A Luis Barcenas,
su popularidad le desborda. Proporciona más titulares a la prensa que Mariano
Rajoy, algo que no es difícil, y supera igualmente a Pérez Rubalcaba al que
últimamente hasta le crecen los enanos de su particular circo. Con la
inestimable colaboración de Elena Valenciano
y Oscar López como secretario de Organización, van a dejar al PSOE como
unos zorros, o lo que queda del mismo. Lo suyo sería que Zapatero les invitara
a comer un botillo en Ponferrada para
levantarles la moral. En fin, retornando a don Luis que es el indiscutible
protagonista de esta carta, los justo es reconocer que los 20 largos años de
permanencia en el PP le han servido para
doctorarse en múltiples temas, entre ellos, descubrir que eso de los
idealismos, generosidades, altruismos y otras zarandajas al uso existentes en
las formaciones políticas, solo eran una vulgar pamema, dado que lo único que
prima en las respectivas sedes, Génova en este caso, es una inagotable ambición
por conseguir, lograr y mantenerse en el poder.
Como gerente y
persona de confianza, el Sr. Barcenas, tras una meticulosa observación pronto
llegó a la conclusión de que paralelamente a su gestión, y con la habilidad que le caracteriza,
fácilmente podría aprovecharse de su partido y convertirlo en suculento negocio
personal. Desde un principio tuvo muy claro que fomentando el pobreterío nada
se obtiene. El dinero siempre vive, crece, se multiplica y rodea de aquellos
que no suelen tener grandes escrúpulos; eso que ahora, disfrazando la realidad,
eufemísticamente apodan “calidad de vida”.
Tras su
nombramiento de gerente, pronto accedió,
presuntamente, a las cuantiosas donaciones que se recibían en el partido;
aquello daba gloria. Además, con su discreción y grandes dotes de observador,
el haber vivido rodeado de tanto político le proporcionó un caudal de
información privilegiada inconmensurable. Poco a poco iba descubriendo sus
perversidades, corruptelas, debilidades y flaquezas, que de todo hay en la viña
del Señor…Posteriormente, en unión de su eficaz equipo de asesores pasaron a la
acción, perfeccionando una estrategia económica, que pronto comenzaría a
generar pingües beneficios a tenor de las inversiones realizadas. El montante
económico era tan sumamente generoso que sirviría para recompensar y con
largueza a sus sicarios y especialistas en blanqueos y evasiones. El tesorero,
en contra de lo que opinan algunos descerebrados, jamás improvisaba. Todo
estába perfectamente calculado y obedecía a un plan cuidadosamente diseñado.
Algunos de los
dirigentes del partido, presuntamente claro, cuan estómagos agradecidos, se
sentía felices con las regalías extra
que posiblemente recibirían proporcionadas por el gerente y posterior tesorero,
siguiendo instrucciones de "arriba" y posiblemente en sobre color
marroncillo, más discretos y sin membrete lógicamente. Nadie preguntaba nada
pero ignoraban, también presuntamente,
el pastizal que estaba acumulando el distinguido contable en Suiza y otros
lares…Lo importante era respetar el viejo refrán: “el que parte y reparte se
queda con…”En su defensa solo podría alegarse que viviendo tan cerca de la
“oportunidad”, la tentación era muy grande, la carne débil y las apropiaciones
solo serviría para compensar los reducidos sueldos percibidos como colaboradores
entregados y trabajando dura y permanentemente por y para los españoles.
Según cuentan, la
intención del Sr. Barcenas pasaba por gozar de una vida tranquila y sin
sobresaltos, que le permitiese disfrutar de su familia y una fortuna reunida
con tanto esmero, empeño y dedicación, ocupando su tiempo libre en la práctica
de sus deportes favoritos: esquí y alpinismo. Filosofía esta que compartirían
muchos distinguidos miembros del PP, con tal de que su ex tesorero se limitase
a guardar un discreto silencio y se dejase de enviar papelitos a los medios que
todo lo enredan, Por su parte, dado que a Rajoy, fiel seguidor de los consejos
de su sabio y eterno asesor, eso de las querellas no le hace especialmente
feliz, si podría intentar que la
justicia suavizase algo el diapasón de su comportamiento, y si de paso retirase
a Dolores Cospedal del “caso Barcenas”, que tan mal está gestionando, nos haría un gran favor a todos
tratando de evitar que nos envíen más veces el maldito“chiste de finiquito” a
través de internet.
Si algún día se
abre la caja de los truenos con todos los chantajes de Barcenas: caja “B”,
sobresueldos, adjudicaciones, desviaciones de dinero y un largo etc.
Indiscutiblemente el PP perdería su condición de partido serio y con futuro, lo
que supondría la destrucción y hasta la posible desaparición. Para muchos
ciudadanos, el presente caso pasará a la historia como el mayor proceso de
corrupción desde el advenimiento de la democracia. El marrón está encima de la
mesa y todo apunta que el proceso será largo. Las negociaciones, subterráneas o
en superficie van a ser tan sumamente complejas, que para recuperar la tranquilidad por parte
del Ejecutivo y poder dedicarse a gobernar, supondría la desaparición de muchos
“cómplices” y en esta caso es prácticamente imposible.
Atentamente.
José-Tomás Cruz Varela
D.N.I. 02470916A