Remedando a nuestro ilustre poeta Francisco de Quevedo, cabría de decir del recientemente derrotado candidato del PSOE, Alfredo P. Rubalcaba, aquello de “érase un hombre al poder pegado…”, conocido también como ministro “multiusos”, y aunque no todos lo comparten, sobrevalorado por encima de sus méritos y habilidades. Si procede reconocer que muy pocos son capaces de moverse tan sagazmente en el complejo mundo de la política como tramador y urdidor de mil y una estrategias, si bien, presentándose a candidato en las últimas elecciones y a la vista de los nefastos resultados, se pasó siete pueblos….Todos los comentaristas políticos siempre han coincidido en calificarle como un excelente ministro pero nunca como personaje apropiado para acceder a la presidencia del Gobierno.
Cuando la ambición supera la realidad y se pierde el norte sobre las posibilidades personales, comienza a cometerse errores aunque el titular, normalmente, se niegue a admitirlo, escuchando solamente a aquellos cobistas interesados garantizándole un triunfo seguro.
La presentación de Rubalcaba a las elecciones generales del 20-N fue una total aberración y el desastre de los resultados, tras la aplastante mayoría absoluta obtenida por el PP, debería ser motivo más que suficiente para entregar su dimisión y desaparecer de la escena política.
El haber permitido y fomentado tiempo atrás ser elegido por aclamación, cargándose algo tan serio como representa en el Partido Socialista el proceso de “primarias”, resultó demasiado fuerte, pero la aparente carencia de otros candidatos, logró que la burda estratagema pasara desapercibida entre la militancia.
En los comicios generales, fueron muchos los votantes que en ningún momento sintieron la menor intención de votar a Rubalcaba. Sin imagen, atractivos, trayectoria, desastrosa campaña electoral (la peor de la historia) y con un pasado para olvidar, era muy difícil que recibiese apoyo por parte de la desmotivada militancia socialista y menos de otros partidos.
Repasando hemerotecas e incluso alguna “carta al director” firmada por el titular de la presente, podría leerse que las pretensiones de Rubalcaba nunca se limitarían a liderar la candidatura a las generales que ya daba por perdidas, sino hacerse con la Secretaria General del partido, lo cual intentará conseguir manipulando el Comité Federal, el Congreso y lo que haga falta con tal de alcanzar su objetivo actuando como diputado y jefe de la oposición y vivir otros cuatro años más de los Presupuestos del Estado.
En esta ocasión, la táctica de Mefistófeles-Rubalcaba, pasará por convencer a los barones, secretarios provinciales y restantes dirigentes del PSOE, indicándoles que prácticamente ya todo está decidido con la aquiescencia del mismísimo Zapatero, suplantando y convenciendo si es necesario al presidente en funciones sin que perciba la celada. Cuando Rubalcaba decida presentar su candidatura en el Congreso, sacrificándose una vez más por los extraviados y abandonados militantes, aprovechará para recordarles nuevamente lo indispensable de su presencia. Según sus cálculos podrá hacerse con la Presidencia del Gobierno en el año 2019 y con 68 tacos. Todo ello sin contemplar que entre la crisis, prima de riesgos, M-15 y los sindicatos no se carguen en un par de años a Rajoy.
Sobre la enterada y eterna candidata, Carmencita Chacón, tras la bofetada electoral sufrida en su Cataluña natal y oriunda de Almería por parte del PSC y a pesar de la “inestimable” colaboración de InvictusTomás Gómez, será pan comido para Rubalcaba. Con un par de mimitos….¡¡Todo listo!!
Atentamente.
José-Tomás Cruz Varela
D.N.I. 02470916A