestores, los principales sospechosos.

Las competencias del Ayuntamiento son las mejor definidas y las mas próximas al ciudadano de a pie. En lo que a la limpieza concierne, el ayuntamiento de San Bartolomé es el principal responsable. Por tanto, es responsable de la suciedad de las calles de la zona de playa del inglés, del deterioro de la plaza de Maspalomas, del pésimo estado de las hamacas, de la podredumbre que impregna toda la zona y de la inseguridad ciudadana.

El cabildo de Gran Canaria, que es quien tiene, teóricamente, las competencias de proteger los intereses turísticos, de gestionar administrativamente el sector y de la promoción exterior, se mueve entre el ámbito de la organización y la metafísica, planificando jornadas de estudio, creando un consorcio turístico para aunar objetivos y estrategias y/o un clúster para promover la innovación del sector, pero cuando ha habido que actuar y abordar el problema de las 70.000 camas que se están explotando de forma ilegal, lanzan la pelota al tejado del Gobierno Autónomo que es el que tiene las competencias de inspección y sanción.

El Gobierno Autónomo, por su parte, es el responsable último, o primero, según se mire, pues teniendo las competencias de la coordinación en todas las materias que afectan al sector, ha sido incapaz de reaccionar y hacer frente a esta crisis turística de forma eficaz e innovadora. El problema de las 70.000 camas lo resuelven diciendo que como se han dado de baja del circuito turístico ya no tienen por qué controlarlas.

Los políticos llevan años hablando de distintos proyectos de rehabilitación de zonas degradadas y de planes renoves, pero hasta ahora todos los intentos han resultado inútiles. Cuando se ponen de acuerdo y eligen a los interlocutores adecuados, aparecen las siglas, los intereses partidistas, las dimisiones y otra vez vuelta a empezar. Y mientras, no sólo se ha perdido dinero, sino lo que es peor, se ha perdido el tiempo. Hasta ahora todo sigue igual, lo cual, desde el punto de vista competitivo significa peor. Entre todos la mataron y ella solita se murió. Y de esta manera, por dejación u omisión, el viejo sur se nos muere, a pesar de Néstor Alamo y los Gofiones.

Los tiempos han cambiado y siguen cambiando. Ya no valen las viejas recetas, los observatorios panópticos, los consorcios partidistas, y el exceso de reglamentación y burocratización. Hay que redefinir las competencias de cada una de las instituciones, evitar los solapamientos, para que de esta manera, podamos exigir responsabilidades a cada uno en función de su actuación.

Hay que ser valientes, decididos y audaces, apostando por una reforma total de nuestra administración territorial. Vivimos en una isla demasiado pequeña para tanta administración. Habría que formalizar lo que ya es una realidad geográfica, apostando por la unión administrativa de municipios prácticamente contiguos ?sin que pierdan un ápice de cultura e identidad? y separando otros territorialmente disjuntos.

Tenemos que exigir mucha más transparencia a las instituciones: queremos ver lo que hacen y no sólo oír lo que dicen. Queremos que actúen de una vez en beneficio del bien común, en beneficio de todos y no en función de intereses partidistas y réditos electorales. Queremos que salven el viejo Sur.

Olenka Bolívar Toledo, Catedrática de Universidad
Miembro del Consejo Territorial de Canarias
Unión Progreso y Democracia

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