martes, 13 de octubre de 2015

LA NUEVA ECONOMÍA CON ALMA HUMANIZARÁ LA RECUPERACIÓN

Han leído bien. Lo pretendido con el título de este artículo es que nadie lo entienda, como aquello de mezclar los culos con las témporas. En este caso nos referimos a la expresión “economía con alma”, cursi y bobalicona donde las haya y acuñada al parecer por el nuevo equipo de asesores presidenciales, jóvenes, dinámicos y responsables en parte del batacazo cosechado por el PP en las recientes elecciones autonómicas (plebiscitarias) catalanas. Tales palabras suenan a simple justificación de sus sueldos e intentando buscar originalidad a su contenido, que quizá, como portada de periódico llame la atención pero nada mas, dado que un amplio colectivo sigue padeciendo los estragos de la crisis, cuando lo que realmente necesitan, con o sin alma, es un puesto de trabajo urgentemente.

     El lenguaje don Mariano, descendiendo al más elemental sentido etimológico del mismo, es lo que nos sirve y utilizamos las personas para expresarnos y ser entendidos sin más pretensiones y no para revestirlo de adornos y barnices platerescos de difícil interpretación, que solo mueven a la incomprensión, oscureciendo y dificultando el mensaje que se pretende comunicar.

     Toda esta pretenciosa sintaxis  utilizada por las nuevas incorporaciones si lo que pretenden es ocultar la ausencia de liderazgo del presidente y su incapacidad para inocular ilusión a los ciudadanos, nada o muy poco conseguirán de Rajoy, que como buen gallego, lo primero que se le ocurre es desconfiar. De ahí el contenido monocorde de sus discursos a los que solo ha incorporado algún matiz descalificador para que los votantes aprendan a distinguir entre los malos, esos que se limitan a criticar y solo saben despilfarrar, y los buenos, defensores de las necesarias reformas. Para que no nos engañemos y como afirma el presidente, no se puede llegar a la política sin antes haber ejercido al menos como edil.

     El Sr. Rajoy, que no es tonto, asume su carencia de liderazgo aunque ha mejorado e incluso ha asumido aparecer sin corbata en actos públicos, pero con los experimentos sigue mostrándose reticente y con el escaso tiempo que resta para las generales, tonterías las precisas. Lo que no se hizo en tres años es imposible lograrlo en tres meses.

     Los directivos de la campaña electoral que indefectiblemente necesitan demostrar su eficacia, se sienten incapaces de convencer a Rajoy para que modifique su “ruta social” humanizando la recuperación. Pretenden que el presidente genere más protagonismo en los medios y proyecte una nueva imagen entre los sectores sociales, lo que en roman paladino significa “cambio de comportamiento” pero a golpe de utilizar difíciles definiciones va a ser que no. Desde que se puso de moda la estúpida “hoja de ruta”, lo que siempre hemos conocido como programa o plan de trabajo, a todos los dirigentes políticos, habría que entregarles una brújula pero ni aún así han conseguido orientarse.

     Posiblementa ya no exista ningún español que desconozca la promesa efectuada por el Jefe del Ejecutivo consistente en: “acabar su mandato con menos parados que los que se encontró cuando llegó a la Moncloa”. Aunque esa meta ya está superada, el presidente continua con la mosca detrás de la oreja, lease cargado de dudas, si a golpe de macroeconomía será suficiente para seguir de inquilino en la Moncloa otros cuatro años más. Inteligente sospecha puesto que el panorama no está nada claro.

     Sin desdeñar la causa social ,la bestia negra del PP continúa siendo la corrupción, sobre cuya regeneración y desaparición solo hacen leves y superficiales referencias algunos subordinados pero sin entrar en el fondo de la cuestión. Rajoy es perfectamente consciente del gran daño que siguen originando  gurtelinos, punicos y ratos. Las nuevas y presuntas irregularidades cometidas nada menos que por un ex vicepresidente del Gobierno y aparecidas en todos los medios, suponen un solemne mazazo en torno a la credibilidad de Gobierno y Partido, más todo lo que pueda surgir de aquíí al 20-D.

     Los populares basarán su campaña en dos aspectos muy importantes consistentes en el mantenimiento de la unidad de España y la innegable recuperación económica vital para el futuro del país. No obstante y aunque se comente escasamente, los ciudadanos conocen que las mayorías absolutas son más proclives precisamente a la tan temida corrupción tal como se ha demostrado, y que la oposición, comenzando por el errático Pedro Sánches (PSOE) empleará como arma arrojadiza contra la formación conservadora, pero eso síi, absteniendose de citar lo que ha ocurrido en su propio partidos con los EREs, cursos de formación, etc.

     Lo último pasa por un sutil acercamiento a Ciudadanos de socialistas y populares para disputarse sus favores a la hora de llegar a los pactos pero sin que se note excesivamente y acusándose entre ellos. Tal maniobra está descolocando a Pablo Iglesias y su cuestionado Podemos tras la aparición de la primera encuesta publicada en La Razón, en la cual los podemitas  figuran tras Ciudadanos en intención de voto, algo que la formación de los círculos jamás había imaginado. Público y medios ya no están interesados en las declaraciones de Iglesias y como partido emergente han pasado a segundo lugar, Todo lo contrario de lo que está ocurriendo con Ines Arrimadas (Ciudadanos) que se la disputan en TV, emisoras de radio, periódicos y tertulias de debate, prueba evidente de que no lo está haciendo nada mal….¡¡Tiempo al tiempo!!.

Atentamente.
José-Tomás Cruz Varela
D.N.I. 02470916A

domingo, 11 de octubre de 2015

LOS MANTRAS DE DON MARIANO RAJOY

Una vez más habrá que recordar a los españoles, catalanes incluidos,  que las pasadas elecciones generales no las ganó Rajoy sino que, merecida y descaradamente, las perdió el presunto lunático Zapatero (PSOE) por razones de sobra conocidas. Cada día que pasa, la profecía que amarga a don Mariano consistente en que será presidente de una sola legislatura, adquiere mayor verosimilitud. En los casi tres meses que restan para la celebración de los próximos comicios, es muy posible que se fragüe el desmoronamiento de la formación popular.

     Nuestro presidente, amante de los mantras a cual más simplón, acuñó aquello de “el tiempo lo soluciona todo” de clara inspiración arriólica, pasando al multirepetido de “aún nos queda mucho por hacer” que ordenó utilizar a todos los altos dirigentes en su apariciones públicas, para desembocar en le más inane de todos ellos, concretamente “no pasa nada” pero sin dar la cara y para definir las consecuencias de las recientes elecciones catalanas. El mismo estribillo que anteriormente empleó en el caso de las europeas, andaluzas, autonómicas y municipales, en las cuales se cosecharon igualmente sendos fracasos por parte del PP.

     Si en efecto se cumple el citado vaticinio y el  Partido Popular pasase a la oposición por la más que posible alianza de los partidos de izquierda: PSOE, Podemos, IU, BNG, etc. El futuro de España no apuntaría precisamente a una etapa de paz y prosperidad con las consiguientes consecuencias negativas para la economía, exportaciones, empleo, inversión extranjera, etc. Aspectos en los cuales debe otorgarse a Rajoy cierto mérito con relación a los restantes países de la CEE.

     La colección de bofetadas electorales recibidas a lo largo del año 2015, han logrado reducir la prepotencia y altanería de los conservadores, aunque no lo suficiente para avanzar en sus relaciones con los medios de comunicación y restantes partidos políticos. En este sentido, cabría destacar las continuas descalificaciones hacía Ciudadanos, algo torpe e incomprensible siendo la única fuerza del arco parlamentario con la que podría llegar a entenderse.

     No obstante, los votantes de Ciudadanos tienen muy clara la idea de que mientras Rajoy continúe al mando del PP no existirá auténtica regeneración. A nivel personal puede ser el político más honrado del universo ,pero no pudiendo opinarse  lo mismo sobre el nivel de tolerancia que ha existido en su partido con relación a la corrupción. No hace mucho, pensar en un hipotético  pacto entre PSOE-Ciudadanos era inviable. Ahora y tal como está evolucionando el mentidero político español, si cabria el alcanzar acuerdos entre ambos partidos y de paso darle la patada a Podemos.

     En otro orden de cosas y  por mucho que se prodiguen el Jefe del Ejecutivo, la secretaria general, Cospedal  García y el lacrimoso portavoz parlamentario en resultar la nula repercusión que tendrán las recientes elecciones catalanas sobre las generales, nadie se lo cree y cuanto más insisten peor. Precisamente están siendo muchos los dirigentes políticos, periodistas y comentaristas los que discrepan por considerar que influirán y mucho por el gran desgaste que ha supuesto las citadas autonómicas (plebiscitarias) para algunos partidos. Las urnas son tozudas y si no que se lo pregunten a Pablo Iglesias (Podemos), Pedro Sánchez (PSOE) e incluso a Rajoy (PP).

     Está más que demostrado que el Presidente del Gobierno es un mal perdedor y el no reconocerlo le está suponiendo perder credibilidad y prestigio credibilidad y prestigio, lo que pone de manifiesto su ausencia de liderazgo .El no asumir, por ejemplo, que el gran vendedor de la última confrontación electoral ha sido Alberto Rivera (Ciudadanos), tras haber triplicado sus votos es todo un despropósito. Es muy posible además que a lo largo de la próxima campaña electoral aparezcan nuevos y presuntos escándalos que impliquen a miembros del PP para impedir su dudosa victoria en diciembre, a pesar de la mediocridad de los líderes de la oposición con la excepción de Ciudadanos.

     Cada vez son más los jóvenes y no tan jóvenes que cuando reflexionan sobre el futuro de España, ya no incluyen  a políticos del perfil de Rajoy o Mas. Ambos, aunque por distintos motivos, tiempo ha que están sobrando, si bien todo parece indicar que en política, la ambición no respeta edades ni limitaciones lo cual es un error mayúsculo. Debería ceder sus puestos y no esperar a que les den la metafórica patada. Por mucho que les duela es obvio que  ninguno de los dos forman parte de ese colectivo de hombres que Bertolt Brecht considera como “imprescindibles”.

Atentamente.
José-Tomás Cruz Varela
D.N.I. 02470916A

viernes, 9 de octubre de 2015

TODOS LOS ERRORES TIENEN SU PRECIO

Dos han sido los grandes errores cometidos por el Gobierno del PP en torno al secesionismo catalán. El primero no haber zanjado desde el primer momento las pretensiones separatistas, a sabiendas de que el Estado dispone de recursos legales para impedirlo, y el  segundo, actuar siempre a la defensiva, estimando que el adversario, al igual que en ocasiones anteriores, se conformaría con nuevas concesiones como se le han otorgado a lo largo de los años, entre las cuales figura el incumplimiento de todas aquellas leyes que la Generalidad ha considerado lesivas para sus intereses, o bien tapándose sus respectivas porquerías.

     Actualmente todo ha cambiado y parches y componendas ya no sirven, lo que en teoría obliga a pasar a la acción dado que la candidatura “Juntos por el si”, no darán marcha atrás en su idea de romper con España, apoyándose en unas elecciones autonómicas que unilateralmente han convertido en plebiscitarias, algo inviable legalmente. Si en efecto la candidatura separatista, tal como vaticinan las encuestas, supera el listón del 40% de los votos, con el respaldo de la CUP, entre las dos formaciones, alcanzarán holgadamente los 68 diputados para hacerse con la mayoría absoluta.

     Guste o no este es el escenario propiciado por una campaña muy agresiva pero eficaz, principal  objetivo de Arturo Mas, quien hábilmente ha sabido vender futuro e ilusiones a los suyos, convenciéndoles de que en una Cataluña sin España todos vivirán mucho mejor, dado que para la Generalidad los españoles solo somos una carga de la que hay que liberarse a cualquier precio.

     Todo este planteamiento puede ser considerado como una torpeza y vulgar falacia, y en efecto hay mucho de ello, pero no olvidemos que el nacionalismo han contado con la colaboración de la mayoría de los medios de comunicación a golpe de muchos millones de euros que los independentistas interpretan como muy bien empleados.

     Ahora la casuística se centra en como reaccionará el Gobierno a partir del día 28 en caso de que el escrutinio arroje un resultado adverso para el colectivo de los que están en contra de la ruptura. La CUP, al parecer, está dispuesta a colaborar con los independentistas, con lo cual lograrían ser mayoritarios en el Parlamento Catalán, si bien dicen no estar dispuestos a admitir a Mas como presidente, generándose un cisco importante pensando en el lugar en que quedaría dicho político, lo que supondría su cese como personaje público, salvo alguna maniobra de última hora.

     Existe otro aspecto sobre el que reflexionar consistente en que entre las autonómicas catalanas y las generales, solo les separa un especio de tres meses cortos, con lo cual, los partidos enemigos del secesionismo tienen la cabeza puesta es estas últimas, y algunos como en el caso de Podemos, también intentan sacar tajada de las primeras, resaltando que los convergentes pactaron con los populares la amnistía fiscal y la reforma laboral, y de paso al partido de Mas por su 3% que considera un expolio fiscal. Según Pablo Iglesias, “lo mejor sería echarlos a los dos: Rajoy y Mas”.

     La única realidad es que los españoles, incluidos los catalanes están saturados de campañas electorales, debates y tertulias con comportamientos vergonzantes en los cuales todos mienten, insultan y se descalifican con tal de arañar un puñado de votos que les garantice el sueldo de otros cuatro años en el puesto. La ciudadanía ya se ha acostumbrado a zanjar las discusiones sobre los políticos con afirmaciones similares, siendo la más repetida con diferencia la de “todos son iguales de chorizos”, sin entrar en disquisiciones ideológicas.

     Igualmente eluden referirse a la corrupción y más aún las formaciones tradicionales (PP y PSOE). Lo suyo es ocultar la realidad y que todo permanezca debajo de las alfombras. Del resto que se ocupen las encuestas o los oráculos de tendencias, cuyas conclusiones dejan atónitos a los votantes sin entender de que va la cosa. En la misma línea se encuentran los pomposos gurús, especialistas en manejar ciertos conceptos como: democracia, limpieza, transparencia, honestidad, etc. a las mil maravillas. Embaucadores altamente preparados, especialistas en criticar al enemigo con tal de que prospere su patrocinado, pero tranquilos porque ya solo restan cinco días para el 27-S.

     Como final es cierto que Rajoy se juega mucho en las elecciones catalanas. Su empeño en basarlo todo en la “cultura de miedo” supone un mar de dudas, y en cuanto al presidente dela Generalidad limitarse a  desmentir las acusaciones y advertencias de los populares, siendo consciente de que se encuentra ante su última oportunidad y fracasar no solo significaría la pérdida del poder sino lo que este representa a todos los efectos, suponiendo que a la postre no sean sus propios colegas de candidatura, Raul Romeva y Oriol Junqueras los que lo pongan en la puta calle (con perdón).

Atentamente.
José-Tomás Cruz Varela
D.N.I. 02470916ª